Una devaluación lo que hace es recomponer de manera brusca la tasa de ganancia de los empresarios. Ese salto cambiario es una transferencia de ingresos contra los trabajadores y todo aquel que percibe ingresos en pesos.
Una devaluación lo que hace es recomponer de manera brusca la tasa de ganancia de los empresarios. Ese salto cambiario es una transferencia de ingresos contra los trabajadores y todo aquel que percibe ingresos en pesos. Pero el error está en pensar que se va a resolver el problema de la restricción externa con un ajuste cambiario. Las devaluaciones no incrementan las exportaciones, no vamos a exportar más autos a Brasil porque el tipo de cambio es más competitivo.
Lo único que hace la devaluación es generar una reducción de la actividad económica, por lo que se reducen las importaciones, y eso genera un saldo de dólares positivo para que los que ahorran en dólares puedan seguir dolarizando sus carteras.
Hay un sector de empresarios, que se le puede llamar el círculo rojo que busca influir en el mercado blue, que es muy poco transparente, para imponer su agenda al próximo gobierno. Esta agenda es una serie de medidas para recomponer de manera drástica la tasa de ganancia empresarial. Pero este círculo rojo subestimó la capacidad de fuego del Banco Central y la solidez de la economía. Por ello no pudo imponer su plan económico.
Nosotros tenemos que en cambio preservar la estrategia de competitividad y de empleo.
Esto significa que una devaluación con ajuste puede perjudicar los objetivos de la política económica. Tenemos que entender que la Argentina tiene una estrategia de desarrollo industrial que no es competitiva gracias a los salarios bajos, sino todo lo contrario. Si queremos que la industria genere empleo calificado, en blanco y con salarios altos, es necesario buscar otros vectores de la competitividad.
Aquí están el transporte, la energía y los subsidios. Obtener electricidad, gas a precios subsidiados, y conseguir mejores y más económicos medios de transporte es lo que debe generar competitividad a la industria y a las economías regionales. Por otro lado, las inversiones en Vaca Muerta y otros tipos de energía son la clave para sustituir importaciones de cara a los próximos años. Por lo tanto, necesitamos una estrategia de inversión de cara al desarrollo.
Mientras tanto, el achicamiento de la Cuenta Corriente debe ser sostenido a través de la Cuenta Capital. Por un lado, habrá que analizar el esquema de repatriación de utilidades, para imponer reglas que incentiven el ingreso de nuevas inversiones extranjeras. Por otro lado, necesitamos préstamos del Banco Mundial, el BID, la CAF y el Banco de los BRICS. Finalmente, hay que restablecer el sistema de pagos internacional, hoy interrumpido por el juez Thomas Griesa, avanzando hacia un acuerdo con la totalidad de los holdouts.
(Tiempo Argentino, sábado 1 de agosto de 2015)