ARGENTINA / La fórmula favorita / Escribe: Raúl Kollmann






“La fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini es la favorita para ganar en octubre.” La frase fue repetida por los diez consultores en campañas electorales que evaluaron, a una semana de las PASO, las tendencias hacia la primera vuelta de octubre. La mayoría consideró que Scioli-Zannini quedaron muy cerca de la meta; que Mauricio Macri-Gabriela Michetti quedaron a una distancia considerable, que será difícil que remonten la desventaja y que la división entre los opositores le pone un límite a las fórmula de Cambiemos. Para casi todos los encuestadores habrá una especie de polarización natural que beneficiará tanto a Scioli como a Macri, pero al estar muy cerca del objetivo, el candidato del FpV tiene las mayores chances de lograr el objetivo. Los consultores opinaron también sobre la forma en la que Macri-Michetti pueden acortar distancias, las chances de Massa y el panorama para Margarita Stolbizer (Progresistas) y Nicolás del Caño (Frente de Izquierda y los Trabajadores).



“El favorito es Scioli –sostiene Manuel Mora y Araujo, de Mora y Araujo Comunicación–, ante todo porque está muy cerca de la meta (le faltan entre 2 y 7 puntos). Y se trata de votos positivos. Segundo, porque la dispersión opositora ofrece diversas oportunidades marginales algunos votos de acá, otros de allá, que él podrá aprovechar.”

Enrique Zuleta Puceiro, titular de Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM) es el consultor que durante esta semana siguió encuestando. “Daniel Scioli lidera las tendencias electorales. Nuestras estimaciones posteriores a las PASO subrayan que Scioli ya atravesó la barrera del 40 por ciento y que Macri retuvo buena parte de los votos logrados por Cambiemos. Estaría incluso logrando apoyos adicionales como un 30 por ciento de los votos de Stolbizer y parte incluso de los votos a Massa y De la Sota. Lo que ocurrirá a partir de ahora será un proceso complejo de pérdidas y ganancias que atravesará horizontalmente a todos los candidatos, en el que Scioli y Macri exhiben la mayor tasa de retención de voto. Con todo, la principal ventaja de Scioli es que sigue liderando cualquier escenario de ballottage, aunque con diferencias mínimas. Scioli es entonces el favorito”.

“El favorito es Scioli –señala Eduardo Fidanza, de Poliarquía–. Básicamente porque necesita menos votos que sus competidores para ganar la presidencia. Para lograrlo debería, idealmente, obtener 6,5 por ciento para llegar a 45. Si no, debe aspirar a 4 o 5 puntos más y conseguir una diferencia de 10 con el que salga segundo. Son desafíos considerables, pero más fáciles de conseguir que lo que necesitan Macri y Massa.”

“Sin lugar a dudas, la fórmula presidencial del FpV es la que mayor probabilidad tiene de ganar –sostiene Roberto Bacman, del Centro de Estudios de Opinión Pública–. Sacó el 38,4 por ciento, ganó en 20 de 24 distritos y el escenario tendió a despolarizarse, especialmente como producto del reposicionamiento de la campaña de Sergio Massa, que limita las chances de Mauricio Macri de crecer dentro del espacio antikirchnerista. Si esta ecuación no cambia sustancialmente, las probabilidades del oficialismo se acrecientan, ya que la división de la oposición les otorga una ventaja comparativa real de tener el camino allanado para pensar en una posible victoria en primera vuelta.”

Para Hugo Haime, de Haime y Asociados, “Scioli es el favorito, lo que hoy no está claro es cuál va a ser la diferencia con la segunda fuerza. La única posibilidad que tiene Macri de vencer a Scioli en la primera vuelta es con un vuelco de la mayoría del voto opositor hacia Cambiemos. Por ahora no tenemos esta hipótesis.”

“Scioli es gran favorito –sostiene Luis Costa, de Ipsos–. Luego del resultado de las PASO, hay una combinación de dos situaciones contrapuestas pero que actúan en simultáneo. El muy buen resultado del FpV y una muy mala elección del PRO hacen que la distancia tan amplia coloque a Scioli como muy favorito de ganar la elección, incluso en primera vuelta.”

“El FpV está a sólo 350.000 votos de superar el 40 por ciento y 1.350.000 para alcanzar el 45 por ciento –evalúa Artemio López, de Equis–. Ninguna otra fuerza está en condiciones de alcanzar ninguno de estos dos objetivos. Está claro en qué fuerza residen las chances de resolver favorablemente la elección el 25 de octubre. Si hubiera segunda vuelta, habrá que ver cómo se constituye el escenario de ballottage, cosa aún imposible de analizar.”

Para Analía del Franco “con el resultado de la PASO, no hay duda de que Scioli-Zannini son favoritos. La tendencia se vio en anteriores elecciones que trazaron una especie e máxima: ‘Si gana las PASO, gana la general’. Tiende a imponerse el impacto positivo del triunfo, por que ha demostrado una diferencia importante respecto del segundo candidato y esto puede disipar dudas de electores que por ejemplo siendo de perfil peronista o filo peronista prefirieron votar a otros candidatos, que para octubre Scioli puede atraer”.



“Es favorita la fórmula Scioli-Zannini –dice Ricardo Rouvier, de Rouvier y Asociados–, porque ha obtenido el mayor caudal de votos y esos votos pertenecen al FpV y a sus candidatos; que suman el denominado núcleo duro y una porción de votos propios de Scioli. En cambio, las fuerzas políticas que le siguen son alianzas o frentes electorales, lo que no asegura que puedan mantener una fidelización de casi todo su capital electoral. La composición del caudal opositor muestra que pueden producirse transferencias de sufragios entre ellos e inclusive hacia el propio oficialismo. Eso no sucede, en cambio, del FpV hacia las otras opciones.”

Ignacio Ramírez, de Ibarómetro, hace un análisis más estructural. “El resultado de las PASO no fue el final de una campaña coyuntural, sino del desenlace visible de un proceso sociopolítico de largo alcance. En este sentido el predominio del FpV es un signo de la vigencia política del kirchnerismo y de su habilidad para transformar sus activos simbólicos en competitividad electoral. Las PASO iluminaron un alto piso electoral para el rumbo político en curso en la Argentina, que además de importante en términos numéricos se trata de un respaldo muy consolidado cualitativamente, es decir, el FpV tiene un lazo con sus votantes estable y teñido de coincidencias conceptuales e identificaciones afectivas. Una segunda conclusión es que el FpV enfrentó con parcial éxito el desafío sucesorio consistente en transferir la popularidad condensada en CFK hacia un nuevo candidato, que aún tiene bastante camino por recorrer para reclutar más adhesiones y suavizar algunas prevenciones hacia él que aún subsisten en el electorado potencial afín al kirchnerismo. Es decir, se trata de un voto vinculado con el clima ideológico que ha dominado esta etapa histórica y que sigue favoreciendo a las opciones electorales fuertemente identificadas con la Presidenta. En síntesis, el oficialismo puso en evidencia su piso electoral y desde allí, deberá transitar una campaña que le permita reclutar los votos que le faltan para imponerse en primera vuelta. Para ello, deberá dotar de mayor contenido ideológico-político a su campaña, iluminando los contrastes entre el proyecto en curso y el que representa Mauricio Macri”.

(Página 12, domingo 16 de agosto de 2015)

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