ARGENTINA / El que avisa no es traidor / Escribe: Matías Garfunkel






Aunque Cristina prefirió no nombrarlo directamente, no disimuló su malestar hacia Scioli. -Deben cesar las operaciones porque esta presidenta no es operable-, dijo Cristina.



La capacidad política de la presidenta de la Nación no deja de sorprender tanto a oficialistas como a opositores. Desde la Casa Rosada, el pasado martes 26 a horas del paro convocado por el sindicato de Camioneros, Cristina Fernández habló poco más de una hora por cadena nacional. Tras comunicar algunos anuncios en materia económica, se dedicó a desmenuzar la realidad. Más que enojo, el discurso de la presidenta reveló cierto nivel de fastidio y honestidad brutal. Así, con absoluta claridad calificó al paro de extorsivo. No hacen falta interpretaciones demasiado rebuscadas para ver lo que se discute en este conflicto. Un lector no tan empapado en política puede darse cuenta qué es lo que está en juego y quiénes son sus artífices. De que se trata de una operación montada por Hugo Moyano, Luis Barrionuevo, Mauricio Macri, Daniel Scioli al amparo del Grupo Clarín. Cualquier artilugio es válido para mermar el poder de la presidenta y desestabilizar al país con tal de no cumplir la cláusula de desinversión que comenzará el próximo 7 de diciembre (“En consecuencia, estando vencido el plazo legal y por efecto de la finalización de la cautelar, a partir del 7 de diciembre de 2012 vence la suspensión del artículo 161 de la ley”, dispuso la Corte Suprema).

Daniel Scioli merece un párrafo aparte. Aunque Cristina prefirió no nombrarlo directamente, no disimuló su malestar hacia él. “Deben cesar las operaciones porque esta presidenta no es operable. Hay que tener los números claros y decir las cosas en serio. Hay que gestionar, no basta con poner la cara.”
Parece que un nuevo integrante se incorporó a la lista de conspiradores. El ministro Julio De Vido no dudó al cargarle a Scioli la responsabilidad del conflicto y hasta se preguntó por su oportuno viaje a Italia el mismo día en que estalló la pelea. Su par Florencio Randazzo, le pidió al gobernador que denunciara al líder de la CGT. Ambos entienden que no hubo inocencia al difundir su foto junto a Hugo Moyano. Porque si hay alguien cuidadoso con las fotos es Daniel Scioli. Él decide personalmente cuál debe salir y cuál no. Lo mismo pasó Macri. Se veían venir las alianzas y el conflicto. Lo que es increíble es el aviso que el gobernador decidió dar a través de las fotos. Pero “el que avisa no es traidor”, dicen, y parece que Scioli así lo entiende. Y Cristina lo conoce.

Todo ese paquete, sumado a la convocatoria de Moyano a la movilización del 27, hizo que la mandataria decidiera adelantar su vuelo desde Río de Janeiro. La operación, para ella, era más que previsible. Más tarde, en otras geografías, se comprobó la intención destituyente, con el golpe de Estado que sufrió Fernando Lugo, el entonces mandatario del Paraguay. Dicho de otra manera, la presidenta no voló desde Brasil por el paro de Camioneros sino porque debía enfrentar el primer quiebre de su mandato.

Después de la llamada de atención, Cristina ordenó a la Nación la transferencia de las partidas a la provincia de Buenos Aires, a través de su ministro de Economía, Hernán Lorenzino. El viernes, finalmente, Scioli pudo anunciar el pago del medio aguinaldo tan esperado por los empleados estatales y los docentes. Detalles: el gobernador dijo que el dinero sería abonado aunque en cuatro cuotas mensuales y a partir del 15 de julio. La respuesta no se hizo esperar: “Que Scioli pretenda que nosotros le compremos las balas para la pistola con las que nos va a disparar es inadmisible”, dijo Oscar “Colo” De Isasi, secretario general de ATE, a la salida de la reunión del Consejo Directivo. Así los sindicatos FEB, AMET, UDA, SADOP y SUTEBA irán al paro el próximo miércoles 4 de julio. Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA y líder de la CTA, fue duro: “Si el gobierno no paga el medio aguinaldo en tiempo y forma, los docentes vamos a convocar a un paro de actividades para el día de cobro en rechazo a una medida que entendemos absolutamente injusta.”

Lejos de dar una buena noticia, Scioli carga hoy con la amenaza del paro y la movilización en su provincia. Quizás como castigo a su mala administración. Extraña inversión de la figura. El paro ahora se lo hacen a él. Y, por supuesto, los que paren no serán sólo de un gremio. Sin embargo el escenario es más claro que el de la semana pasada: un sindicato reclama lo que considera justo y como no se lo dan, hace un paro. El pedido de quitar el mínimo no imponible como argumento central de la convocatoria de Hugo Moyano, el miércoles 27, revela a todas luces que hay otros problemas de fondo. Y que esos problemas son indudablemente de disputa política. Quizás una pequeña muestra de lo que se verá todos los días cuando llegue el momento de cerrar las listas para las elecciones legislativas de 2013.

Clarín no es ajeno a este entramado. Su canal de cable, TN, transmitió de cabo a rabo el acto de Moyano. Sin sacar cámara y cronista, puso al aire los preparativos, el discurso del líder sindical y hasta la desconcentración de la Plaza de Mayo. Lo amplificó a todo el país con sus más de 250 señales. Quizás vale la pena preguntarse por qué la presidenta hace uso de la cadena nacional.
La dilación en el pago a los estatales fue tapa catástrofe el viernes 29. No así el anuncio del pago en la web de Clarín. Eso sí, cuando los estatales anunciaron paro y movilización, en seguida, la noticia trepó a la cumbre de la página. Lo mismo ocurrió en la web de la Editorial Perfil.

La revista Noticias no se quedó atrás en la lista de los conspiradores. La tapa de esta semana, “El país falso de Cristina”, apenas colgada en la Web, cosechó más comentarios a favor del gobierno que en contra.



La pelea está muy abierta y promete, como siempre hizo el peronismo, cualquier cosa menos aburrimiento.Y creo yo una estrategia brillante por parte del gobierno.

(Diario Tiempo Argentino, domingo 1 de julio de 2012)

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