ARGENTINA / Feinmann y González: Borges, El Eternauta y la política argentina / Nota







Horacio González y Juan Pablo Feinmann protagonizaron en 6,7,8 un rico intercambio de ideas sobre literatura y su relación con la actualidad del país.



Un video con la palabra de Jorge Luis Borges, sus frases, sus definiciones y algunas reflexiones de Alejandro Dolina sobre el escritor sirvió de prólogo para un rico debate que tuvo como protagonistas a José Pablo Feinmann y Horacio González en el programa de la TV Pública 6,7,8, en el cual intercambiaron análisis sobre la vida y obra de Borges y su relación con la política argentina, la trascendencia de la obra de Héctor Oesterheld, El Eternauta, y las facetas de la democracia y el peronismo.

HG: –Para mí sigue siendo motivo de estudio. Si leo a Borges tengo la sensación de estar estudiando algo sobre la condición humana, incluso en el mismo Borges, y de alguna manera que uno no sabe explicar muy bien, sobre qué hace uno cuando lee a Borges. No sé si es el mejor de todos, no tengo esa expresión que usó Dolina, pero también festejo lo que dijo. Sigue perteneciendo a la trama más intima de la reflexión sobre lo que se hace cuando se escribe. Después están sus opiniones políticas, sus actos políticos, con la capacidad de irritar pero hay que verlas como actos infantiles. Hay un manejo del infantilismo en la opinión de Borges que contrasta tan agudamente con su literatura donde en realidad lo que hay es destino, culpa y muerte, que se podría decir incluso que aun a pesar de sí mismo toda su literatura es una de las más profundas comprensiones del conjunto del drama político argentino, desde el Facundo hasta el peronismo.

JPF: –Es complejo el tema Borges, como dice Horacio. Si estuviésemos hablando de un escritor mediocre, intrascendente, no sería tan valiosa una reflexión sobre el tema Borges.

Barragán: –Estás haciendo un curso de literatura y compromiso político…

JPF: –Sí, un curso de literatura y compromiso político. Borges, Walsh, Oesterheld.

Barragán: –¿Y cómo aparece Borges ahí?

JPF: –Lo notable del curso es cómo aparece Oesterheld. Bueno, por primera vez tratado como un gran escritor argentino al lado de otros dos grandes. Estuve con Elsa Oesterheld, la viuda de Héctor Germán Oesterheld hace unos días, y es el caso más trágico de la dictadura desaparecedora, porque perdió cuatro hijas, un yerno, un marido, un nieto. Los mataron a todos. Siempre voy de tanto en tanto a verla, y en estos días en que preparaba el tema Borges para lanzar el tema como el primer autor que iba a estudiar, bueno, hay cosas para mí de Borges que son definitivas y maravillosas, como el "Poema conjetural", donde creo que la contradicción civilización y barbarie de este país está superada, porque cuando Laprida siente el íntimo cuchillo en la garganta dice "al fin me encuentro con mi destino sudamericano", o en "El sur", gran cuento donde Juan Dahlmann sale de una clínica –que es la ciencia, la civilización– y va a morir a campo abierto. Pero este mismo Borges, y esto sí es un acto político, en septiembre de 1976 viaja a Chile porque le van a dar un Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Chile. Lo recibe Pinochet, y hay una foto muy dolorosa dándole la mano, y Borges dice en su discurso "agradezco a Chile haberle mostrado a la Argentina cómo se lucha contra el comunismo, porque elijo la blanca espada antes que la furtiva dinamita". En ese mismo momento, Orlando Letelier era volado con dinamita en los EE UU por la Dina comandada por Pinochet. Cuando dice lo de la furtiva dinamita, pierde el Nobel por completo. La dinamita la inventó Alberto Nobel, y él parece haberlo olvidado. Al día siguiente lo llaman y le dicen "Borges, olvídese del Premio Nobel". Con Borges tenemos el mismo problema que con Heidegger, con Riefenstahl: es decir, un gran artista, un gran escritor, que contrae un fuerte compromiso con las fuerzas más oscuras que niegan la vida. También dijo Borges en Chile: "Retomo la espada de Lugones", y la espada de Lugones fue la que llevó al fascista Uriburu al gobierno. Me gustan mucho los cuentos de Borges, doy clases de Borges, pero esto es para mí intolerable.

Barragán: –Alguna vez dijiste que la persona que no entiende mucho de política es de derecha.

HG: –No, no coincido con eso. Dije infantilismo y no está bien, porque Borges es un ser esencialmente irónico y capaz de actos mortíferos con la ironía. Está en toda su literatura. Lo que dice Feinmann no debería ser inhibición para que todos estos lectores nuevos, los de 16 años que seguramente votarán, lo lean. Hay una ética profunda, una ética del incrédulo, agnóstico a veces definido por él mismo, la palabra de alguien que no cree en premios ni castigos pero sin embargo hay que condenar. Hay un Borges político que es un anarquista conservador según su propia definición, y hay un Borges literario-político que nunca dejó de pensar la historia argentina como una tragedia hacia otra cosa, la muerte, lo desconocido. Eso para mí forma parte de otra forma de la ética, que es pensar en lo impensado, en si podemos ser el reverso de lo que creemos ser y tener una identidad que nos transforme en otros respecto de lo que creemos vulgarmente de nuestras propias vidas. Es también el autor de una magna ética política hoy, incluso para pensar a la Argentina de hoy.

JPF: –Un gran artista se supera a sí mismo, supera su ideología cuando escribe. El "Poema conjetural", "El Sur", van más allá, superan a Borges. El primer cuento de El Informe de Brodie se llama "El otro", el viejo tema de Borges, el remanido tema de Borges que se repite mucho, donde se juega su propio vacío, como Heidegger. En El informe de Brodie, en su literatura, él le cuenta a un Borges más joven cómo está el mundo hoy, y le dice: el mundo está mal, Rusia se está devorando el planeta, y América –los EE UU– dominada por la superstición de la democracia, no se decide a transformarse en un imperio. Planteo con esto la complejidad de Borges, como la de Heidegger, que recordemos fue rector de la Universidad de Friburgo en 1933 en tiempos de los nazis, y Heidegger es un gran filósofo. ¿Qué se hace con esa gente? Es gente muy compleja.

Barragán: –Uno ve la prohibición de El Eternauta, el 0800 para denunciar política en las escuelas, la promesa de diputados de que no existirá la Cámpora ni 6,7,8 si gana Macri…

HG: –Pero diría sin escapar de Borges: en el mismo libro está el cuento llamado "El Informe de Brodie", que es una de las más grandes comprensiones que hay del mundo que no posee el lenguaje, el mundo sin la metáfora, sin la vida civilizada, sobre lo que habitualmente llamamos barbarie. Creo que la profunda comprensión del otro que no somos, que nos inquieta o desafía, es casi una lección para investigar lo que está ocurriendo hoy en la Argentina, y en ese sentido, saber enfrentarnos con cierto destino que incluye actuar con lo que no sabemos de nosotros mismos, pero en el caso de Borges, sería un abuso de mi parte decir que nos permite entender al ministro (de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Esteban) Bullrich, pero permite entender las fórmulas a través de las cuales expresamos nuestra identidad, nuestras angustias, nuestro ser, a través del lenguaje. Permite entender todo lo que decimos en términos del lenguaje. Permite hablar ahora en pocos segundos en televisión, ese debate que permite partir pantalla entre el sindicalista con el que estamos de acuerdo y el ministro con el que no. Es el espejo invertido que es nuestra vida de alguna manera. Resumiendo mucho, podrá transformar mejor la Argentina aquel que pueda comprender finalmente esta estructura última de las conciencias. Por qué se produce este debate, puedo explicarlo yo, y tengo que explicarlo yo mejor que el ministro, no sólo en términos de tener la explicación adecuada en el momento en que habla el ministro, sino también en términos de explicar todo el conjunto de la situación como un destino que puede escapársenos. Toda la televisión está en contra de lo que digo. Todo lo que se hace en televisión de alguna manera supone cierto desplazamiento, cierta inhibición para estudiar todas estas cuestiones. No se puede hablar en televisión como estamos hablando ahora José y yo. En la televisión está como ocultado o transferido hacia otras dimensiones la idea del destino. ¿Qué destino? ¿El destino superior? ¿El destino de los dioses? No, el destino de lo que somos nosotros mismos cuando hablamos de democracia, del voto juvenil, con el que estoy totalmente de acuerdo, entre otras razones porque es una enorme apuesta, algo que no conocemos bien qué va a pasar, arriesgada en el mejor sentido. La democracia es un sentido de riesgo, no es solamente la estabilidad de las instituciones, sólo a través de este tipo de riesgos podemos conocer el destino de lo otro que seremos. En ese sentido, toda la literatura de Borges es de una enorme actualidad, no es verdad que no sirva para hablar de estos temas, tan verdad como que ha dicho frases tremendas. Es parte de algo que levemente él quiso cambiar, que sus amigos le indicaron.

JPF: –Vayamos a El Eternauta porque no vamos a poder agotar este tema. Yo admiro un montón de textos de Borges que sirven para el problema que planteó Alberdi sobre la Argentina. Hay una democracia civilizada, y hay una democracia bárbara. Este país se va a arreglar el día en que las dos democracias puedan unirse, y no se unen porque la democracia civilizada es incapaz de incorporar a la democracia bárbara, que es la democracia de la negritud. Esa es la contradicción civilización y barbarie, que en la política sigue vigente, y que Borges en el "Poema conjetural" y en "El Sur" es el que mejor la entiende. Cuando en los hechos ve la amenaza del comunismo –porque Borges era anticomunista más que antiperonista–, la política de EE UU era la de la Guerra Fría: mire, ahí está el peronismo, pero, ¿quién nos dice que de ahí no saldrá el comunismo? ¿Quién podrá controlar a esas masas? Yendo a El Eternauta, el 25 de mayo de 2005, Néstor Kirchner tenía que dar un discurso en un palco que había armado al costado de la Casa Rosada, porque no quería darlo desde el balcón. Estaba Elsa Oesterheld. Kirchner la toma de la mano y le dice: "vení conmigo", y Elsa le dijo: "nunca un presidente me agarró de la mano para cuidarme". Y Kirchner, frente al micrófono, y atrás, Elsa Oesterheld. Nadie se da cuenta. Ningún periodista se dio cuenta. Yo la llamé y la felicité. Néstor Kirchner –y no por casualidad– fue el único presidente que dio un discurso con "la madre" de El Eternauta a sus espaldas. Creo que ahí empieza a nacer en una especie de inconsciente popular la idea del Nestornauta. El Eternauta, para nuestra generación, fue la nieve de la muerte cuando éramos chicos. A mí me dio la impresión de que la nieve caía sobre Buenos Aires, y mataba a todos. Cuando viene la dictadura militar comienza nuevamente a caer la nieve de la muerte, pero no es una metáfora porque en noviembre, la Editorial Record empieza a editar El Eternauta, y se vuelve a ver la nevada de la muerte. En 1981, Sasturain publica la carta al Sargento Kirk, con enorme valor político de su parte, donde le dice, "tu padre –Oesterheld– ha perdido cuatro hijas", etcétera. Y yo publico en Superhumor, en 1982, "La nieve de la muerte cae sobre todos”. Para nuestra generación, El Eternauta resignificó por la nevada de la dictadura que caía sobre todos, sin preguntar si eras inocente. No había fiscales, no había jueces, no había juridicidad. El Eternauta para nosotros fue fundamental, y ahora lo es para nuestros pibes, con ese tipo que se pone ese traje para no morir y para pelear con los que están del lado de la muerte.

HG: –Coincido plenamente. Fue y sigue siendo una forma de nuestras opciones morales, entendidas como parte de la vida en comunidad y el conflicto de vivir en comunidad. La influencia de Borges sobre Rodolfo Walsh es bastante notoria, también, como en Operación Masacre, el estilo de "Esa mujer". Sin la historia determinada de Borges no hubiera habido ciertos elementos del tiempo circular que aparecen en El Eternauta. Hay fórmulas de reflexión en Borges que nos haría bien a todos, desde el punto de vista de una alta literatura con cuestiones éticas de la decisión política de estos momentos que nos atañen a todos, desde los más altos gobernantes, a los militantes, a la ciudadanía en general. Por eso, la mención al caso Oesterheld de basarse en el hombre colectivo, en Robinson Crusoe, en Daniel Dufau, no menciono Borges porque está implícita en El Eternauta, como está también en el comienzo de Operación Masacre. Una fortísima carga alegórica, ambos, y seríamos bastante imprudentes si no reconocemos la gran carga alegórica que tiene la interpretación política, la vida política, y los actos políticos, alegoría en el sentido de cómo con una cosa decimos la otra. Toda la discursividad argentina está llena de alegoría.

JPF: –Dos cosas. Comparemos a Borges con el gran autor Oesterheld. Borges, gran autor, lo leímos desde jóvenes, y mi primera novela está influida por él. Pero me duele, y no me importa resolverlo hoy. Más que dar grandes respuestas, sería mejor dejar planteadas las preguntas. La gran pregunta de hoy es: este gran escritor que es Borges, va a Chile, le da la mano al asesino Pinochet y le dice "gracias por enseñar a mi país a luchar contra el comunismo". Paralelamente, acá, donde están luchando contra el comunismo, matan a Oesterheld, a sus cuatro hijas, y le muestran a Oesterheld, estando prisionero, herido por las torturas, las fotos de los cadáveres de sus cuatro hijas. ¿Cómo es posible tanto sadismo, tanta crueldad? Y dije hace una semana en una nota sobre El Eternauta, que la derecha es tan cruel como se lo permite la coyuntura. Si pudiera, la derecha no nos estaría dejando hablar aquí, si la estuviéramos molestando lo suficiente.

Barragán: –¿Cree posible eso?

HG: –Habría que pensar en todas las formas de derecha que hay y ahí estaría la respuesta. Creo que estos tiempos son tiempos de libertades, y aunque veamos el riesgo de todo lo que está ocurriendo en el mundo, y en Argentina el riesgo bajo el cual están muchas de las transformaciones que se han hecho, sería oportuno citar la frasecita que pone Mariano Moreno cuando comienza a publicar la Gazeta de Buenos-Ayres, de "raros tiempos estos en que se respira un aire de felicidad por el hecho de poder decir todo lo que inspira ser libre", frase de Tácito. Estos son tiempos raros de felicidad, y complejísimos. Estremece lo que dice José: lo que Borges dice en Chile y lo que pasa paralelamente acá con Oesterheld, en el mayor acto de crueldad de la Argentina. ¿Dónde ponemos todo lo que leímos, el tejido de palabras que todos tenemos en relación a lo que fuimos y somos como lectores? El Borges de los hechos me interesa un poco menos, pero cada vez que escucho estas cosas, me estremezco. Fue un escritor irigoyenista. ¿Por qué no fue un escritor peronista? Hay muchas razones para eso. El peronismo había inventado sus propias palabras, Perón las suyas. Irigoyen tenía un tipo de trascendencia misteriosa criollista que a Borges le interesaba. Perón, en cambio, venía de doctrinas militares. Sin embargo, hay ideas que están en Borges y en Perón, bien lo dice Viñas que los condena a los dos, y afirma que Argentina está en esa intersección desesperante entre ambos, dice en el artículo "Borges y Perón". Si le sacamos esa desesperación con que Viñas escribió eso, hay muchas relaciones entre ambos: Perón también tiene un tejido de palabras muy elocuente, sólo que dichas muy precisamente y para que muchos otros las digan de la misma manera. Perón dijo: "soy el hombre del destino". Y Borges dice mucho respecto a la lengua política que hoy hablamos en Argentina. Ha sido muy iluminador, incluso la propia lengua del peronismo, que es una lengua con límites más precisos porque es una lengua educativa y una pedagogía para miles de personas. Borges decide cuando aparece el peronismo, convertirse en el autor más antipedagógico por excelencia. A pesar de que su lenguaje no era televisivo, fue un personaje muy televisivo: sus últimos años estuvo haciendo declaraciones en la televisión, donde insistió en trivializar su propia obra, a decir las peores frases que puede decir una persona, como que la democracia es el abuso de la estadística, como recuerda Dolina. Pero esas frases tienen la estructura de un chiste. Oesterheld, que no era peronista, en su primera formulación de El Eternauta, creo que fue desarrollista, porque tiene el planteo de los años ’56 o ’57. Es emocionante el colectivo 60 dibujado en la Avda. Cabildo donde en una pared dice "Viva Frondizi", dibujado por Solano López, donde están el químico, reflexivo bajo la tormenta diciendo "esperá Juan", el Dr. Fagale, el obrero Menéndez, el violinista Polsky que se muere enseguida, la introducción de Juan Sarlo que es un hombre, el que va a salvar, el periodista, que era Oesterheld dibujado con su propia nariz. Y la segunda versión, la que dibuja Breccia, sí prohibida, que se publica en la revista Gente en los años '70 y ya es tercermundista, donde remplaza la alianza desarrollista con el obrero y el ejército, con una mirada hacia el peronismo. Ya se anunciaba al Oesterheld que podemos recordar como militante revolucionario. Ese análisis que hace de todos sus personajes, no es otra cosa que la transposición de una gran historieta real dibujada por los grandes dibujantes argentinos. Esa alegoría formidable es la que está en juego hoy en Argentina. Si todo esto no resultara en términos de democratizar efectivamente a la Argentina todos nuestros héroes están en peligro.

JPF: –Están en peligro, por supuesto. Lo que decía David Viñas, con quien casi estoy más de acuerdo que con vos, era que un viejo (Perón) iba a ser remplazado por otro viejo (Borges), pero Borges y Perón son dos significantes totalmente diferentes. En este momento se juegan dos concepciones del peronismo. Detrás de toda esta hojarasca hay un peronismo de centroizquierda que hace todo lo posible dentro de un capitalismo keynesiano distributivo, y un peronismo que se está formando, duro, que nosotros conocimos, el peronismo con Moyano, Barrionuevo, Scioli como posible candidato, con el Grupo Clarín como apoyo, un peronismo antidemocrático, de una derecha dura, con sus raíces más en el peronismo de Isabel Martínez, y el del tercer Perón, que encuentra su cara fundamental en el gobierno de Cámpora. No en vano los pibes se ponen La Cámpora. Los 49 días de Cámpora fueron mis primeros 49 días de democracia, aunque esto a la derecha la enfurece. Cuando Riggi da el discurso a la policía, casi lloro, porque nunca había escuchado esas palabras: "El pueblo es el protagonista. Deben seguir defendiendo al orden, pero el orden ha cambiado. Al pueblo no lo vamos a castigar. Matar a alguien es injuriar a la dignidad humana." Uno de los más grandes discursos de la historia argentina. Este gobierno toma del gobierno de Cámpora, del discurso de Riggi, esa identidad. El símbolo más trágico de la dictadura es la foto de Elsa Oesterheld con sus cuatro hijitas. Por eso, de un lado Oesterheld, Cámpora, El Eternauta. Y del otro lado, los viejos conocidos del tercer Perón, con Milo de Bogetich, croata asesino, López Rega, la Triple A. Ya vas a ver cómo Macri se vuelve peronista, en cuanto arme una alianza con Moyano, Barrionuevo y otros. Va a surgir un peronismo opuesto a este, pero ya no unido al destino de los otros países de América Latina: va a unirse al ALCA, al libre mercado, porque quieren el libre mercado. Que el Estado intervenga en la economía es lo que los vuelve locos.

HG: –Tanto el esquema de El Eternauta como el general de Borges, es un esquema de tiempo circular, muy interesante. No me parece tan interesante para juzgar a la política argentina, no quiero un tiempo circular, que se repita la historia, que toda la lucha social y política en Argentina se haga con las banderas del peronismo en un sentido de izquierda o de derecha. No creo que el país deba ser puesto en esa encrucijada. Por eso soy partidario de frentes sociales y políticos amplios, con las grandes fuerzas democráticas de tradición peronista y de izquierda que de alguna manera resuelvan estos grandes interrogantes de qué tipo de intervención estatal, qué tipo de democracia, qué tipo de reformulación de los mecanismos de representación política en Argentina, qué tipo de electorado –que me parece fantástico que aparezcan los jóvenes– y por último, qué tipo de lector queremos en las clases, qué se debe decir en las clases, qué libros se deben leer aparte de El Eternauta. Creo que la inserción del rostro de Kirchner en El Eternauta fue un gran hallazgo sentimental, político, pero El Eternauta no debe ser expuesto en forma sistemática a ciertos riesgos de la industria cultural. Cambiar bibliografías, ampliarlas, nuevas bibliotecas para estudiantes y los lectores en general, y ahí la cuestión Borges debe aparecer con fuerza. Como también David Viñas, que ha pensado todo esto de una forma tan crucial para todos nosotros. ¿Seguís cerca siempre de él?



JPF: –Sí, por supuesto. Quiero decir que no hay que ceñir nuestro pensamiento a la Argentina. Aquí está pasando algo nuevo en América Latina, que es lo que pasó con el Mercosur. Nunca América Latina tuvo tanta unión como ahora, y casi se ubica al Mercosur como la sexta potencia mundial, y esto trastorna a la derecha porque EE UU no quiere una América Latina unida. ¿Qué pasa con Assange? Está en la embajada de Ecuador e Inglaterra es capaz de invadir la Embajada de Ecuador. ¿Por qué? Porque Correa lo escucha a Assange, y cuando Correa habla con Assange le dice que su principal enemigo son los medios de comunicación. Claramente, lo que está diciendo es que la derecha en Argentina no es Macri, porque de Macri nos podemos reír fácilmente. De lo que no nos podemos reír fácilmente es del poder comunicacional que rige en toda América Latina con el poder de la derecha hoy.
(Diario Tiempo Argentino, 2 de setiembre de 2012)

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