Recientemente lo han reivindicado, como modelo, algunos músicos del rock pesado local, en particular Ricardo Iorio, ex líder del grupo Hermética.
En 1995 se le otorgó el premio Konex al mejor cantante masculino de música de raíz folklórica, y en 1995 y 1996 obtuvo sendos premios ACE (Asociación de Cronistas del Espectáculo).
Como compositor, tiene en su haber mas de seiscientas obras, trescientas de las cuales no han sido editadas hasta el momento.
Cantor orillero, tal como él gusta que le llamen, exhibe hoy una trayectoria tan notable como digna, pues se ha alejado voluntariamente del consumismo perverso tan característico de nuestra sociedad. Sin embargo, y a pesar de ello, su gente no lo olvida. Así lo demuestran la concurrencia a cada una de sus presentaciones y las sostenidas ventas de sus discos. Su éxito artístico esta bien sustentado en la auténtica y sincera expresión campera tanto como por el permanente testimonio que ha dado, a lo largo de toda su obra, de sus convicciones.
Cruel en el cartel
la propaganda manda cruel en el cartel
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende la ilusión, se rifa el corazón,
y apareces tu, vendiendo el último jirón de juventud
cargándome otra vez la cruz.
Cruel en el cartel, te ríes corazón.
Dan ganas de balearse en un rincón.
Ya da la noche la cansé, su piel de ojera
ya moja el aire su pincel y hace con él la primavera
Pero qué, si están tus cosas pero tu no estás
porque eres algo para todos ya,
como un desnudo de vidriera
Luché a tu lado para ti
Por Dios... y te perdí.
Yo te di un hogar
siempre fui pobre pero yo te di un hogar
se me gastaron las sonrisas de luchar,
luchando para ti,
sangrando para ti.
Luego la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar, fue culpa del amor.
Dan ganas de balearse en un rincón.
Ya da la noche la cansé, su piel de ojera
Ya moja el aire su pincel,
y hace con él la primavera
Pero qué, si están tus cosas pero tu no estás
porque eres algo para todos ya,
como un desnudo de vidriera
Luché a tu lado para ti.
Por Dios... y te perdí.
Yo te di un hogar,
siempre fui pobre pero yo te di un hogar,
se me gastaron las sonrisas de luchar
luchando para ti, sangrando para ti.
Luego la verdad,
que es restregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar, fue culpa del amor,
dan ganas de balearse en un rincón.