Yo estuve en la Plaza por Malvinas / Escribe: Alfredo Silleta






Hace unos días publiqué en este diario “Un recuerdo que no se borrará jamás” donde repaso mi marcha a la Plaza de Mayo junto a miles de argentinos y a la dirigencia de la CGT que conducía Saúl Ubaldini para enfrentar la dictadura militar. Allí recibí palos y terminé dos días preso como tantos argentinos que intentamos llegar a la plaza y fuimos reprimidos. Diez días después estuve en la plaza con miles y miles de argentinos puteando al imperialismo inglés, pero no vivando a Galtieri como muchos intelectuales intentan hacernos creer en estos 30 años de desmalvinización.



Han pasado treinta años de la recuperación de la soberanía en las islas Malvinas y todavía continua, especialmente en nuestros intelectuales, un pensamiento muy fuerte de desmalvinización.

El pasado 2 de abril no hubo mucha diferencia entre los multimedios hegemónicos y los diarios comprometidos con el proyecto nacional que lidera Cristina Fernández de Kirchner. Es preocupante que nuestros intelectuales, incluso muchos que defienden este gobierno les cuesta salir de la teoría, que tan claramente expresó Beatriz Sarlo en su visita a 6,7,8 cuando señaló que fue “un episodio despreciable, promovido por un militar borracho y sostenido por un pueblo inconsciente que llenó la Plaza de Mayo”.

Nadie duda que la dictadura militar y genocida decidió invadir las Islas Malvinas con la intención de mejorar su imagen ante la población argentina. Creyeron falsamente que los británicos no vendrían y que los Estados Unidos serían garante de una paz duradera.
Pero sucedió que los ingleses mandaron su flota y Estados Unidos los apoyó abiertamente.

Entraron en guerra y ya no pudieron retroceder. No pasaba por sus cabezas enfrentar a las dos potencias occidentales y tener que hacer alianza con los pobres del Tercer Mundo y América Latina.

Los argentinos salieron masivamente a las calles y tomaron como propia la defensa de las islas. Fue el pueblo el que transformó a esa guerra no pensada por los militares, en una gran gesta anticolonialista. Más de 250.00 argentinos se anotaron para ir a defender las islas. En toda América Latina cientos de hermanos tomaron como propia la batalla frente al imperialismo inglés y se inscribían en nuestros consulados para venir a defender las islas.

Nunca pasó por la cabeza de la junta militar el abrazo de Fidel Castro al canciller Nicanor Costa Méndez en La Habana, o que los pueblos pobres del África se solidarizaran con nuestra causa.

Es conocida la anécdota de la reunión de los militares con los dirigentes de los partidos políticos de aquel entonces y el comentario de Jorge Abelardo Ramos al decir: “Hemos echado al inglés. Sería bueno que ahora echemos al Alemán”, frase que los militares no comprendieron como era previsible. Lo que le estaba diciendo Ramos es que no alcanzaba con invadir Malvinas había que echar al ministro de Economía Roberto Alemann y sus políticas neoliberales como representantes de los intereses extranjeros.

En el reciente desclasificado Informe Rattenbach se observa que los hombres que manejaban la economía argentina siguieron operando para el enemigo. Tanto Alemann como los directivos del Banco Nación no hicieron nada para recuperar las reservas del país que estaba en manos de bancos ingleses.

Jóvenes. Hablar de “chicos de la guerra” y no de combatientes es hacerle el juego a la desmalvinización. Eran chicos los soldados. Sí lo eran, pero la historia está llena de héroes jóvenes. Hasta los ingleses reconocen el heroísmo, tanto de los soldados como los jóvenes oficiales que pelearon palmo a palmo en las islas. Sumado a ellos los pilotos argentinos que golpearon fuerte a la flota inglesa conduciendo la aviación a sólo tres metros sobre el nivel del mar para no ser detectado por los radares.

Pero volvamos a los jóvenes. En la batalla de Ayacucho, la última de la independencia americana, el 9 de diciembre de 1824, el general Antonio José Sucre tenía tan solo 29 años y los soldados eran muchos más jóvenes.

Sin irnos tan lejos en el tiempo, eran muy jóvenes los que hicieron la revolución cubana con Fidel Castro y muchísimo más jóvenes, adolescentes de 14, 15 o 16 años los que integraron las filas sandinistas que desde la selva lograron derrocar al sangriento dictador Somoza.

Y eran también muy jóvenes los que integraron las filas de las organizaciones armadas como Montoneros en la década del setenta. Es que siempre las revoluciones las hacen los jóvenes, por eso hoy el temor de las corporaciones económicas y mediáticas son los jóvenes que se acercaron al campo nacional y popular.

Fue la dictadura militar la primera que comenzó el proceso de desmalvinización. La llegada de Papa y luego el traer escondidos a nuestros soldados, sin permitirle el honor y el aplauso del pueblo a sus combatientes. Ya en democracia continuó ese olvido de nuestros héroes. Dolor que le costó la vida a muchos más.

Fue Néstor Kirchner quien comenzó a recuperar la gesta de Malvinas. Luego lo siguió la actual presidenta que junto a los países de América Latina presionan desde los organismos internacionales para obligar a los ingleses a negociar.

A treinta años de Malvinas el proceso de desmalvinización todavía continúa en nuestro país. Quizás dentro de 30 o 50 años se comprenda lo que significó la Batalla del Atlántico Sur. Algo parecido con lo sucedido en la batalla por la Vuelta de Obligado en 1845 cuando el ejército de Mansilla se enfrentó a los barcos ingleses con cadenas en el rio Paraná. Tuvieron que pasar más de 150 años para conmemorar esa batalla tapada por la historiografía mitrista.

La guerra de las Malvinas despertó nuevamente la conciencia dormida de Simón Bolívar, San Martín y tantos héroes de la Independencia. Aquella guerra sacudió la conciencia de la unidad y la solidaridad de toda la América Latina que supo que nos une la hermandad frente a los poderosos y al imperialismo. Ese día, los argentinos supimos que nuestros pares no eran los Estados Unidos ni los europeos sino nuestros hermanos de la América india.


Seguramente dentro de muchos años se contará que nuestros veteranos de guerra se enfrentaron valientemente a la segunda potencia imperialista ayudada por la primera potencial imperial y nuestros intelectuales y pensadores comprenderán que Malvinas es mucho más de lo que reflejaron este 2 de abril.

(Diagonales, diario virtual de La Plata, 4 de abril de 2012)

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