Hoy PROYECTARIO sigue ofreciéndote un repaso por la Carta Abierta a la Junta Militar del valeroso Rodolfo Walsh que llegó a Buenos Aires en 1941 para realizar sus estudios secundarios. Completados estos, comenzó a estudiar filosofía y letras pero abandonó para emplearse en los más diversos oficios: fue oficinista de un frigorífico, obrero, lavacopas, vendedor de antigüedades y limpiador de ventanas. A los 17, había comenzado a trabajar como corrector en una editorial, germen de su oficio de periodista, en el que habría de destacarse.
En 1951 comenzó a trabajar, para la Editorial Hachette, en las revistas Leoplán y Vea y Lea. Meses después de producidos los fusilamientos clandestinos en el basural de José León Suárez por órdenes del gobierno de la "Revolución Libertadora", recibió la información de que había "un fusilado que vive".
Luego de su encuentro con Juan Carlos Livraga, el sobreviviente de aquellos fusilamientos, Walsh escribió un libro sobre esos hechos:
"Esta es la historia que escribo en caliente y de un tirón, para que no me ganen de mano, pero que después se me va arrugando día a día en un bolsillo porque la paseo por todo Buenos Aires y nadie me la quiere publicar y casi ni enterarse".
Al fin, del 15 de enero al 30 de marzo de 1957, consiguió la publicación en el pequeño diario nacionalista Revolucion Nacional. Luego, del 27 al 29 de junio, publicó nueve artículos más en la revista Mayoría de los hermanos Tulio y Bruno Jacovella, por cuya recomendación, Walsh se presentó en el Estudio Ramos Mejía donde funcionaba el semanario Azul y Blanco donde pidió hablar con el Dr. Marcelo Sánchez Sorondo quien dirigía esa publicación.
Así apareció la primera edición del libro Operación Masacre, con el subtítulo "Un Proceso Que No Ha Sido Clausurado", de Ediciones Sigla, sostenida por Jorge Ramos Mejía, propiedad de Sánchez Sorondo, una pieza única de investigación periodística precursora del "nuevo Periodismo" que 15 años después, en filmación clandestina y militante fue llevada al cine.