Hoy la mitad de la producción mundial de petróleo se quema como combustible en el transporte y, ante la certeza del agotamiento de los yacimientos, la industria automotriz está apurando el desarrollo de autos eléctricos a batería recargable, cuyo insumo básico es el litio.
El litio puede ser el petróleo del siglo XXI y dado que el 90 por ciento de las reservas mundiales de litio de fácil y barata extracción se encuentra en los salares de Bolivia, Chile y Argentina, la revista Forbes denominó a la región como la “Arabia Saudita del litio”.
Las salinas de la Argentina, Bolivia y Chile conforman el “triángulo del litio” donde se concentra el 90 por ciento de las reservas mundiales del mineral económicamente accesible, en salmueras naturales, de fácil extracción a través de bombeo y evaporación lo que no requiere de gran infraestructura y capital.
Argentina proveyó el 11,5 por ciento de la producción mundial de litio en el 2010, detrás de Chile, Australia y China y nuestras reservas de mayor calidad de encuentran en el Salar del Hombre Muerto, en Catamarca y en Jujuy y si bien el litio no presenta las complicaciones ambientales del cobre o el oro, sí utiliza gran cantidad de agua y además, tal como ocurre con la minería metalífera del cobre y del oro, el litio se vende en bruto, concentrado y con bajo valor agregado.
El litio en sí no es una fuente de energía, pero es imprescindible para las nuevas baterías de autos, celulares, notebook y tablets; también el litio se usa en la industria aeroespacial, en lubricantes y en medicina. La producción de baterías de litio viene creciendo desde el año 2000 a un promedio anual del 28 por ciento y se espera que continúe así su crecimiento. En Argentina se ensamblan baterías de litio, abasteciendo de modo paulatino a las computadoras y celulares producidos en Tierra del Fuego.
La necesidad de reducir la emisión de gases de efecto invernadero y el aumento del precio del petróleo, llevaron a considerar viable el auto eléctrico. Toyota lidera el segmento, seguido por Ford y General Motors; Panasonic, LG y Sony trabajan en la fabricación de las baterías, aunque lo hacen en Asia y con una escala de producción enorme.
El negocio del litio, como el de la minería en general, se concentra en un puñado de empresas de enorme tamaño. Cuatro empresas concentran casi el 70 por ciento de la capacidad de producción mundial de derivados de litio y la importancia del litio en los artículos electrónicos y en los autos eléctricos hizo que Toyota, Mitsubishi, LG estén completamente integradas, desde la extracción del mineral hasta la producción de la batería. Panasonic/Sanyo es líder en la producción de baterías para la industria electrónica, seguido por Motorola (EE.UU.), Samsung (Corea) y Sony (Japón). O sea, la mayor parte de las plantas para la elaboración de baterías de litio están instaladas en China, Japón y Corea del Sur.
Excelente oportunidad para nuestros países del sur de América, que ahora descubrimos que esos salares inmensos, que veíamos como una maldición contra la agricultura y el progreso, contienen litio, un mineral que será el petróleo del futuro.
Excelente oportunidad para no repetir los errores cometidos en el pasado, cuando se dictaron leyes absolutamente a favor de las grandes empresas extranjeras, contra las cuales hoy tenemos que luchar para que no se lleven el oro, el cobre y otros recursos minerales no renovables, en condiciones de liquidación.
La naturaleza nos premió también con este recurso no renovable, que cuando se agote la sociedad argentina y en especial, los habitantes de las zonas explotadas, hayan podido cambiar su actual situación de exclusión por un futuro digno, inclusivo y sustentable a largo plazo. Es nuestra obligación como ciudadanos exigirlo hoy, para no tener que luchar después, como lo estamos haciendo, para impedir que grandes empresas extranjeras acompañadas lamentablemente por personeros locales, agoten recursos no renovables a cambio de monedas, dejando sequía, contaminación y corrupción instaladas para siempre en nuestras regiones.