INTERNACIONAL / Alto al fuego en Siria: ¿solución o profundización del conflicto? / Escribe: David Urra






Cuando se designó por el exclusivo Consejo de inSeguridad de la ONU a Lajdar Brahimi como mediador en el conflicto sirio, muchos pensaron que este, apoyándose en su “experiencia”, podría hacer algo por solucionar de forma pacifica la confrontación en la nación árabe y de esta forma detener las muertes y destrucciones que hoy ensombrecen el panorama de este sufrido país. Pero, la realidad siempre supera a la ficción, si ficción, porque pretender que el Consejo de inSeguridad negocie una salida pacifica a este conflicto, no pasa de ser eso, una ficción.

Lo mas interesante de esto es que Brahimi no solo representa a la ONU, sino que por igual habla y negocia en representación, nada mas y nada menos, que de la Liga Árabe, en cuyo seno se encuentran algunos de los países que arman, entrenan y financian a los terroristas extranjeros y nativos que actúan en nombre del autotitulado Ejercito libre sirio.

Es cierto, como algunos refieren, que la situación es complicada y cada vez más se profundiza, pero no creemos que se solucione con este tipo de acciones.


Para comenzar debemos dejar claro lo que ocurre en Siria y que por razones incomprensibles no se refiere ni en los informes del “representante” ni en los medios Masivos de Difusión.

En un trabajo que publicamos anteriormente expresamos lo siguiente:

Siria esta siendo agredida desde el exterior, por fuerzas apoyadas financiera, económico y militarmente por el “Eje de la Guerra” y sus aliados mediorientales Turquía, Qatar y Arabia Saudita.

La Liga Árabe y la Unión Europea son partes en el conflicto, del lado de las fuerzas agresoras, no mediadores por la Paz.

La comisión que preside Kofi Annam, solo busca amarrar al gobierno sirio en sus acciones de rechazo a la agresión y nada tiene que ver con la “preocupación humanitaria” que dice asumir.

Los agresores necesitan tomar alguna ciudad o región importante para montar el show propagandístico al estilo libio, presentar un supuesto gobierno que tiene tomada alguna región y de inmediato aumentar de forma abrupta la entrega de armas y medios a los grupos armados.

La mayoría de los miembros del ELS son mercenarios pagados para matar, sin ideología ni sentido de pertenencia.

Los grupos irregulares son entrenados en Turquía por especialistas norteamericanos, ingleses, y turcos, por lo que esto hace a Turquía cómplice y promotora de la agresión.

Igualmente desde la frontera con Iraq y Jordania se están preparando e introduciendo grupos que pretenden generalizar el caos.

El uso de ataques suicidas y acciones aisladas demuestra que se les están acabando las opciones y recurren al terror puro.

Esta situación no ha cambiado en nada o casi nada, pues solo tendríamos que sustituir el nombre de Kofi Annam por el de Lajdar Brahimi y sería lo mismo.

Recuerden que primero designaron a un Ex General africano que al elaborar un informe donde se decían las verdades sobre la agresión a que estaba siendo sometida Siria, fue prácticamente borrado del mapa y su informe termino en los retretes de la Liga Árabe y la ONU.

Después apareció el Kofi (nada que ver con los afamados Coffee Cake aunque tenga también un baño de chocolate), que al no poder “convencer” al gobierno sirio de abandonar el país y entregarlo en manos de los extremistas financiados y preparados por Turquía, Qatar, Arabia Saudí y occidente, decidió “renunciar” y dejar el cargo disponible a otro mas aventajado.

Así las cosas, aparece Brahimi, cuyos méritos como “negociador” están asociados a dudosos conflictos y no menos dudosos resultados, que trata de continuar la tarea dejada inconclusa por su predecesor Annam, consistente en tratar de ablandar al Gobierno sirio para que desista pacíficamente de defender su territorio y soberanía.

En la mecánica diplomática de Brahimi se observan las clásicas manipulaciones mediáticas de occidente; primero poner en un mismo plano a agresores y agredidos; segundo tratar de suplantar la agresión a que esta siendo sometida Siria por un enfrentamiento interno o guerra civil entre los sirios; tercero proponer acciones, como el alto al fuego, a sabiendas de que las bandas armadas no lo acatarán y nadie los acusará por esto – recientemente ante la solicitud de Siria de que el Consejo de inSeguridad emitiera una critica contra la violación del alto al fuego, recibió la callada por respuesta.

De esta forma se trata de ganar terreno ante la resistencia de los sirios contra la agresión. El alto al fuego lo único que trajo fue un incremento de las acciones de los invasores que aprovechando la impunidad que les da el apoyo de occidente y el control que tienen sobre los mecanismos de información, arremetieron en distintos frentes para aprovechar los días de tregua.

¿Cómo se explica la afirmación de Brahimi de que había contactado con distintos grupos de insurgentes y que habían acatado el cese del fuego, con la ofensiva en casi todos los frentes que los rebeldes desarrollaron durante estos 3 días?

¿Por qué Brahimi si puede mencionar al Gobierno por su nombre y cuando se refiere a los rebeldes solo los nombra como grupos rebeldes? ¿Es que acaso no tienen denominación, ni dirigentes a los que se les pueda señalar por sus nombres como cabecillas o representantes?

El problema es mucho mas complejo, pues los rusos y los chinos proceden con las mismas incongruencias y no acaban de llamar las cosas por su nombre.

Decir que es necesario que se detenga la violencia tanto por un bando como por otro es equiparar a los que agreden al pueblo sirio con apoyo de fuerzas occidentales y con fines espurios, con el gobierno que defiende la integridad de la nación. Es poner en la misma balanza a los que por dinero o prebendas asesinan a civiles y militares sirios y destrozan sin compasión lo que ese pueblo construyó con su sudor. Es validar a los que arrasan con las riquezas culturales del país para venderlas y adquirir armas y recursos para la guerra.

Hemos oído en estos meses muchas evaluaciones sobre el accionar del gobierno en Siria, coincidente con el tipo de campaña que se realiza cuando un país quiere ser demonizado por EE.UU para justificar una agresión contra el. Independientemente de los errores que pueda haber tenido el gobierno de Al Assad, nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a destruir un país y utilizar a bandidos con esos fines, en aras de rectificar la situación existente.

Se ha dicho insistentemente, empezando por los líderes occidentales, que son los sirios los que deben de resolver sus problemas. Pero ¿como lo van a hacer si por otro lado se esta prácticamente invadiendo el país con malhechores y terroristas traídos de todos los confines del mundo árabe?

Recientemente en su visita a Rusia el Sr Brahimi, molesto porque los rusos no le deban carta abierta para que se aceptara la intervención de occidente en Siria, puso como ejemplo el de una madre que decía tener dos hijos, uno estaba en el ejercito sirio y el otro combatía con la oposición, para rematar bramaba enfáticamente: “que me digan si esto no es una guerra civil”.

Sr Brahimi, esto es una guerra contra los civiles provocada por una invasión, que no se sabe como usted no puede ver y que esta financiada por los mismos que le pagan a usted para que trate de convencer a todo el mundo de que se dejen avasallar por el imperio. Los mismos dólares que llegan a sus manos, llegan a los que decapitan niños y asesinan civiles en Siria.


Por desgracia Rusia y China siguen divagando y señalando eufemísticamente que es necesario que “ambas partes” traten de resolver el conflicto.

A nuestro modo de ver este conflicto no acabará hasta que una de las partes rinda a la otra. El que ceda pierde.

Al parecer occidente desea terminar ya, para poderse ocupar de las otras guerras de conquista que están en continuo progreso. Los procesos de ablandamiento de Irán, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, así como los de Corea del Norte, Cuba y otros países en los continentes africano, americano y asiático, son una muestra de lo abarcadora de la tarea y lo complicada de su ejecución.

Esperamos de todas maneras que tanto el enviado del “Eje de la Guerra” como sus promotores sepan que, cuando un pueblo se decide a luchar no hay conspiraciones que funcionen.

Después que no digan que no se lo advertimos. Por demás estamos consientes de que haberlo dicho no significa que lo escucharon; que lo escucharon, no significa que entendieron; que lo entendieron, no significa que estén de acuerdo; que estén de acuerdo, no significa que lo hagan; que lo hagan una vez, no significa que lo hagan siempre.

El mundo tiene cosas que son infinitas como el universo, el tiempo y la estupidez de algunos hombres.

(Fuente: Contrainjerencia)

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