INTERNACIONAL / Una respuesta de toda la región / Escribe: Nicolás Lantos



La Unasur solicitó al gobierno de Estados Unidos la derogación del decreto ejecutivo firmado el lunes pasado por su presidente, Barack Obama, que declara a Venezuela como una “amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y la política exterior estadounidense”. También instó a la Casa Blanca a establecer un diálogo con Caracas respetando “el principio de soberanía de los pueblos”. Así lo decidieron los cancilleres de los doce países del bloque sudamericano, que se dieron cita en Quito en una reunión extraordinaria coordinada de emergencia para tratar esta cuestión. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó la respuesta de la Unasur.

La reunión de cancilleres de la Unasur concluyó con un documento que fue leído por Rodolfo Nin Novoa, canciller de Uruguay, país que ostenta la presidencia pro tempore del grupo, un gesto que apuntó a dar por cerrado el desacuerdo que surgió en la semana por un entredicho entre el vicepresidente uruguayo Raúl Sendic y el mandatario venezolano Nicolás Maduro. Además del mensaje al gobierno norteamericano, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unasur confirmaron que el bloque seguirá acompañando “el más amplio diálogo político con todas las fuerzas democráticas venezolanas con pleno respeto al orden constitucional, los derechos humanos y los estados de derecho” y su “apoyo a la celebración de las próximas elecciones parlamentarias” que tendrán lugar este año.



El plenario, que contó con asistencia perfecta, se llevó a cabo en respuesta a lo que fue considerado un “acto de injerencia” de Washington en la región: el lunes pasado Obama firmó una orden ejecutiva que declara al país caribeño como una “amenaza” a la “seguridad nacional y a la política exterior”, habilitando la imposición de sanciones. Un mes antes, el 12 de febrero, el gobierno venezolano aseguró haber frustrado un plan magnicida y golpista por parte de sectores de la Fuerza Aérea y la oposición, con respaldo de Estados Unidos.

“Los estados miembro de la Unión de Naciones Suramericanas manifiestan su rechazo al decreto ejecutivo del gobierno de los Estados Unidos de América, aprobado el 9 de marzo de 2015, por cuanto constituye una amenaza injerencista a la soberanía y al principio de no intervención en los asuntos internos de otros estados”, comienza el documento, que Cristina Fernández de Kirchner subió a su Facebook junto a la foto del encuentro. En el texto, los doce países de la región “reafirman su compromiso con la plena vigencia del derecho internacional, la solución pacífica de controversias y el principio de no intervención”.

Además, los cancilleres de la Unasur se anticiparon a la posibilidad de que Washington imponga sanciones a la economía venezolana e hicieron “un llamado a que los gobiernos se abstengan de la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que contravengan el derecho internacional”. Por último, le piden a la Casa Blanca que “evalúe y ponga en práctica alternativas de diálogo con el gobierno de Venezuela, bajo los principios de respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos”.

Por otra parte, en un segundo documento informaron la renovación del mandato de la comisión de cancilleres que supervisa el proceso de diálogo político en Venezuela, conformada por los ministros de Relaciones Exteriores de Brasil, Colombia y Ecuador. “Los estados miembro de la Unasur –continúa– expresan que la situación interna en Venezuela debe ser resuelta por los mecanismos democráticos previstos en la Constitución venezolana.”



Finalmente, “manifiestan su apoyo para la celebración de las próximas elecciones parlamentarias, convencidos de la importancia del mantenimiento del orden constitucional así como de la democracia y la más plena vigencia de todos los derechos humanos”, que son los “principios fundamentales de la Unasur”, según concluye el segundo documento.

La reunión significó también el cierre del entredicho diplomático entre Venezuela y Uruguay que causó la postergación y cambio de sede del encuentro, que iba a realizarse originalmente el jueves en Montevideo, sede durante este semestre de la presidencia pro tempore del bloque. El problema había surgido cuando Sendic, vicepresidente uruguayo, dijo que no tenía pruebas de la injerencia norteamericana. “Qué vergüenza –le contestó Maduro–. Chávez me decía que el mundo está lleno de cobardes.”

Ayer, dejando esto atrás, el canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, pidió “una declaración clara, contundente” que demuestre “la unidad de los países de la región” ante la decisión de Estados Unidos, al dar comienzo al encuentro con sus partes. Allí mismo, el secretario general de la Unasur, el colombiano Ernesto Samper, recordó que “los principios capitulares que dieron origen” al bloque continental fueron “la preservación de esta región como una zona de paz, el fortalecimiento de la democracia y garantizar los derechos humanos”.

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