El año 1951 fue un año histórico para las mujeres argentinas. Hoy, hace 60 años las mujeres votaban por primera vez. De esta forma, se reconocía la igualdad política y social entre hombres y mujeres. Hubo resistencia como es habitual cuando se busca la ampliación de derechos a nuevos sectores. Esa resistencia desconocía algo que sucedía de hecho: las mujeres ya participaban de la política, aún sin ser ciudadanas plenas. Cómo sucedió con el divorcio y el matrimonio igualitario, los opositores a la nueva ley argumentaban que no era un hecho natural y que podía terminar con la sociedad tal como era conocida. Lo único que sucedió con la aprobación de estas leyes fue que se reconocieron más derechos para algunos sectores sin afectar los derechos de otros.
Eva Perón fue clave en el avance de la igualdad entre el hombre y la mujer. Hoy seguimos avanzando en la construcción de ciudadanía de las mujeres y desde el 2003 asistimos a un renovado impulso en el camino por la defensa de los derechos de todas las mujeres y en contra de la discriminación.
La relación entre los géneros ha estado marcada históricamente por la subordinación, la discriminación y la desigualdad entre varones y mujeres. Se afecta, de esta manera, un principio constitucional básico que es la igualdad entre todos los habitantes del país.
En 2009 se promulgó una norma fundamental, la Ley N° 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollan sus relaciones interpersonales. Esta ley es considerada por muchas militantes como un punto de inflexión en el abordaje de la problemática de género ya que amplía derechos y construye ciudadanía.
La ley tiene por objetivo remover los patrones socioculturales que históricamente colocan a las mujeres y a las niñas en una posición subalterna al género masculino, lo cual crea una relación desigual de poder. Batalla larga y difícil si las hay: se trata de poner fin a la discriminación contra las mujeres cuyo extremo más violento es el femicidio, es decir, el asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad (definición provista por La Casa del Encuentro).
Las mujeres tienen más probabilidad de ser atacadas por un varón de su entorno que por un extraño. Este dato es sistemáticamente ignorado por aquellos que alzan la voz en contra de la inseguridad ya que no suelen hablar de este tipo de problemática social.
El debate sobre el aborto legal, seguro y gratuito también es fundamental para las organizaciones de mujeres. El hecho de que se haya comenzado a discutir un proyecto de ley de despenalización es histórico, ya que se pretende terminar con una situación doblemente discriminatoria: la mortalidad de mujeres pobres por abortos inseguros. Una vez más, nos encontramos ante una realidad que presenta puntos de vistas muy divergentes, lo cual augura prolongados debates.
El programa de salud sexual y procreación responsable tiene como objetivo promover la igualdad de derechos, la equidad y la justicia social. De esta forma, el derecho de decidir de las mujeres sobre sus propios cuerpos y el derecho de las parejas a resolver sobre la planificación de la descendencia queda plasmada de manera formal. Así, se reconoce a la mujer más allá de un rol tradicional y estereotipante: como madre y desprovista de sexualidad.
Los y las militantes coinciden en señalar que se trata de un momento de enorme participación por parte de las organizaciones de la sociedad civil. Cómo nunca antes, sus voces son escuchadas y tomadas como válidas en las temáticas que cada una trabaja.
Hace 60 años Eva Perón votaba desde su lecho en el hospital donde estaba internada por un avanzado cáncer. Esa imagen quedó grabada en la retina de la memoria histórica del país. Murió al año siguiente de cáncer de cuello de uterino, una forma de cáncer que afecta a muchas mujeres. Casualmente, a partir de octubre de este año, se incorporó al calendario nacional de vacunación, la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), que puede producir esa enfermedad.
Aun falta mucho por recorrer, pero las mujeres seguimos avanzando.
(Ximena Federman es socióloga UBA e investigadora (temas de genero y discriminación). Fuente: Télam)