Que el 2015 es un año bisagra y está a la vuelta de la esquina, es algo que se palpita como una cuestión medular. La reforma constitucional de 1994 limita al presidente a sólo dos períodos de cuatro años, por lo que Cristina Fernández de Kirchner concluirá el 10 de diciembre de 2015. Se trata de una limitación constitucional que no le permitirá a la dirigente política con más intención de voto del país aspirar a nuevo período, situación que abre distintos interrogantes en propios y ajenos, tanto para militantes y dirigentes del Frente para la Victoria, como para peronistas cercanos o alejados de posiciones del Gobierno y en toda la oposición que ya augura y proclama un fin de ciclo kirchnerista.
Hay varios precandidatos para las PASO que son producto de la única reforma política que ha habido en los últimos años, reforma importante por el cambio en las reglas de juego que instaura en el sistema de partidos, pero que hasta ahora venía siendo desaprovechada como herramienta político-electoral en el FPV. Ahora que parece que sí, que se va a usar esta herramienta. El Movimiento Evita, junto a integrantes de Carta Abierta como Horacio González, director de la Biblioteca Nacional; Aldo Ferrer, economista del Plan Fénix, y muchas otras organizaciones políticas y sociales que concretaron el 26 de julio la segunda Asamblea Popular de Pensamiento Emancipatorio, están convencidos de una cosa: se puede aprovechar el momento histórico del 2015, donde quizá por primera vez no se va a empezar todo de cero sino que se va a seguir profundizando el proyecto nacional y popular. Para que esto ocurra, el ex canciller Jorge Taiana lanzó una idea fuerza que es “debatir para construir el segundo tomo para el 2015”.
La denominación de “segundo tomo” alude a todo un contenido ya escrito, es lo que algunos entienden como la “década ganada”, o sea, estos últimos 11 años, pero a su vez apela a un recorrido hacia adelante, donde no basta con una consigna y una buena propaganda, sino que hay que decirle al conjunto de los argentinos qué es lo que se va a hacer. Para el ex canciller Jorge Taiana, en el período 2015-2019 se van a definir cuestiones centrales, nada menos si consolidamos o no nuestra trama y tejido industrial para evitar caer en una economía primaria exportadora. La disyuntiva la marcó también Aldo Ferrer al cierre de la asamblea, donde lanzó el desafío sobre cómo nos vamos a relacionar con el mundo, y es que si somos fabricantes de vehículos, profundizar el modelo significaría resolver el cómo nos convertiremos realmente en fabricantes de autopartes. La dificultad del desafío es bien evidente, aunque dotando de fuerza a la posibilidad de encararlo es que Jorge Taiana apunta: “No habría posibilidad de escribir este segundo tomo si no tuviéramos ya el primero escrito sobre lo que se logró en estos once años de gobierno de Néstor y Cristina”.
Esta segunda Asamblea Popular se desarrolló en la Universidad de Lanús, una de las nueve nuevas universidades creadas en estos últimos años. Es una universidad que según reveló su rectora Ana Jaramillo surgió con la clara intención de sustituir la importación de pensamiento, y además se construyó sobre las cenizas que dejó la nefasta etapa neoliberal. Las aulas funcionan donde había un predio abandonado del ferrocarril y en uno de los galpones donde funcionó un taller de reparación de locomotoras hoy se levanta un moderno microcine, el “Tita Merello”, que es además una maravillosa obra de los arquitectos Jorge Moscato y Rolando Schere.
En esas aulas se realizaron los paneles según temas y se dio lugar al debate. Una primera apreciación más allá de las cosas que se dijeron es la metodología. Ahí se vislumbra una diferencia con los plenarios de Unidos y Organizados. El quiénes intervienen y cómo intervienen pretenden darle un carácter horizontal a la cuestión política además de involucrar a las agrupaciones de base, a los militantes de las organizaciones sociales que no se resignan a que todo se resuma en una construcción desde arriba, necesariamente emanada de la superestructura del gobierno. Hay que decir que el Movimiento Evita es fundador junto con La Cámpora de Unidos y Organizados. Otro dato es que el posicionamiento de un debate de estas características tuvo eco en el intendente más poderoso del conurbano, Fernando Espinoza, que es además presidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, quien estuvo presente y habló al cierre de la Asamblea.
Y por último está el dato relativo a cómo se integra el amplio abanico del kirchnerismo. Ya la primera Asamblea realizada en la Universidad de Río Cuarto dio la señal de trascender el kirchnerismo puro procurando el encuentro con algunos dirigentes de la Federación Agraria que tuvieron críticas hacia la resolución 125. En ese sentido, en la Universidad de Lanús fue paradigmático que una de las comisiones de la tarde, el panel 5 de derechos humanos y nuevos derechos, tuviera como expositor a Marcelo Saín, diputado provincial por Nuevo Encuentro. Saín habló más que nada de la política de seguridad pública, tema del que es un especialista, que es una de las grandes deudas pendientes de estos últimos años del kirchnerismo y de la política en general. Es decir que no se estuvo alabando toda la impresionante política llevada adelante en materia de derechos humanos, la que tan claramente posicionó a la Argentina a la vanguardia de los Estados democráticos, sino que se hizo hincapié en esa agenda de “lo que falta”.
En clave horizontal. Al igual que sucedió en Río Cuarto, medio centenar de dirigentes de distintas organizaciones de Mendoza fueron a participar de la Asamblea y fueron sumándose a toda una estela de impresiones de tono crítico y autocrítico. Por ejemplo, el referente del Frente de Tierra y Vivienda, Hugo “Flecha” García, aprovechó el planteo que hizo Fernando “Chino” Navarro sobre generar el millón de lotes que les están faltando a las familias argentinas. Mientras Navarro lo advirtió como todo un despropósito para un país que tiene tanta extensión territorial y sólo 40 millones de habitantes, García planteó la necesidad de que la vivienda terminada no sea un producto más del sistema capitalista. Desde su experiencia, desde que en Mendoza se trabaja por la solución habitacional, hombres y mujeres que reciben en esas condiciones una casa, terminan reproduciendo la visión capitalista, de ahí la necesidad de hacerlos partes del proceso de la solución habitacional, y que este vaya de la mano de una salida laboral.
Fue también importante la mirada con que un grupo de jóvenes militantes del Centro Padre Carlos Mugica, con fuerte trabajo social en barrios de Godoy Cruz, y de un centro de estudios en formación en el sur de la provincia, participara en la Asamblea se implicara en la nueva arquitectura de “lo que falta”, pero desde las necesidades locales. Para Oscar Soto, que es de Malargüe, por más humilde que pueda ser la realización de una asamblea popular en la región, va a tener la potencia necesaria para “romper el statu quo y la parsimonia propia del aire conservador, donde no hay insumos para debatir cuestiones que son centrales como la promoción económica, la infraestructura energética y la políticas públicas”.
El rol de la militancia social fue un eje en el que muchos se concentraron porque ahí estos jóvenes, tan atentos a que se conformen proyectos productivos con la asistencia del Banquito de la buena fe, o que en los barrios en donde tienen presencia se hagan realidad los diferentes proyectos de inclusión que posibilita el gobierno, hay una preocupación muy seria. ¿Cuál será, llegado el momento de las definiciones del 2015, su grado de incidencia? ¿Acaso no tienen la suficiente formación política como para plantearse la acumulación de poder con toda la autoridad que les da el ejercicio de la militancia?
Hay que decir que hubo un panel específico sobre participación política y construcción social. Allí se lanzó la pregunta: ¿será que se ha confiado excesivamente en lo político estos años y se ha subestimado la participación social? ¿Alcanza con decir que el estado de cosas continúe y la política siga creciendo? Y también, ¿alcanza simplemente con un esquema político que apunta a ganar elecciones?
Marcelo Koenig, secretario general de la Corriente Peronista Descamisados, hizo varios señalamientos al respecto. Planteó que si bien la historia se construye día a día, el haber coincidido con otros compañeros en los momentos de la resistencia contra el neoliberalismo facilita que hoy podamos entrar de lleno en el debate sobre la disputa en torno a la apropiación del capital simbólico del kirchnerismo. Koenig reconoció que existe un cierto divorcio entre lo social y lo político, pero llamó a tener cuidado con esto porque detrás subyace una fuerte subestimación del rol de las mayorías populares. “Estas pueden imponer su proyecto en la medida en que se apropien de la política y sobre todo de los puestos de conducción del Estado. Ahora bien, esta cuestión viene de la mano de una redefinición de la función del militante, no se trata sólo de ocupar puestos en el Estado, esto puede ser una parte, pero no se agota en eso, si uno lo que se plantea es la fortaleza y la libertad que tiene que tener el pueblo y sobre todo su organización, lo que debemos militar es lo que sostiene la doctrina tradicional del peronismo y su apuesta a las organizaciones civiles del pueblo. Y lo que no puede ser la militancia, como en algún período de este proyecto lo fue, es polea de transmisión entre lo que se consigue desde el Estado y las mayorías populares, ni tampoco tiene que ser el sindicato de aplaudidores de los que hacen la revolución”.
Apeló el dirigente a la formación política, cosa que siempre se piensa que se tiene, cuando en verdad no es así ni se alcanza de una manera definitiva. ¿Para qué? Su respuesta fue: “Para dar una pelea sobre el sentido del peronismo; frente a la pregunta sobre si es posible hacer una transformación con la estructura liberal del PJ, lo que tenemos que preguntarnos es qué posibilidades hay de hacer una transformación de la Argentina si no es a través del peronismo. Es una discusión que implica también tener al otro adentro, en un movimiento popular como el peronismo, no es un tema menor, teniendo en cuenta la fuerte disputa desatada por la hegemonía, y entonces hay que bancarse la pelusa de convivir con otros que no me gustan tanto, porque el movimiento peronista expresa las contradicciones de una etapa histórica y estas no nos tienen que llevar a aceptar mansamente que cualquiera que está adentro es un capo, sino a dar una pelea en contra de los neoliberales de adentro, y por supuesto, no resignarnos a que las próximas PASO sean una interna entre liberales”.
Para cambiar la historia. Susana Sanz es mendocina, fue una de las fundadoras de la Agrupación Evita en los ’70, y actualmente integra la Mesa Nacional del Movimiento Evita. En su intervención llamó a llevar adelante en un futuro gobierno tareas que están pendientes en materia de derechos y de profundización del rol redistributivo del Estado. Dijo Sanz: “Las mujeres pagamos lo que se dice un impuesto reproductivo por el trabajo no remunerado del hogar, este aporte permite ahorro en gastos de la salud, cuidado de los niños, y de personas de la tercera edad, esta es una situación de años que continúa. Hace unos días se publicó una investigación que hizo el Indec a nivel nacional sobre el horario que se le dedica a esta tarea reproductiva netamente diferenciada de la tarea productiva, ya que una no es remunerada y la otra sí, y resulta que las mujeres trabajan por lo menos tres horas más al día que los varones. Esto las mujeres ya lo sabemos, pero lo que se pensaba es que las nuevas generaciones, más abiertas a esta etapa de modificación de derechos, podrían tener otra actitud, pero resulta que no, que los jóvenes actúan igual que los viejos. Esto es una falencia si consideramos todo lo que hemos ganado en esta década y la ruptura cultural y política que significó el encuadre de los derechos humanos que hace Néstor Kirchner cuando asume el gobierno, la que permite el avance importante en las mujeres y permite un avance también en el nivel de conciencia y en el reclamo de las mujeres, sobre todo de los sectores populares”.
Para Sanz, los sectores populares son continuadores de lo que Evita reclamaba, la justicia social, lo que debe ser un punto de persistencia y actualización del movimiento peronista. Y agregó: “Pero una justicia social no sólo en cuanto a redistribución de los recursos, también en cuanto al reconocimiento de los derechos y en cuanto a la representatividad que las mujeres tenemos, que no es únicamente de las mujeres para las mujeres sino para toda la sociedad”. ¿Cuál sería la clave de profundización según Sanz? Su respuesta fue: “Tenemos que lograr la conciliación de las tareas propias de la reproducción con el Estado, y la familia, eso implica por ejemplo poner en marcha la Ley de Guarderías que se aprobó en 1974 y nunca se reglamentó, es decir que existan centros de cuidados para los niños en lugares donde trabajan tanto hombres como mujeres, porque acá de lo que se trata es de contar lo que significa en el aporte de las cuentas nacionales de un país este trabajo no remunerado que realizan las mujeres. Y aún más, lograr que la maternidad sea también una responsabilidad del conjunto, como la atención de los niños, de los ancianos, de la salud, o sea, hay que cambiar la historia y pensar que el derecho al cuidado es un derecho de la persona que necesita ese cuidado, y se le debe suministrar desde la familia o el Estado, o sea, hay una serie interrelacionada”.
También Sanz marcó lo poco que se le dedica a la educación integral de varones y mujeres en las escuelas cuando en todo nuestro país ha aumentado el embarazo adolescente, abogó para que el Estado entienda que se tiene que debatir públicamente si la sociedad está de acuerdo o no que haya una interrupción voluntaria del embarazo, así como el problema del aborto no punible donde hay provincias que se toman la atribución de no respetar el fallo de la Suprema Corte de Justicia y piden condiciones que la ley no exige”.
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Emilce Moler: “Somos punta de lanza”
La secretaria de Educación del Movimiento Evita y subsecretaria de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación tuvo un rol fundamental en la organización de la primera y segunda Asamblea Popular de Pensamiento Emancipatorio.
–¿Cómo es que surge esta iniciativa y para qué?
–Comenzamos en Río Cuarto planteando la necesidad imperiosa de pensar cómo seguimos. Quienes estamos en el campo nacional y popular sabemos que tenemos que avanzar en esa línea, la de profundizar, afianzar lo que tenemos. Vemos este juego dialéctico en el que para sostener y afianzar lo que tenemos, no queda otra que ir viendo hacia dónde vamos e ir haciendo nuevas propuestas. Y para este ejercicio resulta que estamos en una situación que es casi única, en donde no tenemos un modelo a seguir. Hemos avanzado en muchos aspectos pero ¿qué quiere decir seguir profundizando este modelo? Prácticamente somos únicos en Latinoamérica, con los niveles que hemos alcanzado en derechos sociales y demás, si acordamos con esto acordaremos entonces también que vamos a ser punta de estos desafíos. Si bien sabemos que hay cosas pendientes, estamos en la punta de todo esto, de ahí la pregunta ¿cómo continuamos? No es sólo cuestión de dinero, hay que pensar profundamente, y esa necesidad la fuimos viendo, de ahí estos encuentros compartiendo con expertos en los temas, pero expertos con una fuerte matriz ideológica, en donde cada uno de los panelistas tiene además de experiencias temáticas, trayectorias, posicionamientos políticos, o militancia política, que son estas combinaciones las que estamos necesitando.
–¿Qué representan estas asambleas para el kirchnerismo?
–Yo creo que la gran fortaleza de esto es que pudimos entender qué estaban requiriendo los militantes en estos momentos: debatir, escuchar ideas, proponer y ser parte de esta construcción colectiva. Y debo decirlo: no hay algo definido, no hay un devenir certero sobre hacia dónde vamos; vamos a ir de acuerdo a lo que podamos ir construyendo.
–Pero algún grado de certeza es necesario…
–Yo creo que sí sabemos a dónde vamos si nos quedamos sentados en nuestras casas, creyéndonos que vamos a ir a donde nos dicen que vamos a ir. Frente a esto, nosotros venimos a decir que tenemos en nuestras manos el poder y las posibilidades de mostrar algún rumbo, y no es cuestión mesiánica, es producto de un análisis dialéctico-político porque en la oposición no hay nadie que hegemonice el sentido final de un rumbo. Sí hay descontentos, pero también muchos de los descontentos están fundados en falsos discursos, sobre todo en una falta de identificación de clase. Por eso es tan importante la militancia, para demostrarle que este fue y es un gobierno de los trabajadores. Si uno se ubica como un gobierno de los trabajadores, tiene que apoyar este proyecto y todas estas líneas que estamos trabajando. Quienes pudimos entender esto que es básico y llevamos nuestra palabra con humildad para debatir con los demás intentando hacer entender todos los beneficios que estamos obteniendo genuinamente con este gobierno, hoy nos topamos con el tema de cómo le marcamos la agenda al gobierno que viene. De ahí, el esfuerzo que conlleva, no sólo para explicar por qué no queremos ni un paso atrás en todo lo avanzado, sino también en qué es lo que proponemos. Por eso no hablamos necesariamente de candidatos ni de nombres, porque por supuesto tenemos muchos compañeros que podrían llevar adelante este proyecto y en particular está Jorge Taiana a la cabeza, que creemos que lo puede llevar, pero a nosotros lo que nos interesa es ver qué es lo que vamos a proponer, cómo vamos a profundizar.
–¿Qué tan importante es el enfoque del tema y la elección de las personas que intervienen en el debate?
–Ambas cosas se cruzan porque la Asamblea está interpelando a distintos sectores por un tema muy simple, para nosotros es una suerte que hayan aparecido en nuestras vidas Néstor y Cristina que nos empezaron a marcar el rumbo, y durante algunos años quizá muy inconscientemente algo se fue adormeciendo, quizá porque sabíamos que estaban ellos, varios cuerpos más adelante, marcando nuestras agendas, retomando cuando nosotros fuimos protagonistas de las luchas, aunque realmente no las estábamos llevando adelante, y fueron ellos quienes las volvieron a retomar. Ahora que tenemos que volver a tener ese protagonismo, porque esos tiempos de la fuerte conducción que viene, y bienvenida sea. Nos permiten decir: bueno, ahora el que venga no va a ser ni Néstor ni Cristina, va a tardar la construcción de un nuevo liderazgo, entonces nosotros tenemos que decirle para dónde vamos a ir, sentar las bases de las luchas, como hizo en su momento el Frenapo, en las luchas por la asignación universal por hijo, que en esos años no se pudo concretar, sin embargo, después sí. A lo que voy: es clave dar con aquellas cosas que son bandera de lucha y preguntarnos quién lo va a llevar adelante. Esta es la urgencia, lo que hizo el Movimiento Evita en todo caso es tener la habilidad política de interpretar que estamos en ese momento.
–La pregunta sobre cómo profundizar dispara fuertes tensiones hacia adentro, ¿cómo lo analiza?
–Voy a dar un ejemplo. Es innegable las políticas y las cuestiones de inversión que se han hecho en educación, ciencia y tecnología. Basta recordar que cuando arrancamos con este gobierno Kirchner tenía que viajar a una provincia porque no se les pagaba a los maestros, y luego basta constatar que se han construido más de 1.700 escuelas. A nivel numérico calculábamos que eso, repartido en el año, equivalía a decir que cada día y medio se inauguró una nueva escuela. Y sin embargo, ahora, desde este piso, no está solucionado el problema de la educación, estamos muy lejos. ¿Y cómo se hace para que estas mejoras impacten en una mejor educación? No es tan fácil pensar eso, obviamente puede haber tensiones, pero es un punto a debatir por ejemplo, como cuando nos preguntamos sobre la lucha gremial docente hoy en día. Por supuesto que los compañeros docentes tienen que luchar por sus reivindicaciones pero también hay que ver que no se vean perjudicados aquellos que reciben la educación estatal, que es la única que deben recibir. Y además, cómo hacemos para que los chicos tengan los conocimientos para ir pasando de nivel hasta llegar al nivel superior, que justamente este gobierno, con la cantidad de universidades que se han hecho, ya prácticamente lo estableció como un derecho. Eso sí, si no les enseñamos bien los conceptos de la primaria a esos chicos, no van a llegar a la universidad, y eso supera la cuestión económica. Respecto de la participación política, profundizar implica preguntarse cómo se construye poder popular. Es bueno dar este debate sabiendo que todos los aportes los estamos haciendo desde el mismo lugar, es decir, no es que me voy a sentar a debatir o a pensar en conjunto con compañeros que fueron funcionales a otro modelo y nos llevaron a la derrota, y mejor aún es coincidir en que tenemos que tener una línea gruesa respecto de todos los compañeros que están en el campo nacional y popular. Todos ellos tienen que estar participando de estos debates, todos juntos para escribir estas líneas de construcción futura.
30.07.2014