En pleno proceso de negociación y actualización de los números de Precios Cuidados, el secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, recibió en su despacho a Tiempo Argentino en una charla extensa, en la que dio definiciones importantes respecto de distintos temas de la actualidad económica: consideró que los precios mostrarán una desaceleración en marzo; confirmó que el gobierno trabaja en un esquema de llevar los mercados centrales a todo el país; y adelantó que el Ejecutivo evalúa cambios normativos de fuste en leyes económicas para evitar la concentración y penalizar la especulación.
–Se está por cumplir la primera parte del acuerdo de precios que se inició a principios de año. ¿Cuál es el balance y cómo sigue la historia?
–Cuando uno se pone a pensar en un balance, primero hay que identificar cuáles son los objetivos de la política. Y hubo dos o tres grandes metas. En primer lugar, en un contexto de pérdida total de referencia de precios por parte de los consumidores, relevante para los consumos cotidianos, el primer objetivo fue diseñar una canasta representativa del consumo de los argentinos. Y garantizar que, a través de un proceso de negociación con los eslabones fundamentales de la cadena de valor de los bienes de consumo masivo (supermercados y grandes proveedores), tener precios transparentes, previsibles y que garanticen estabilidad. Entonces, en ese sentido, el primer objetivo se cumplió, porque la canasta original que acordamos con las grandes cadenas representa cerca de dos tercios del consumo de los argentinos. También el balance es muy positivo en el segundo objetivo, vinculado con los parámetros que hacen al cumplimiento del acuerdo, como son la presencia en góndola de los productos, que se cumpla con el precio acordado y que esté señalizado en los supermercados. Porque si bien la apuesta fue ambiciosa e incluyó a diferentes actores, coordinación y respuesta ante los incentivos que da la política, también fuimos viendo una mejora permanente en los niveles de cumplimiento. Y el tercer objetivo era que el programa se federalice rápidamente, y eso de llevar el esquema de Capital y Gran Buenos Aires al interior del país se cumplió. Un mes después de iniciado el acuerdo, ya estábamos en todo el país. Y otra de las cosas que logramos fue incorporar nuevos formatos de comercialización. En eso se avanzó mucho, en algunos casos con mejores resultados, como pueden ser las cadenas regionales; y en otros casos estamos trabajando con más intensidad, como los supermercados chinos. También fue importante el empoderamiento de los consumidores. Basta ver las reacciones de la gente en los supermercados como para ser muy optimista.
–Están en días de negociación con los supermercados para actualizar los valores del acuerdo de precios. ¿Qué aumentos se van a autorizar?
–Se verá caso por caso. No hay una pauta general de aumento. Lo que estamos tratando de evaluar es cuánto fue la variación de costos en el último trimestre de la canasta, para reconocerlos. Acá no hay una idea ni de congelamiento de precios ni de un determinado número, sino de reflejar cifras razonables.
–Uno de los inconvenientes que afrontó el programa es que la demanda de los productos incluidos en precios acordados creció más del 700 por ciento. ¿Hay alguna negociación concreta con proveedores alternativos para sumarlos al plan?
–Efectivamente, los precios de la canasta, que no son necesariamente los más bajos del mercado porque son precios de referencia, generaron una demanda incremental muy importante. En algunos rubros particulares como la yerba y algunos aceites, harinas, hemos encontrado una capacidad de respuesta al incremento de la demanda que superó la capacidad de muchas empresas. Entonces, en el proceso de renegociación en el que estamos ahora, uno de los objetivos principales es contar con nuevas alternativas de consumo para que no haya ningún argentino que vaya al supermercado y no encuentre Precios Cuidados. Estamos negociando con empresas productoras de yerba, para incorporar nuevas variedades y marcas, también con otros rubros donde encontramos faltantes, como en pastas y lácteos, donde se ha incrementado la demanda. Con lo cual vamos a arrancar el segundo período del acuerdo con una canasta más completa.
–¿Más completa en cantidad, es decir, va a haber más de 194 productos?
–Exactamente. En realidad, teníamos 100 productos con 194 precios. Y ahora vamos a tener unos cuatro o cinco productos más, con mucha más variedad, con lo cual aspiramos a incorporar remplazos para los productos que más demanda tuvieron. Vamos a renovar la canasta original.
–¿Cuáles son esos cinco productos?
–No lo puedo decir porque estamos en pleno proceso de negociación. Se está generando una sensación en los medios de que estamos en una situación de conflicto con los que participan del acuerdo, cuando en realidad estamos en un proceso de negociación y eso supone conciliar intereses contradictorios. Y pegarse un par de gritos. El que negocia de manera mansa, me parece, no está defendiendo sus intereses. Entonces, las empresas defienden sus intereses, los supermercados los suyos y nosotros defendemos los intereses del pueblo argentino.
–Se habló muchas veces de incorporar a sectores complicados de abordar, como los supermercados chinos y los mayoristas. ¿Van a estar dentro de esta segunda etapa del plan? ¿Cómo los van a controlar para que cumplan?
–El eje principal ahora, más allá de mejorar la canasta y actualizar costos, es incorporar definitivamente y con mayor fuerza a los otros formatos, en el que se incluyen supermercados chinos, regionales, almacenes y pequeños comercios de proximidad. Se trata de sectores más débiles que las grandes cadenas, que tienen una cuenta directa con los proveedores. Estamos trabajando en una canasta más cercana a sus intereses, que permita que la producción le entregue al mayorista y este al super chino o almacén a Precio Cuidado. Respecto a los chinos, tenemos identificadas a tres cámaras que representan a comercios de propietarios asiáticos, y lo que vamos a hacer es hacer acuerdos con un listado taxativo de comercios, no es que todos los chinos van a estar incluidos en el acuerdo. Nosotros estamos ahora con una lista preliminar de 500 o 600 comercios chinos, y con esos vamos a empezar a implementar el acuerdo. Respecto de los mayoristas de CADAM, queremos que tengan una canasta de unos 60 productos y que involucren la mayor cantidad de alternativas posibles.
–En el caso de la inserción de las pymes regionales, ¿se negocia con la colaboración de las provincias?
–Hay grandes empresas mayoristas, que con esas sí negociamos regionalmente. Pero hay un proyecto piloto, que es un modelo a seguir, que es el caso de Rosario y el Centro de Almaceneros. Allí hay unos 100 almacenes, con posibilidad de llegar a 500, que acuerdan con sus distribuidores y con empresas regionales una canasta de productos que podrá venderse a Precios Cuidados en Rosario. De todas maneras, nosotros y los intendentes y jefes comunales de las distintas zonas vamos a monitorear que el acuerdo se cumpla.
–En abril se conocerá el nuevo número de inflación del Indec, el tercero con el nuevo cálculo. ¿Qué cifra y qué variación en los precios esperan para marzo?
–Obviamente, estamos esperando la información de Indec ya que es el dato que tomamos como profesional. Pero según nuestros relevamientos y la información con la que contamos, a partir de la segunda quincena de febrero hubo una marcada desaceleración del aumento de los precios que se mantiene en marzo y hay una clara tendencia a una mayor estabilidad de los precios. El movimiento de los precios es permanente, pero como tendencia vemos en marzo una tendencia a la estabilidad en términos generales. Respecto al indicador de marzo, depende del arrastre estadístico de febrero y de eso va a depender el valor absoluto. Pero para nosotros va a ser marcadamente inferior al de febrero, por la cuestión de que los efectos de este clima más o menos caótico que se vivió en enero y febrero, y que estuvo basado en conductas especulativas, desapareció en la segunda quincena de febrero y la primera de marzo.
–El ministro Kicillof salió a cruzar duro y de forma repetida a las consultoras privadas por su falta de rigurosidad metodológica para medir precios. ¿Esa postura es posible hoy porque se ha empezado a normalizar el indicador de precios?
–La denuncia contra la falta de rigurosidad de las consultoras se viene haciendo desde que comenzaron a difundirse estos indicadores falsos, que tienen objetivo político. De hecho, el ex secretario de Comercio (Guillermo Moreno) inició una causa judicial que abordaba justamente este fenómeno, el de que las consultoras no tienen ni metodología razonable ni recursos para hacer una medición de inflación e intentaban generar confusión. Con lo cual, no es que hoy hay una denuncia a las consultoras porque aparece una nueva metodología nacional, sino que esto es algo que desde el gobierno se viene denunciado hace tiempo.
–¿Cuál es su visión de las iniciativas que buscan llevar el Mercado Central a los barrios y qué están aportando en ese sentido?
–Estamos trabajando con el jefe de Gabinete en todo lo que tiene que ver con formatos de comercialización que acerquen a los productores y a los consumidores, y que den un precio de referencia. Y que permitan además, a través de la reducción de intermediarios, generar condiciones para que la apropiación del excedente de la cadena favorezca a los pequeños productores y consumidores en general. En este sentido, las experiencias del tipo del Mercado Central y los mercado concentradores, como el que Samid abrió en Cañuelas, son referencias que pueden ser muy útiles a los fines de un objetivo de tener precios de referencia para tomar decisiones de consumo.
–¿Pueden convivir los mercados centrales con los grandes supermercados? Los lobbies en contra son muy fuertes…
–Claramente, si avanza este formato, va a dar señales muy claras respecto a márgenes de rentabilidad por sobre el costo de los productos que los canales de comercialización fijan. Y, obviamente, va a haber resistencia pero eso no es motivo para que uno no pueda avanzar en esa línea. De hecho, la idea de tener canasta de referencia y empoderar a los consumidores es, precisamente, limitar la capacidad de apropiación injustificada de parte de la renta de las cadenas de valor. Porque cuando alguien se queda con algo más de lo que le corresponde, se lo saca al consumidor. Y esta política de precios que lleva el Estado nacional pretende una distribución más equitativa del excedente.
–Los niveles de concentración de la economía y los monopolios es un tema de debate constante en la Argentina. ¿Hay posibilidades de avanzar en leyes de competencia más sólidas que penen ese tipo de conductas de forma efectiva?
–La presidenta dio claramente su visión y su expectativa respecto a la necesidad de contar con un cuerpo normativo que fortalezca la capacidad del Estado de evitar situaciones de abuso por parte de formadores de precios, monopolios y oligopolios. Entonces, el cuerpo normativo actualmente vigente está siendo revisado para poder dotarlo de consistencia y alcanzar estos objetivos que la presidenta ha puesto como prioritarios. Junto con la aparición de diferentes proyectos que hay presentándose en el Congreso, también el Ejecutivo está trabajando para contar con una legislación consistente con la política económica y la política pública. Están los proyectos de Aníbal Fernández, Héctor Recalde y Juan Cabandié, que son iniciativas que apuntan en esa dirección, después hay que ver la mejor reforma o revisión de la ley.
–¿Estas modificaciones se podrán emplear ante las apelaciones de los supermercados a las multas aplicadas por violar el acuerdo de precios?
–Estas leyes se van a aplicar transversalmente a la economía. Con respecto a los supermercados, hoy ellos tienen la posibilidad legal de presentar un recurso cuando son sancionados para posponer el pago de la multa, lo que para nosotros no es razonable. Estamos analizando cómo cumplir con el principio de pago de la multa aplicada y, en todo caso, después se le devolverá lo que corresponda según la decisión de la justicia. Lo hablamos con los supermercados y ellos saben lo que nosotros pensamos.
La relación con los consumidores
Durante la entrevista, el secretario de Comercio, Augusto Costa, repasó la relación que mantiene el gobierno con las asociaciones de defensa del consumidor. El dato de qué piensa hacer el gobierno con esa relación es importante toda vez que durante la gestión anterior hubo acercamientos, aunque las asociaciones no terminaron de ocupar un lugar concreto en las políticas de precios.
–Con las asociaciones de consumidores, otro de los sectores con los que hubo chisporroteos, ¿cómo es la relación hoy? ¿Hay una idea de integrarlos?
–Nosotros respetamos todos los aportes que sean constructivos y que permitan mejorar la capacidad de la Secretaría de Comercio para definir políticas y para concretarlas. En ese sentido, trabajamos con las asociaciones de defensa de los consumidores, trabajamos directamente con los consumidores a través de sus denuncias, trabajamos con organizaciones sociales y con diferentes actores, para poder cumplir con nuestros objetivos.
(Diario Tiempo Argentino, domingo 30 de marzo de 2014)