INTERNACIONAL / Crisis europea y reconversión industrial / Escribe: Norberto Colominas






En manos de las burguesías, la crisis que afecta a la eurozona es la herramienta que les permitirá producir la reconversión industrial, fundamentada en la reducción de los salarios y en el fin del estado de bienestar. Ese es el precio que pagarán los pueblos para que las patronales recuperen la competitividad perdida.

Desaparecido el comunismo hace más de veinte años, el estado de bienestar --creado para frenarlo-- es un lujo que resulta tan obsoleto como caro. Según el razonamiento de las burguesías Europa no puede seguir pagando salarios seis veces más caros que el promedio del Asia Pacífico y tres veces más que el promedio de los emergentes.


Al suprimir el estado de bienestar los países europeos ahorrarán un tercio de sus gastos totales, incluidos los de defensa. Y al reducir los salarios aumentará la competitividad de sus precios, sus exportaciones y consecuentemente sus ganancias. Estas dos razones estructurales explican tanto el origen como la permanencia de la crisis.

Esta necesidad del capitalismo europeo es lo que provocó la "traición" de la socialdemocracia, finalmente un partido patronal con antifaz progresista. Puesto que también han desaparecido los partidos comunistas, los trabajadores europeos se han quedado sin representación política, si se exceptúan algunas módicas izquierdas y movimientos incipientes del tipo de los "indignados" españoles.

Por ejemplo, cuando convoquen nuevamente a elecciones nacionales en España, ¿a quién votará el ciudadano de a pie? Lo único que puede frenar la ejecución de este plan de las burguesías es una enorme movilización popular, pero eso no está a la vista, más allá de las previsibles manifestaciones de protesta.

v Los casi seis millones de desocupados también son una palanca en manos del gobierno español, cuya economía muestra curiosos números en los últimos años. Desde 2009 las exportaciones crecieron 6 por ciento anual promedio, y la productividad del trabajo aumentó cerca del 25 por ciento, es decir que se duplicó en cuatro años. Aquí ya se puede detectar una reducción del salario real significativa, paralela a la reducción de empleos.


El euro es la llave que garantizará la continuidad de la crisis por varios años más (período necesario para completar el movimiento), porque en la práctica funciona como una convertibilidad. ¿Por qué Grecia, España, Italia, Portugal e Irlanda aceptan una moneda tan cara como el euro, cuya cotización respecto del dólar excede largamente las posibilidades de sus economías? Simplemente porque a sus respectivas burguesías les conviene. Y porque es un atajo para alcanzar el objetivo.

El plan de las burguesías cuenta con el apoyo del poder político, económico y mediático. Los trabajadores no tienen poder alguno y se ven obligados a vender su fuerza de trabajo (cuando logran hacerlo) al precio que las patronales decidan pagarle.

Así funciona el capitalismo, sólo que ahora sorprende ver uno de sus rostros más desagradables en la vieja Europa, otrora sinónimo de libertad, democracia y bienestar.


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