MENDOZA / Deformar la noticia sin mentir / Escribe: Roberto Follari






Para tergiversar, no se necesita mentir. Es una ingenuidad creer que sólo se falsea la realidad cuando se miente. Se nos pinta la realidad al gusto de quien lo decida (el titular de un diario, la decisión de un locutor, la palabra de un vecino o amigo). Para ello, basta hablar de lo que nos interesa, y no hablar de lo que no nos conviene. Así de simple.

El gran sociólogo Max Weber distinguía entre "juicios de hecho" y "juicios de valor", y creía que así, podía dejarse claro que al decir algo sin valorarlo (por ej., "ahora hace frío") se estaba haciendo una descripción objetiva y desinteresada. Diferente, decía él, de afirmar algo valorativamente ("me gusta que haga frío"), donde sí estaría presente la valoración, y no existiría objetividad.

Se le escapaba al pensador alemán, que al preferir hablar de una cosa en vez de hablar de otra, ya estamos introduciendo una preferencia, un valor, aunque hablemos "objetivamente". Cuando decidimos que una noticia sea la central y no otra, cuando decidimos que otra noticia vaya a página secundaria o definidamente no aparezca, hacemos una operación sutil con la cual influimos la opinión de quien nos lea, operación que no se nota. Y cuanto menos se note, por cierto que nuestra influencia resulta mayor, pues una opinión más se impone cuando no aparece formulada como la opinión que es, sino como si fuera una constatación, como si fuera una simple descripción de los hechos.


¿Se entiende? Esto es lo que el sociólogo Bourdieu denominaba "ocultar mostrando". Hablamos de lo que queremos, de lo que no queremos no hablamos. Ocultamos lo que no queremos que se sepa, o lo relegamos, por ej. en TV, a un comentario casual o a decirlo en horario de poca audiencia. Mecanismo parecido a cuando damos por hecha una situación que no está demostrada, pero lo hacemos como al pasar, haciéndonos los distraídos (por ej., si digo "la mala situación de nuestra provincia lleva a buscar créditos", hago pasar por verdadera la premisa de que hay "mala situación de nuestra provincia", sin ponerla en duda ni someterla a examen del lector).

Hay que aprender a leer críticamente, entonces. Pero no sólo lo que los dicen, sino cómo lo dicen, quiénes lo dicen, quiénes no quieren decirnos algunas cosas. No podemos, en esta época de imposición mediática del "hablemos sin saber", seguir sometidos al dominio de la palabra y de la imagen por algunos que, en la Argentina, quieren hacerse dueños de nuestras opiniones.


Así, hemos visto en estos días hablar sobre seguridad a...un modelo de vestimenta!! Toda persona tiene derecho a la opinión, ninguna a perorar sobre los temas que ignora. Yo no hablo de aeromodelismo, ingeniería computacional o medicina nuclear. Nadie debiera, en consonancia, hablar mediáticamente de lo que no sabe. Para referir a seguridad están la Criminología, las ciencias sociales, los estudios sobre la violencia.

Pero además de los cientos de expertos que no fueron puestos en pantalla mientras se solazaban en repetirnos mil veces al carilindo desconocedor del tema, pensemos...¿cuántas veces vemos el mismo crimen en pantalla? ¿cuántas veces en el mismo canal, repetido al hartazgo, y cuántas en canales diferentes, en distintas horas y también todos a la vez?

En cambio, las miles de personas que compran pacíficamente la verdura, el pan y la carne cada día, nos las va a ver Ud. por TV. El mundo mediático se nos presenta como una calamidad, pero somos muchos más los que cada día vivimos normalmente, con problemas algunas veces, pero que raramente llegan a la televisión.

Resumiendo: no crea en lo que le presentan, piense que siempre hay alguien que elige qué es lo que quiere que Ud. vea o lea. Prefiera el libro y el estudio a la hora de conocer el mundo: la inmediatez mediática sirve para saber del presente, pero siempre debe ser reintepretada. Si las ùnicas claves para entender la realidad fueran las del ruido mediático, tendríamos una versión superficial y empobrecida de la condición social, política, económica y cultural de nuestro entorno y nuestro planeta.-

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