ARGENTINA / La relación con Brasil atraviesa la invitación rusa a los BRICS / Escribe: Martín Piqué






La invitación del canciller ruso Serguei Lavrov a que la Argentina participe de la VI cumbre del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), a realizarse el martes 15 de julio en la ciudad brasileña de Fortaleza, se convirtió en una de las noticias más comentadas de los últimos días. La sugestiva coincidencia con la citación a declaración indagatoria del vicepresidente Amado Boudou justo para ese mismo día, en el marco de la causa Ciccone, completó una semana en el que muchos argentinos comenzaron a informarse sobre el bloque que reúne a nuevas potencias y países emergentes. Mientras se descuenta que la presidenta Cristina Fernández asistirá a la cita en Fortaleza, un interrogante comenzó a circular entre los especialistas en relaciones internacionales: ¿la invitación a la Argentina por parte de Rusia implica un gesto diferenciado, especial, que puede ser leído como parte de un proceso gradual de incorporación del país a los BRICS, que podría pasar a llamarse 'BRICSA'? ¿O el convite mencionado por Lavrov debe ser entendido como una decisión protocolar, habitual en estos casos, como lo demuestra el hecho de que la propia Dilma Rousseff lo extendió al resto de los países de América del Sur? La invitación por parte de Rousseff, difundida por el diario de San Pablo Valor Económico alcanzaría a todos los jefes de Estado del subcontinente. La noticia asegura que los presidentes de Sudamérica fueron invitados a participar del segundo día de la cumbre, que se extendería al miércoles 16 de julio. Hace unas semanas, el embajador de Brasil en Buenos Aires, Everton Vargas, adelantó durante una exposición en GESTAR, el instituto de formación del PJ, que su país invitaría a todos los países sudamericanos a presenciar las reuniones del foro de los BRICS en calidad de observadores. Una posible lectura de la invitación generalizada –que iguale a todos los países sudamericanos, sin distinciones de escala y alineamientos geopolíticos– podría ser que el convite a la Argentina por el gobierno de Vladimir Putin no implica ningún avance en una eventual incorporación del país al foro de los BRICS.


Estas decisiones alimentan la expectativa de que el progresivo acercamiento de la Argentina a los BRICS se traduzca, en pocos años, en la condición de socio pleno.

Una hipótesis podría subyacer tras este dilema, y es que Brasil –que por su dimensión representa un primus inter pares dentro de América Latina– no se muestre tan entusiasmado en perder su condición de único país sudamericano dentro de los BRICS. Lo cierto es que, al menos hasta ahora, Brasil no invitó formalmente a ningún vecino del subcontinente a sumarse al club de los emergentes. Un antecedente cercano, sin embargo, parece contradecir las visiones escépticas: hace tres semanas, el embajador de India en Buenos Aires, Amarenda Khatua, dijo que su país, Sudáfrica, y el propio Brasil estaban "interesados en sumar" a la Argentina al bloque. "Yo no comparto la visión de que Brasil compita con nosotros por estos ámbitos. Me consta que a sus diplomáticos no les gusta hablar por la región en esos foros, lo hacen solamente en nombre de Brasil", aseguró el diputado Guillermo Carmona (FPV), titular de la Comisión de Relaciones Exteriores.


En materia de política exterior, el gobierno de Cristina Fernández ya está coordinando con los BRICS algunas decisiones estratégicas. Eso sucede en las reuniones anuales del G-20. "En las dos últimas cumbres del G-20, la Argentina fue invitada a participar en la redacción de los documentos presentados por los BRICS", recordó Hernando Kleimans, periodista especializado en relaciones internacionales, en diálogo con este diario.


Estas decisiones alimentan la expectativa de que el progresivo acercamiento de la Argentina a los BRICS se traduzca, en pocos años, en la condición de socio pleno. Como sucedió con Sudáfrica, el quinto y último miembro en afiliarse. ¿Qué consecuencias tendría para el país esa condición, si llegara a concretarse? "La Argentina, aparte de acceder de forma más intensa a un mercado de 3000 millones de habitantes, podría sumarse a un clearing de divisas propio de los BRICS, que excluye al dólar, y se beneficiaría con el acceso al banco de los BRICS, que está por crearse, junto a la agencia calificadora de riesgo propia del bloque. Para no depender más de Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s, que siempre califican en forma tendenciosa porque responden a sus mandantes", analizó Kleimans, experto en las relaciones con Rusia, quien se doctoró en el Instituto de Relaciones Internacionales y Economía Mundial de Moscú.

(Diario Tiempo Argentino, domingo 1 de junio de 2014)

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