El Tocororo es el ave nacional cubana; sus colores blanco, azul y rojo son los mismos que los de la bandera de Cuba; habita solamente en la isla y necesita vivir en libertad, ya que en cautiverio muere.
Esta necesidad de vivir libre que tiene el Tocororo, es la misma necesidad de libertad por la cuál tantos cubanos dieron su vida.
Desde los primitivos habitantes de la isla, que a la llegada de los españoles se suicidaban en masa, para no convertirse en esclavos buscando el oro que se llevarían los conquistadores, pasando por los negros que se importaban para reemplazarlos y que luego crecieron en número para las plantaciones de azucar de los blancos extranjeros, con condiciones tan inhumanas que huían al campo y se convertían en cimarrones, aún sabiendo que serían castigados hasta la muerte si los capturaban.
Así se fue incubando la idea de ser libres, como lo habían demostrado sus hermanos haitianos en 1808 con su liberación transitoria, aplastados luego por el ejercito de Napoleón y, lo mismo quisieron hacer ellos en 1812 y se sublevaron contra los dominadores blancos y tras sangrientos combates de machetes contra fusiles, fueron vencidos; su líder APONTE fue ahorcado con los demás cabecillas y las cárceles se llenaron de negros, en medio de infinitas sesiones de azotes escarmentadores.
Así se llegó al 10 de Octubre de 1868, cuando el abogado Carlos Manuel de Céspedes convocó a los esclavos que poseía en su inmensa propiedad y les anunció que eran libres si juraban fidelidad a la bandera cubana, leyendo un texto que fue la base de la independencia de Cuba.
Desde ese momento, la sangre criolla y la sangre negra, se unieron para siempre en el objetivo de lograr la libertad de Cuba.
José Martí fue quien mejor resumió los ideales de liberación de los cubanos, atenazados entre el dominio español, que ya llevaba más de 3 siglos y el naciente apetito de los norteamericanos, que con Franklin y Jefferson habían expresado su deseo de dominar la isla.
Martí organizó el ejército que luchó contra los españoles en 1895 muriendo en el intento, pero la entrada de los EE UU en la guerra, con la excusa de la explosión del Maine en la Bahía de La Habana, hizo que España capitulara y les entregara Cuba; Puerto Rico y Filipinas, en un Acuerdo firmado en Madrid sin la participación de los cubanos, quienes no aceptaron cambiar de amo y siguieron luchando por su independencia.
Sucesivos gobiernos títeres, dóciles a los deseos de los norteamericanos, reprimían al pueblo cubano mientras hacían sus negocios a sus espaldas.
El Sgto. Batista fue el último de esos gobiernos y posibilitó que no solo se apropiaran de la riqueza agrícola y mineral, sino que convirtió a la isla en un paraíso para las mafias y las redes de prostitución, mientras los cubanos no se cansaban de luchar por su libertad, muriendo en el intento si era necesario, como el Tocororo.
En una de las acciones, en el intento de asalto al Cuartel de La Moncada el 26 de Julio de 1953, es detenido su líder, el joven abogado Fidel Castro Ruz , junto a varios dirigentes que fueron a parar a la cárcel y allí Fidel asumió su propia defensa con su célebre alegato “La historia me absolverá”, denunciando en él que el 90% de los niños del campo morían por los parásitos; que 400 mil familias carecían de vivienda digna; que casi toda la población era analfabeta; que más de la mitad de las mejores tierras estaban en manos extranjeras y que el 85% de los agricultores cubanos no eran propietarios.
Liberado y deportado a Mexico, se une a otros exiliados, conoce al “Che”, regresa a Cuba en el Yate Granma para retomar la lucha y se internan en la Sierra Maestra, combatiendo y triunfando sobre las partidas militares de Batista, lo que va galvanizando al grupo y demostrando al pueblo que por ese camino vencerían al tirano, logrando así hacer crecer las columnas de la gesta libertadora.
Renglón especial merece la entrega sin límites a esa lucha del “Che”, que se convirtió en parte fundamental, como médico y como estratega militar, de la lucha conducida por Fidel.
Santa Clara marcó el punto de inflexión de la guerra y de fuerza acosada pasaron a ser acosadores, de un ejército que se caía en pedazos.
Con la huída de Batista tomaron el poder y desde 1959, el Tocororo volvió a cantar en libertad.
Más de 50 años lleva hoy el pueblo cubano viviendo en un presente muy distinto al que tendría si no hubiera existido la revolución; las realidades cercanas de El Salvador, Honduras, Haití y otros países centroamericanos, dominados absolutamente por el poder económico y militar de los EE UU, les indican adonde no deben ir.
Además, el odio recalcitrante de los sucesivos gobiernos yanquis, los someten a un bloqueo injusto y destructivo que, a pesar de su dureza, no ha logrado silenciar al Tocororo; al contrario, los ha obligado a buscar originales alternativas de sobrevivencia para vencer la adversidad.
Fidel, en su despedida del mando, les escribió que debían estar siempre preparados para la peor de las variantes, ya que el adversario es muy fuerte y ellos han logrado mantenerlo a raya durante más de 50 años, esto gracias a un pueblo y gobierno fuerte y patriótico, que logró que una pequeña nación, fuera respetada por los EE UU por primera y única vez en toda la historia latinoamericana.
Todos los cubanos saben de sus dificultades, pero lo más importante es que tienen claro que la causa de esas dificultades son las acciones de los EE UU; saben lo que significa la Enmienda Platt; las Actas Torricelli (1992) y Helms-Burton (1996) y las presiones que ejercen los norteamericanos a todos los países, para minar el crecimiento de su economía.
Tienen bien claro que si ceden, serán devorados por el poder imperial y terminarán como los tristes ejemplos de otras naciones centroamericanas.
Estos 50 años de privaciones ilimitadas los obligaron a desarrollar el mejor sistema de salud; la mejor educación; el increíble funcionamiento de dependencias estatales que avanzan en Biotecnología y Turismo y que exportan planes de Capacitación en Educación y Salud a otros pueblos necesitados de todo el planeta.
Los cubanos, cuando se refieren al Gobierno dicen “nosotros”, asumiendo que sus gobernantes son como ellos y trabajan para ellos y, aún con varios temas preocupantes, como la prostitución y el bajo poder adquisitivo de sus salarios, (que los hace a veces comportarse como mendigos con los extranjeros), caminan con la frente alta, sonriendo entre ellos y con los Turistas, que llegan en número creciente y piensan superar los 3 millones de arribos para este año; tienen como objetivo ser el pueblo más culto del planeta; disfrutan de seguridad total las 24 hs; tienen casi cero analfabetismo; poseen tasas de mortalidad infantil equiparables a los países más desarrollados; disfrutan de su música; conocen la política internacional en profundidad; visten sencillo pero impecable, aprovechando un clima excepcional con 27 º C promedio en verano y 21 º C promedio en invierno; sus jubilados defienden el sistema imperante con firmeza, pues conocieron y sufrieron en carne propia la última parte del gobierno de Batista y sus jóvenes discrepan en las formas, pero también defienden los postulados básicos de la revolución, aún vigente, que se resume así:
TODOS LOS CUBANOS TIENEN ASEGURADA SU ALIMENTACIÓN BÁSICA;
TIENEN ASEGURADOS SERVICIOS MEDICOS GRATUITOS DE CALIDAD; TIENEN ASEGURADA UNA ESMERADA EDUCACIÓN Y UN EMPLEO DECOROSO Y TIENEN ACCESO A TODAS LAS MANIFESTACIONES CULTURALES Y DEPORTIVAS QUE REQUIERAN.
TAMBIÉN TIENEN EL ORGULLO DE SABER DEFENDER SU PATRIA DE CUALQUIER ATAQUE EXTRANJERO, ESPECIALMENTE DE LOS EE UU. CON ESOS POSTULADOS AÚN VIGENTES, DESCONOCEN LO QUE ES UNA VILLA MISERIA Y NO PADECEN LA INJUSTICIA Y LA VERGÜENZA QUE SIGNIFICAN NIÑOS Y ANCIANOS REVOLVIENDO LA BASURA O PIDIENDO LIMOSNA PARA PODER COMER.