Hoy PROYECTARIO se asoma al análisis de una de las mayores estafas de las que tiene recuerdo nuestro pueblo, porque quien ganó prometiendo salariazo y revolución productiva, vino a reducir a su mínima expresión a la Argentina.
En efecto, Carlos Menem fue el gobernante perfecto que hallaron Alvaro Alzogaray y Bernardo Neustadt (patéticos mascarones de proa del poder económico concentrado, las oligarquías y las aristocracias más rancias).
Mucho dolor produjo este hombre, llegado desde la cálida La Rioja (provincia que gobernó antes y después de la dictadura) para aplicar las políticas del Consenso de Washigton. Un hijo del peronismo que llegó para traicionar al peronismo.