INTERNACIONAL / “Argentina luchó contra los monopolios” / Nota






El fundador de Wikileaks, Julian Assange, manifestó que “la lucha contra los monopolios de medios es la lucha de una nación, porque un país es tan bueno como los medios de comunicación que tiene”, y destacó que “la Argentina luchó mucho” en ese sentido.

Assange lo expresó al hablar por videoconferencia durante el 3º Encuentro de Comunicación Audiovisual, en Mar del Plata, desde la embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra asilado. “Una organización de medios puede ser peor que ninguna otra cosa”, dijo el periodista australiano, quien remarcó que “muchas cosas se plantean en términos económicos y muchas veces hay jugadores importantes que toman posiciones dominantes del mercado”. En ese sentido, afirmó que “Internet ha sido ocupada militarmente por Estados Unidos y sus aliados anglosajones del Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda”, con el fin de dominar las sociedades “perdiendo la soberanía nacional y la libertad”.


Tras señalar que “no fue uno, sino varios cables (de WikiLeaks) los que afectaron a varios”, el periodista australiano cuestionó “la centralización y el control por parte de las mismas personas de la distribución de los diarios”, lo que les “permite realizar aprietes” a nivel mundial.

Assange se comunicó con un panel encabezado por el periodista Pedro Brieger, de la Televisión Pública; y del que participaron Tomás Aguerre, de Télam; Celina Silva, militante de redes sociales; Alejandro “el Pitu” Salvatierra, militante social; y Ekaterina Prudkin, licenciada en comunicación social y ex integrante del canal Encuentro.

“Una organización de medios es muchas veces la que domina el entorno de conocimientos del público, entonces esto puede implicar un gran problema, porque lo que ilustra muchas veces no es fiel y utiliza el poder que tiene con fines políticos”, dijo Assange.

El periodista alertó que “el poder de Occidente es una amenaza” y alentó que “sentimos calor de un cambio continuo, y Latinoamérica lideró un cambio revolucionario con beneficios increíbles”.


Sobre la divulgación de los cables de Wikileaks en grandes medios mundiales durante las primeras tres semanas de conocidos, Assange explicó que “necesitábamos aliados muy poderosos para luchar contra el gobierno estadounidense, aunque fue un cálculo estratégico que lamento” y señaló que “luego sumamos a otros 210 organizaciones de medios para difundir los cables”.

“La calidad de una civilización local o nacional tiene que ver con la calidad de información que recibimos, y cuando es perturbada por medios o censurada por gobiernos, la calidad de la civilización se pone en juego”, completó. En cuanto a la posibilidad de abandonar la vigilancia global que en la actualidad hace Internet, Assange opinó que “las soluciones individuales no alcanzan”, propuso que “se puede hacer técnicamente con un uso adecuado de la encriptación de la información” y, si bien no puso plazos, dijo ser “muy optimista”.

“Los gobiernos deben colocar sus propias redes de fibra óptica para que Internet no sea utilizada por Estados Unidos como modo de ocupación del mundo de manera virtual y estratégica; hoy opera como una organización pirata global en busca del tesoro, que es la información, para sobornar o explotar”, sintetizó.

Tras su llegada a la embajada de Ecuador en Londres, el 19 de junio de 2012, el fundador de Wiki Leaks solicitó asilo político al gobierno de Rafael Correa, que se lo concedió, pero no pudo abandonar la sede diplomática porque el Reino Unido se negó a darle un salvoconducto, “y en estos 500 días la situación mucho no cambió”, explicó el periodista.

En ese marco, Assange recordó que “busqué asilo en ocho países y sólo Ecuador y Venezuela me brindaron protección” y calificó al presidente de Ecuador, Rafael Correa, como un hombre “muy independiente”.


“Ecuador se movilizó más rápido y no fue una elección mía en detrimento de otro país”, aclaró el periodista, y agregó que “conté con el apoyo de Unasur (Unión de Naciones del Sur), algo muy importante y que hace diez años no hubiese sido posible”.

Assange se hizo famoso en el 2010 con la divulgación del llamado “Cablegate,” la filtración de unos 500 mil documentos diplomáticos del Departamento de Estado de Estados Unidos. La filtración generó varios resquemores entre aliados y adversarios de Washington, que tuvo que reemplazar a media docena de embajadores. Las revelaciones del Cablegate en Túnez sobre la corrupción del dictador Ben Alí disparó una ola de protestas que se transformaría en la Primavera Arabe. En su último libro, Cryptopunks (Editorial Marea), el fundador de Wikileaks advierte sobre un mundo hipervigilado, tal como meses después relataría Edward Snowden, un ex agente de la CIA que divulgó operaciones de espionaje masivo de la agencia estadounidense NSA.

(Diario Página 12, domingo 24 de noviembre de 2013)


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