Arrasó Correa en el Ecuador. Con casi 10% más que en la elección anterior, quedó claro que su liderazgo está intacto y que el pueblo ecuatoriano sabe que este gobierno es el que más lo ha favorecido.
Tendrá mayoría propia en la Asamblea, lo que le permitirá aprobar leyes decisivas, como es el caso de la Ley de Medios, demorada desde 2009, y que colaborará a exigir un comportamiento menos sesgado a los medios privados hegemónicos, transformados en usinas de oposición política furiosa a la vez que hipócritamente negada (hablan de "periodismo independiente", y de una pretendida "falta de libertad de prensa", la cual pueden denunciar sin problema gracias a que existe plena libertad de prensa).
La izquierda anticorreísta (en buena medida compuesta por ex-miembros de Alianza País, la organización de Correa), se hundió pesadamente. Ligada a reivindicaciones étnicas y ambientalistas, quedó claro que una cosa es hacer protestas y otra ser una alternativa de gobierno. Juntos, los dos candidatos diferentes que presentaron no llegaron al 5% de los votos, un resultado desastroso. Deberán repensarse, y advertir que el ataque frontal al gobierno en consonancia con la derecha, no les ha hecho bien en su aceptación pública.
La derecha, si se suma a Lasso los votos de Rodas y Noboa, estuvo algo por encima del 30% de votos. Habrá que ver si logra un liderazgo único, y cómo hace para oponerse a Correa con un discurso coherente.
La fluctuación de campaña entre decir que mantendrían los programas de Correa y a la vez disminuir el gasto público no puede mantenerse, pues sostiene propuestas mutuamente inconsistentes. Tendrán que decidirse por ser derecha neoliberal clara, o correrse hacia el centro y romper lanzas con el discurso proempresarial, lo cual parece imposible para un banquero como Lasso.
Tras su triunfo resonante, para Correa no deja de haber tareas importantes por realizar. Reforzar el ala izquierda de Alianza País, para evitar el desequilibrio con los (minoritarios) sectores empresariales que acompañan al gobierno; buscar el autoabastecimiento alimentario; avanzar en una industrialización que dé más valor agregado a las exportaciones; ir diversificando el comercio (hoy muy centralizado en China), y superar el déficit que está produciendo. En fin, que la economía no dependa en tanto de la renta petrolera. Tareas no menores, para las cuales ha mostrado que cuenta con el amplio apoyo del pueblo ecuatoriano, que espera la continuidad y profundización del proyecto popular y latinoamericanista que ha mejorado sus condiciones cotidianas de vida.-