Fueron los relatos de los mendocinos Silvia Ontiveros (hace años vive en Chile), Fernando Rule, Luz Faingold, Alicia Morales y Alberto Córdoba, que se transformaron en casos testigos para reflejar la conexión entre la Justicia federal de la década del ’70 con los secuestros, torturas y desapariciones de esos años.
Los testimonios más crudos y desoladores que se escucharon en el juicio por crímenes de lesa humanidad hecho el año pasado en la provincia, fueron los que ayer resonaron en la Corte Suprema de Chile contra el destituido camarista federal Otilio Romano, ante el supremo chileno Sergio Muñoz, quien deberá decidir si le otorga o no la extradición solicitada por Argentina contra el ex juez, por crímenes de lesa humanidad.
Las violaciones sexuales diarias a las mujeres presas en el D2 (el actual Palacio Policial, en calle Belgrano) a manos de los carceleros, las torturas con picana, las golpizas, los períodos de inanición e interrupción permanente del sueño, la presencia de menores en esos calabozos, casi siempre hijos de los detenidos, todo lo ocurrido en ese infierno, fue escuchado por el juez de la Corte de Chile, Sergio Muñoz.
Fueron los relatos de los mendocinos Silvia Ontiveros (hace años vive en Chile), Fernando Rule, Luz Faingold, Alicia Morales y Alberto Córdoba, que se transformaron en casos testigos para reflejar la conexión entre la Justicia federal de la década del ’70 con los secuestros, torturas y desapariciones de esos años durante la lucha contra la subversión.
Todos los testigos tuvieron en común en ese tiempo al mismo acusador judicial: Otilio Romano, que por aquellos años ejercía el cargo de fiscal federal.
Ellos le recriminan a Romano haberle denunciado las torturas y violaciones que padecían en el D2 sin que este nunca las investigara.
En esa tanda de testimonios, el caso de Luz Faingold es aun más comprometedor para Romano, porque la mujer, que en aquel momento tenía 17 años y siendo menor de edad estuvo presa en el D2, declaró que el ex camarista, y en aquella época fiscal federal, la visitó en las mismísima celda de esas mazmorras para ponerse al tanto de su situación.
Optimismo en Mendoza
El abogado del MEDH (Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos), Pablo Salinas, aseguró a Diario UNO que “las declaraciones que se hicieron hoy (por ayer) son un logro enorme que se consiguió ante la Corte de Chile de parte del abogado que nos representa allá, Carlos Quezada”.
Explicó el letrado que “haber conseguido que la Corte trasandina escuche a las víctimas mendocinas de Romano ha sido muy importante para nosotros, porque el anterior juez que tuvo el caso y que lo dejó porque se jubiló ya había rechazado este mismo pedido al que su remplazante, Sergio Muñoz, accedió”.
Salinas resaltó que “los testigos declararon muy bien” y rescató que “el juez Muñoz era lo mejor que nos podía pasar, porque tiene una larga trayectoria en Chile trabajando por los derechos humanos”.
(Diario UNO, 17 de noviembre de 2012)
