La estrategia de "preocuparse por nuestro default" de parte de los fondos buitres es obviamente sospechosa. Què les importa a ellos de còmo nos vaya...ademàs, si se habla de un default -por cierto que inexistente- es gracias a la acciòn judicial abierta por esos fondos especulativos. De tal manera, que justamente ellos en sus solicitadas nos hablen de que no debemos "caer en el default", es obviamente contradictorio.
A ellos no puede importarles que nos vaya bien, o que nos muramos de hambre todos los argentinos juntos. Les da lo mismo, por eso accionan contra nuestro paìs y lo presionan. Lo cierto, entonces, es que su "preocupaciòn" por el pretendido default, es solo una tàctica para asustarnos. Para que, creyèndonos que puede venir el apocalipsis, vayamos y les paguemos lo que ellos quieren, aunque eso desencadene (por tener entonces que pagar lo mismo al 99% restante de bonistas) la ruina nacional.
De modo que el miedo al default, es un invento de los fondos bruitres. No es que no vaya a pasar nada, pero es evidente que -vencido el plazo a fines de julio- no va a pasar mucho. Cualquiera que lea las pàginas de algunos encendidos opositores al gobierno nacional, puede advertir que no creen que la situaciòn tenga algo que ver con la del autèntico default declarado por Rodríguez Saà a finales del 2001. Eso fue algo muy diferente. Entonces sì, la cuestiòn era que no podìamos pagar.
Ahora Argentina puede pagar, pero dentro de los tèrminos de la deuda reestructurada durante el gobierno de Nèstor Kirchner hacia el año 2005, canje reabierto luego en 2010 para que entraran màs bonistas. Es lo acordado, y lo que la Argentina pagò y sigue pagando. Es lo que depositò en un banco neoyorquino, mientras el Juez Griesa impide que ese dinero -que ya es de los bonistas- pueda llegar a sus actuales dueños.
Es por eso que -bien se ha dicho- esto no es un default. Hay que encontrar una nueva palabra para la rara situaciòn de un gobierno que paga, y un juez que impide que los acreedores cobren. Eso sería, segùn la ingeniosa frase de un amigo que vive en el Sur mendocino, un "Griefault". Estamos ante un no-pago- determinado por el juez Griesa, no por la situaciòn del Estado argentino.
En la ùltima semana, Griesa no las ha tenido todas consigo. Se presentò en la sesiòn judicial vacilante y confuso, preguntando reiteradamente lo mismo. No entendìa que hubiera bonos del canje que estuvieran radicados en bancos de Buenos Aires. Pareciò evidente que desconoce parte de las situaciones sobre las que pretende legislar. Ante una oleada enorme de solidaridades internacionales con la Argentina, el juez no sòlo parece retrògrado y aislado en sus posiciones, sino tambièn senil e inexperto. Es lo que señalò una periodista que estuvo allì, perteneciente al sector de la TV màs enfrentado con el gobierno nacional. Es notorio que, al margen de posiciones polìticas, la pericia del juez està en cuestiòn. El New York Times -nada menos- se sumò esta semana, atacando duramente las decisiones del magistrado.
En la Argentina, aporoximadamente la mitad de la poblaciòn apoya la posiciòn oficial en esta negociaciòn. Hay quienes -sin advertir que si esto sale mal nos hundimos como paìs- se regocijan absurdamente con lo que creen serìa un traspiè del gobierno nacional. Transforman una situaciòn de la Naciòn (en la que està interviniendo casi todo el planeta, vìa de gobiernos y periodismo) en una rencilla domèstica, como si se tratara de ver quièn gana una votaciòn en el Congreso. Notoriamente, hay muchos argentinos que no entienden que si se dispara la claùsula RUFO al pagarle los 1500 millones de dòlares a los buitres, tendrìamos que pagar unos 35.000 millones a los que entraron recièn al canje en 2010, y quizà otros 100.000 millones a los que acordaron en 2005. En tal caso, muertos somos como Naciòn y como sociedad. La deuda contraìda -fundamentalmente por quienes gobernaron desde la dictadura militar al desastroso megacanje de Cavallo y De la Rùa- se nos caerìa encima, como una roca de 300 kg. cae sobre el cuerpo de una persona al pie de una montaña. Serìa ilevantable.
Por eso Argentina no pagarà lo que qu ieren Griesa y los buitres, y entraremos en cabildeos e idas y vueltas, pero no en default. Serà Griefault, y los juicios que los bonistas haràn a los bancos donde el dinero argentino fue depositado y no pueden pagar, caeràn todos sobre el anciano juez, cuya endeblez de entendimiento pudo advertirse en sus reiteradoas dudas de la audiencia de esta semana en New York.-









