Su interés y sus aptitudes lo inclinan hacia el tango canción o tango con letra, escasamente cultivado hasta ese momento. En efecto, el tango estaba por entonces culminando su proceso evolutivo que lo había llevado de ser una música alegre (en compás de dos por cuatro y de origen posiblemente cubano) que se bailaba de forma un tanto procaz en las fiestas de las clases populares de Buenos Aires, a convertirse en un lamento cantado, una música nostálgica y desgarrada que los porteños acomodados habían aprendido a admirar y a bailar y que Gardel estaba destinado a dar a conocer en todo el mundo.
Cuando en 1915 forma pareja con José Razzano, intérprete de tangos que ya goza de alguna fama, ninguno de los dos sospecha que en pocos años van a convertirse en ídolos tanto de los entendidos como de un amplio sector de público. Fue a raíz de una apoteósica actuación en el teatro Esmeralda de Buenos Aires, en 1917, cuando el personal estilo de interpretar el tango de Carlos Gardel caló hondo en el público porteño y dio al dúo Gardel-Razzano una fulminante celebridad.
El tándem se mantendrá hasta 1925, año en que Gardel debió partir solo hacia Europa. José Razzano, aquejado de una enfermedad en la garganta, había decidido abandonar el canto. Esta desgracia de su compañero significará, no obstante, la fama internacional para Gardel. Tres años después de cruzar el Atlántico, escribe a Razzano: "La venta de mis discos en París es fantástica; en tres meses se han vendido setenta mil". Bing Crosby, Charles Chaplin y Enrico Caruso se deleitan con canciones como "Mi noche triste", "Volver" o "No habrá más penas ni olvido".
Corrientes tres cuatro ocho, segundo piso, ascensor,
no hay porteros ni vecinos, adentro cocktail de amor.
Pisito que puso Maple, piano, estera y velador,
un teléfono que contesta, una fonola que llora,
viejos tangos de mi flor y un gato de porcelana
pa` que no maúlle el amor.
Y todo a media luz, que es un brujo el amor,
a media luz los besos, a media luz los dos.
y todo a media luz, crepúsculo interior,
que suave terciopelo la media luz de amor.
Juncal doce veinticuatro, telefonea sin temor,
de tarde te con masitas, de noche tango y amor,
los domingos té danzante, los lunes desolación.
Hay de todo en la casita, almohadones y divanes como en botica,
coco, alfombras que no hacen ruido y mesa puesta al amor...