MENDOZA / Megaminería: lo que se oculta / Escribe: Alberto Lucero






Estamos cansados de escuchar los “cantos de sirena” con que los defensores de la Mega Minería nos atosigan, tratando de convencernos de cuánto impactará en el empleo y el supuesto aporte que harán al desarrollo.

Por eso, lo mejor que podemos hacer para esclarecer el tema, es analizar qué ocurre en aquellos lugares por donde pasaron estos buenos muchachos de la Mega Minería : Por ejemplo Malí, hoy uno de los países más pobres del mundo, donde la mitad de su población vive debajo del umbral de la pobreza internacional, establecido en 1,25 dólares por día, o sea menos de 20 pesos nuestros diarios. Allí, en 1991, bajo la presión de la Asociación Internacional de Fomento, que depende del Banco Mundial, Malí relajó los códigos de explotación minera, algo muy similar a lo que el mismo Banco Mundial impuso en esos años a varios países Latinoamericanos, entre ellos la Argentina.


Esa modificación de las Leyes Mineras produjo un aumento brutal de la extracción de Oro y hoy Malí es el tercer productor africano de oro, después deSudáfrica y Ghana, pero sigue viviendo en la pobreza extrema y es uno de los países más subdesarrollados del mundo, en el rango 173 entre 177 países, según el Índice de Desarrollo Humano publicado por Naciones Unidas.

Y más cerca nuestro, el índice de pobreza del Gran Catamarca siempre ha sido mayor al promedio nacional y en los últimos años, el índice se mantuvo y en algunos períodos aumentó, a pesar de que en 1997 empezó a producir la mina Bajo de la Alumbrera , la más importante del país hasta hoy. Los altos sueldos pagados por Minera Alumbrera no han presionado a la alza al resto de los salarios percibidos por los catamarqueños, que en el 2007 eran en promedio un 17% menos al promedio nacional; y destaquemos que en San Juan, ese valor fue 19% menor al promedio nacional, a pesar de Veladero y Casposo.

Sucede que la sed de oro no repara en nada y la contaminación que producen no es solo ambiental y económica, sino política e institucional.


La quimera del oro comienza en las regiones elegidas con las denominadas “atenciones” a algunos funcionarios con poder de decisión y la promesa de millonarios beneficios para algunos pequeños empresarios locales, que tendrían así asegurados trabajos complementarios, como atender la comida, o los jardines, o las reparaciones metalúrgicas o la provisión de transporte de personal, mientras, los que se oponen fundadamente a estos proyectos, son tildados públicamente como ecoterroristas o mafiosos, cuando lo que están haciendo es defender un estilo de vida, que se verá afectado irremediablemente por estos emprendimientos, como le ocurre en Chilecito al productor agropecuario Paulo Dalessandro, quién dice: “En este valle somos decenas de productores que cultivamos cerca de 1.800 hectáreas y producimos una de las mejores nueces del país: si se reduce o contamina el agua, pasará lo de San Juan, donde el caudal de los ríos es de un tercio del que tenían en los años 80 y los productores agrícolas hacen responsables de la merma a los mega-yacimientos de Veladero y Casposo. O en Catamarca, donde el acuífero Humedal del Arenal, al pie de la mina Bajo la Alumbrera , descendió 20 metros de su nivel, porque durante más de 15 años Minera Alumbrera le sacó de 80 a 100 millones de litros de agua por día, un agua mineral de extrema pureza decantada durante siglos y la producción de pimientos y cultivos selectos de Santa María sufrió el impacto dejando a cientos de pequeños agricultores en la ruina, concluye Dalessandro”.


Y nosotros, nos permitimos opinar que el problema pasa por una gestión soberana de los recursos naturales, en particular los recursos mineros, para evitar el saqueo, para evitar la contaminación, para cuidar y defender la poca agua disponible en nuestra región y para generar un desarrollo productivo sustentable, que concilie la explotación de esos, nuestros recursos, con el cuidado del medio ambiente y fundamentalmente, con los intereses económico-sociales de toda la población. Mientras estos emprendimientos signifiquen solo suculentas ganancias para algunos y chauchas y palitos, para colmo contaminados y sin agua, para la mayoría del resto de la población, encontrarán la oposición cerrada que se está viendo y que no podrán vencer algunos funcionarios; algunos empleados de las mineras y algunos empresarios de poca visión, pues cuando la ciudadanía toma en sus manos su futuro, es imbatible.

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