MENDOZA / Mezcla rara: elecciones y fondos buitres / Escribe: Ramón Ábalo






No tanta, menos cuando los tiempos se aceleran sin importar el calendario tradicional, el que marca puntillosamente días, semanas, meses y años. Cuando menos se piensa, de repente nos encontramos que este año, y estos meses, empezaron en los deseos constantes y sus frustraciones -no tanto las bonanzas- hace apenas semanas y días. Los espejismos atemporales se van corporizando en realidades dinámicas y tiempos que interfieren en lo humano cotidiano. Así, lo esencial en el lomo de los recovemos de la política, la ideología y las finanzas. En vuelos rasantes, los buitres que se alimentan de la carroña del poder supremo, imperial, carcomen las ilusiones del reino de Dios.


Lo que pasó, pasó allá, en un tribunal de Estados Unidos. Crujieron las estanterías en los círculos áulicos de nuestra Argentina, pero la cintura política con sede en la Casa Rosada, en el Palacio de Hacienda, ha resistido como se esperaba, casi en tono de épica libertaria. El asombro no ha sido porque la Argentina cumple con lo pactado, la que se realizó desde aquellos tiempos posteriores a los de la corrupción y traición a la Patria, al pueblo argentino. Lo que sorprende a todo el mundo -ojo, no es una simple metáfora- incluso a esos que pontifican por el cumplir con lo pactado, especialmente con los extranjeros. Para peor, desde la city imperial han dado un bochazo al concepto ortodoxo de la "honra de las deudas", según el manual que enarbolan los campeones del derecho internacional y sus lacayos menores. Desde Adam Smith hasta acá, esa ortodoxia se "levanta en la faz de la tierra" para gritar su alarma por decisiones de sus propios mandantes. Lo peor es que para esa ortodoxia es que se rompe la pureza ideológica que la sustenta, mientras que desde la vereda de enfrente, desde el poder político las posiciones con la heterodoxia de una izquierda que se aproxima, paradojalmente, a la "ortodoxia" del marxismo, es decir libertario y revolucionario.

Y en correspondencia con esos tiempos de resquebrajamientos, los de las políticas electorales. Tiempos de acercamientos y rupturas, de amigos y adversarios, muchos de éstos enemigos a muerte, porque indudablemente el kirchnerismo, ha tenido siempre una fina percepción de los humores ciudadanos y, por eso, en medio de la trifulca con los buitres, reforzó el salario de los jubilados, con un aumento que lo lleva, a partir de septiembre, a no menos de $ 3.000. Es una especie de devolución de los golpes, y bastante potentes, tal como lo visualizan los argentinos, que siete de diez (7 de 10) vienen apoyando los mandobles jurídicos y de sentido común que disparan Cristina, Kicillof y todos los que nos sentimos argentinos de pura cepa y que dan en la mandíbula de los Griesas del mundo.


Cierto amesetamiento, lo hemos ya señalado, se viene dando desde antes de esta pelea, que fueron mejores en un pasado no tan lejano. Ahora vienen decisiones inmediatas para recuperar el crecimiento, seguir luchando contra la desigualdad, apuntalar a los más humildes, inclusión social y total, y que fueron los pilares de la notable continuidad del kirchnerismo. Y que seguramente seguirá, no obstante que los vientos del Norte tratarán de voltearlo y cambiar el rumbo popular y nacional del Estado argentino.

Las movidas en el peronismo mendocino

Candidatos a las presidenciales del año que viene sobran en el peronismo nacional. Son algo más de diez, aunque no hay ninguno que aparezca en la punta, ni siquiera por una cabeza. Como también ninguno está avalado -por el momento- por Cristina, la instancia decisoria en ese nivel de la política. Pero en esta tierra del Cuyum, piedra y arena, hablando siempre del peronismo, recién en la semana que se fue aparecieron algunos nombres, aunque se supone -tal como trasciende desde los mentideros correspondientes- que en poco más aparecerán por decenas. Ya hay uno que lo están lanzando a la pista. Uno con un buen piné, como es el que tiene Guillermo Carmona, el actual diputado nacional y con excelente llegada a la Casa Rosada. Otro que está apareciendo, es uno de los Félix sureños, pero con prosapia solamente sureña.


Con la llegada de los zondas los árboles inclinan su estructura y algunos tienen caídas fatales. En los remezones es como si el zonda se transmutara en el humor colectivo primero, y ya en la urna el elector es la remezón final para los candidatos. Los que quedan en el suelo de la hojarasca son la mayoría. El consuelo es apenas mantener lo que se tiene, lo que da u ofrece la burocracia institucional. Algo es algo.

(Fuente: La Quinta Pata)

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