Durante la semana presenciamos un caluroso debate, con algunos encontronazos y contradicciones. ¡Ah, pero no! No nos referimos al debate de los candidatos a jefe de Gobierno porteño transmitido por la cadena nacional privada TN, sino al que protagonizaron referentes del PRO sobre diversos temas económicos. Como pasara hace unos meses cuando el ingeniero Macri proclamó que levantaría las restricciones a la compra de dólar en 24 hs. y uno de sus PROeconomistas –Carlos Melconian- salió a desmentirlo aseverando que su jefe político, por el escaso tiempo que brinda la radio para explicar conceptos, dio "un título" en materia económica. Parece un poco liviano un precandidato a presidente que en lugar de explicar con precisión una medida, prefiere dar un título con gancho mediático. ¡Un Durán Barba a la derecha, por favor!

En esta semana, la cuestión fueron los fondos buitre, con la aparición estelar de Gabriela Michetti quien, retomando las primeras declaraciones de Macri de hace un año, volvió a afirmar que hay que pagar sí o sí. En un texto antológico por su rigor y claridad conceptual, afirmó que "si tenemos fallos que nos dicen que tenemos que pagar cosas (¿?) porque nos hemos endeudado o hemos tenido problemas y hemos llegado a no poder negociar bien y a no llevar bien las cosas, bueno, lamentablemente una vez que tenés el fallo encima yo digo que la Argentina no puede estar incumpliendo fallos". Pero, tan rápido como la subtrenmetrocleta del PRO, salió Federico Frigerio -presidente del Banco Ciudad- a contradecirla, asegurando que "hay que negociar a cara de perro pero hay que terminar con esto".
En todo caso lo que debería especificar Frigerio es a qué tipo de perro se refiere, porque todo indica que no sería negociar a cara de rottweiler o dogo. O sea, que mientras Michetti y Macri dicen que hay que pagar lo que dice el fallo Griesa porque no hay que incumplir fallos –aunque sean de usura-, Frigerio certifica que hay que negociar y pagar la menos posible. Si fuera un debate entre militantes o entre terceras líneas del PRO, podría ser una discusión auspiciosa, pero tratándose de quienes aspiran a ocupar la presidencia de la Nación, parece muy poco serio, más parecido a globitos y chamuyo que a políticas articuladas y sustentables.
Otro debate económico interno del PRO, es el que vienen interpretando el mismo Rogelio Frigerio con Federico Sturzenegger, su antecesor en la presidencia del Banco Ciudad. En abril de este año, Frigerio solicitó la urgente emisión de billetes de 500 y 1000 pesos para facilitar el negocio bancario, días después Sturzenegger pidió que se eliminen compulsivamente todos los billetes para evitar operaciones en negro. A ver si nos podemos de acuerdo, muchachos.
Hace unos días vino el segundo round. El nieto de Don Rogelio explicaba en una entrevista que diera al diario La Nación que la macroeconomía argentina no era sustentable porque "su único objetivo es llegar a las elecciones sin devaluar". Agregando que el gobierno "viene financiando el consumo con retraso cambiario y, este, se sostiene con endeudamiento". En definitiva, para Frigerio "el problema es no tener un programa económico integral". Pero en el otro rincón, el PROdiputado Sturzenegger, afirmaba hace un mes en el programa Economía Política que conduce Roberto Navarro que "si nos referimos a lo macroeconómico no creo que el kirchnerismo vaya a dejar una bomba de tiempo, creo que las bombas que deja el Gobierno son más institucionales". Nuevamente, nos parece que el PRO debería unificar su política económica si realmente se postula como una opción de poder real para nuestro país. ¿Se imaginan un gabinete donde cada uno manda su propio libreto y hasta desmienten en público a su propio líder político?
Tal vez los haya descolocado haber esperado un año económico similar al 2014, porque saben que la actual recuperación económica tendrá un peso significativo en la contienda electoral. En agosto y octubre se ponen en disputa dos proyectos políticos antagónicos, uno que postula profundizar lo logrado, y otro que promete cambiar, palabra que han impuesto los consultores de imagen de la oposición, que en realidad significa retroceder a las políticas del ajuste neoliberal. Contradiciendo a todos los gurúes económicos, la economía vuelve a crecer observándose, en los primeros meses del año, una mejora continua del nivel de actividad, tanto en el índice oficial EMAE (+1,3% del 1º trimestre), como en indicadores de consultores privados que reportan una mejora en Marzo (+2%) y Abril (+0,2%) (OJF y Asociados). También el Banco Mundial publicó sus mejores perspectivas para la economía argentina (+1,1%) y hasta el Estudio Broda, reconoce amargamente una “tibia” recuperación.

Las tres claves artífices del actual crecimiento económico -consumo privado + inversión y gasto público + estabilidad cambiaria-, son la antítesis del planteo de la oposición y sus economistas, que pregonan el ajuste y la devaluación como fórmula mágica para retornar a un mayor nivel de actividad. Alguien que sabía bastante de conducción política, decía hace 63 años que para liderar era imprescindible tener unidad de acción y unidad de concepción. "Lo que hay que presentar en un punto de partida es una unidad de concepción, para que esa unidad de concepción vaya realizándose con absoluta unidad de acción". (Conducción Política, Juan Perón, Ediciones Mundo Peronista, 1952).
En el caso del PRO, se observa una escasa unidad de concepción entre el "equipo" y su líder. Aunque algunos de sus dirigentes se consideran peronistas, ponemos en duda que exista la fuerza motriz necesaria para realizar efectivamente esas ideas, como afirmaba Perón. Unidad de acción y de concepción son nociones que pueden soslayarse para construir plazas, bicisendas, barrer las calles o poner lamparitas, pero son indispensable para poder gobernar un país.
(Tiempo Argentino, sábado 27 de junio de 2015)