ARGENTINA / Los secretos de los topos / Escribe: Federico Kucher






“Los grandes bancos del sistema financiero cuentan con pescadores de fortuna. Funcionarios entrenados para contactar clientes interesados en evadir y fugar capitales”, aseguró el diputado Carlos Heller, integrante de la comisión bicameral que investiga las cuentas no declaradas de argentinos en el HSBC Suiza. El diputado nacional regresó ayer de Francia, donde la comisión se reunió con Hervé Falciani y Stéphanie Gibaud, dos ex empleados del HSBC y UBS, respectivamente, que filtraron información confidencial de esos bancos acerca de operaciones de evasión de dinero. En una entrevista a Página/12, Heller detalló que las entidades tenían divisiones de negocios especiales para promocionar la fuga de divisas. Además, precisó que se requieren cambios profundos en la regulación financiera global.



–¿Qué conclusiones se llevó la comisión del viaje a Francia?
–La comisión viajó con el objetivo preciso de recibir testimonio de dos personas que han asumido públicamente su posición de arrepentidos en las maniobras de fuga de dinero promocionadas por grandes entidades bancarias. Una fue Stéphanie Gibaud, ex empleada del UBS, y el otro Hervé Falciani, ex del HSBC. Los dos nos dijeron cosas bastante parecidas. Las entidades tienen montadas estructuras específicas dedicadas a la evasión, el lavado y la fuga de divisas. Por caso, el HSBC presenta cuatro divisiones de negocio: banca comercial, banca minorista, banca de inversión y banca privada. Cuando le pregunté a Falciani cuál es el rol de la división banca privada, se sonrojó. Es que justamente el papel que tiene es permitir esconder el dinero que no se quiere mostrar. Esas son las oficinas a través de las que se crean los canales y se dan las facilidades para llevar adelante la operatoria de evasión. Falciani mencionó que el HSBC tenía filiales con 150 personas en las que no se ganaba dinero. La única explicación para que existan esas sucursales es lo que no se ve. Lo oculto. Esa gente no se dedica a atender a clientes normales sino que hace tareas de captación de otra clase de clientes.

–¿Qué implica la captación de clientes especiales?
–Es un punto que explicó Gibaud. Ella era directora de comunicaciones del UBS. Una actividad normal del banco es la organización de eventos deportivos, culturales, artísticos, en los que se invita a potenciales clientes del sistema de evasión. Son los lugares donde los funcionarios del banco dedicados a captar clientes toman contacto con los millonarios. El perfil de estos ricos es de 25 millones de dólares para arriba, aunque probablemente haya divisiones de clientes con carteras más chicas. Un elemento importante es mostrar que muchas veces se dice que la gente se quiere llevar la plata de la Argentina porque no hay seguridad jurídica. Pero resulta que cuando escuchamos las maniobras de captación de clientes lo que queda claro es que el mismo problema existe en Francia o en Estados Unidos. Esto implica que la búsqueda de millonarios interesados en ocultar su riqueza para dejar de pagar impuestos no se encuentra asociado a las condiciones locales sino que es una tensión sistémica y global.

–¿Cómo funciona la ingeniería del blanqueo y la evasión global?
–No hay una única forma. Lo que explicó Falciani es que al tratarse de grandes redes muchas veces no se mueve el dinero físico sino que se compensan los movimientos. En términos sencillos hacen figurar tu plata afuera, mientras que el dinero que vos entregaste lo utilizan para ponerlo a nombre de alguien que por alguna razón necesita traer el dinero al país. Los canales son diversos. Los entrevistados igualmente no se explayaron demasiado sobre estos canales. La conversación tenía un límite. Decían que estaban sometidos a un proceso judicial por violar el secreto (bancario) por lo que tenían que ser cuidados con las respuestas que ofrecían. Fueron bien asesorados de que cosas nos podían decir y que cosas no.



–¿Cómo se frena la fuga promocionada por los bancos?
–Los temas globales se resuelven globalmente. Es necesario que las grandes organizaciones internacionales como el G-20 tomen medidas en serio para poner trabas a estas operaciones ilícitas. Existe una necesidad en el mundo de cambiar las reglas y las regulaciones. Lo muestra el caso de los fondos buitre contra la Argentina, pero también las grandes maniobras de triangulación comercial, los paraísos fiscales o la situación de casos de corrupción de la FIFA, en la que habría que poner el acento en la compras de clubes europeos de los jeques árabes y multimillonarios rusos para lavar dinero. Igualmente considero que existen muchas cosas que se pueden hacer localmente, porque sino no tendría sentido nada de todo esto. Nos deberíamos sentar a esperar que los organismos internacionales resuelvan el tema. Una de estas acciones ya se está haciendo. Por primera vez los organismos públicos de control empezaron a actuar en forma coordinada. Es un avance notable que el Banco Central, UIF, Procelac, CNV y AFIP actúen en forma conjunta. Todo esto se pudo hacer a partir de importantes cambios legislativos. Una fue la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central que le permitió adquirir un nuevo rol en la regulación. Otra fue la nueva Ley de Mercado de Capitales. El desafío ahora es modificar la Ley de Entidades Financieras que conserva una concepción neoliberal.

(Página 12, sábado 20 de junio de 2015)

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