Detrás de la demanda contra Yacimientos Petrolíferos Fiscales, en el juzgado de Thomas Griesa actúa un gigante de los litigios, Burford Capital Limited. Pero hay una novedad: Burford acaba de comprar la empresa Focus Intelligence Consulting, una firma con sede en Irlanda del Norte dirigida por ex oficiales expertos en Inteligencia, investigación, operaciones encubiertas, contraterrorismo y pesquisas sobre crimen organizado.
La demanda de los abogados de Burford contra YPF en el Circuito Sur de Nueva York señala presuntos incumplimientos con accionistas cuando se concretó el control estatal de la petrolera. Los Eskenazi, miembros del directorio de la YPF privada junto con Repsol, habían fundado las empresas Petersen Energía Inversora y Petersen Energía, pero las dos quebraron luego de la estatización del 51 por ciento de las acciones en 2012 y Burford compró el juicio, o sea la posibilidad de litigar contra YPF.
En la página web de la empresa, con dirección en el número 292 de la avenida Madison de Nueva York, su director, Daniel Hall, no oculta nada. En una entrevista de World Finance explica que también es negocio actuar sobre las deudas de los Estados soberanos. Para eso revela que la firma observa cómo interactúa cada Estado con el resto del mundo y qué debilidades políticas podría afrontar. Obviamente se trata, entonces, de explotar esas debilidades o provocarlas. Hall cita a los países de Europa del Este, que presenta como sensibles al congelamiento de cuentas en bancos del exterior y a las represalias comerciales. Cuando la entrevistadora le pregunta si tiene más ejemplos, Hall dice: “Argentina”.
Los bienes que puedan obtenerse de un éxito en juicio tienen, para Burford, un destino claro: “Pueden fortalecer el financiamiento y la libre circulación de capitales entre las corporaciones para aplicarlos a otros negocios”.
Burford colabora con el mundo de los negocios para monetizar reclamos, transferir riesgos o comprar juicios. Aparentemente aplicó esas tres funciones en el caso de YPF y la Argentina. También informa que trabaja como un banco de inversión para grandes estudios de abogados.
Como a veces el problema reside en descubrir cuáles son los bienes a embargar, Burford ofrece alivio porque dice haber adquirido “una de las empresas de Inteligencia corporativa más importantes”. Ahora, reforzada, Burford es capaz de detectar los bienes y recuperarlos, reunir elementos de Inteligencia, buscar evidencias y testigos y seguir la huella digital de los bienes.
La compra de Focus Intelligence Ltd. por parte de Burford es nueva. Fue anunciada el 13 de enero último. Tanto Hall como el otro director, Michael Redman, anunciaron que el equipo de ocho especialistas en investigación con base en Londres se sumarían a ellos para el nuevo negocio. El propio Hall, graduado en Oxford University, fue antes director de Focus, empresa que él mismo fundó. Redman, en cambio, es experto en Rusia y en conflictos sobre recursos naturales, servicios financieros y el sector farmacéutico.
El CEO Burford, Christopher Bogart, dijo que el desafío es mejorar los juicios a nivel global, y que para eso era necesario combinar las habilidades de su empresa en capital e inversión con las habilidades de Focus en Inteligencia. Bogart tiene gran experiencia empresaria. Fue directivo de Time Warner. El presidente es sir Peter Middleton, que pasó 30 años en el Tesoro del gobierno británico y en el sector financiero, cinematográfico y de comunicaciones. Junto a ellos revistan, entre otros, un profesor de Leyes en la Universidad de Georgetown como Jonathan Molot y antiguos miembros de Latham & Watkins, Merryll Lynch, Ernst & Young y el Credit Suisse.
Si las caras de Burford, masculinas y femeninas, exhiben sonrisas profesionales y la sobriedad de los trajes negros, el marketing de Focus parece salido de la serie 24. Soldados con fusiles detrás de alambres de púas, escenas de entrenamiento policial, encapuchados sin uniforme tirando una molotov a un camión de caudales y efectivos con perros. Muchos de ellos son oficiales retirados de la Royal Ulster Constabulary, RUC, la fuerza creada en 1922 en Irlanda del Norte por el rey Jorge V para cumplir funciones de policía y guardia antiterrorista. Al revés del resto de los policías británicos, los de la RUC anduvieron armados desde un comienzo. Constabulary significa policía. Eran el blanco del Ejército Republicano Irlandés, el IRA en su sigla en inglés, y el IRA era su blanco. Los años ’60 y’70 fueron especialmente abundantes en bajas. También fueron el momento en que la RUC aplicó una síntesis de la experiencia represiva de India, Vietnam, Africa, América latina y la propia Irlanda. El conflicto terminó recién por el acuerdo de Viernes Santo de 1998. Como homenaje, la RUC recibió la Orden de Jorge, la condecoración más alta del Reino Unido. “Como Irlanda del Norte alcanzó un punto de inflexión en su desarrollo político, esta condecoración reconoce el coraje colectivo y el cumplimiento del deber de todos los que sirvieron en la Royal Ulster Constabulary y de los que aceptaron el peligro y la tensión que ese peligro les acarreó a ellos y a sus familias.”
Focus se presenta como el elixir de esa experiencia a través de los retirados que combatieron en Irlanda del Norte. Unos son especialistas en acciones abiertas. Otros, en operaciones encubiertas. Asesoran, investigan y entrenan. También ofrecen asesoramiento a gobiernos en contraterrorismo, planificación de políticas de inteligencia e investigaciones basadas “en inteligencia cubierta y abierta”.
Entre textos grandilocuentes plagados de mayúsculas, Focus dice que sus consultores “logran convertir los procesos de planificación operacional en un marco efectivo de plataformas tácticas que incluyen decisiones tácticas y estratégicas con sus procesos de Autorización, Supervisión, Revisión y Auditoría de las Acciones para conseguir una estrategia cohesionada que dé como resultado un policía graduado responsable de acciones policiales transparentes”. Todo eso se logra con más mayúsculas: Reestructuración, Entrenamiento, Cambio y Reforma.
Desde la compra por parte de Burford, Focus adaptó su marketing. No abandonó el tono bélico, sino que lo sublimó para aplicarlo en la guerra financiera. El insumo sigue siendo la información política y estratégica de primera mano que lleva a la evidencia de los bienes. “Por ejemplo, reunimos elementos de Inteligencia para identificar la importancia estratégica de bienes individuales o colectivos”, dicen. O reúnen material para saber cuáles son los interlocutores con los que se puede llegar a un acuerdo más rápido dadas sus motivaciones y “las consideraciones de contexto que son potencialmente vitales”. Este tipo de Inteligencia a menudo alimenta tanto los suministros para el litigio como las relaciones estratégicas a nivel de gobierno y opinión pública. Un caso es el de las economías emergentes. Contratar a Focus garantiza un ahorro de dinero gracias a la Inteligencia que la empresa obtiene tanto legalmente como –dice la propaganda institucional de la firma– discretamente.
(Página 12, domingo 24 de mayo de 2015)