ARGENTINA / Condena “enérgica y profunda” / Escribe: Nicolás Lantos






El gobierno nacional decidió enviar 400 efectivos de gendarmería a Bariloche por pedido de las autoridades de Río Negro, quienes se vieron superadas por los saqueos sucedidos ayer en esa ciudad a orillas del lago Nahuel Huapi. “Este gobierno condena en forma enérgica y profunda cualquier tipo de manifestación violenta que venga a frenar este proceso de paz social”, manifestó el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, al anunciar la medida. En la Casa Rosada sostenían que los desbordes se deben a “problemas locales” y descartaban teorías conspirativas, aunque aseguraban estar “atentos” ante las noticias de nuevos conflictos en otros puntos del país.


Las fuerzas federales viajaron ayer por la tarde a Bariloche a prestar “colaboración en el cuidado de la ciudad”, ya que “las tareas que tienen que ver con la contención de la protesta son responsabilidad del gobierno provincial”, según anunció Abal Medina a la prensa en Casa Rosada, donde leyó la carta enviada por el gobernador Alberto Weretilneck a la presidenta Cristina Kirchner, requiriendo ayuda.

Desde el Gobierno destacaron que Bariloche es una ciudad con particularidades en el entramado social y antecedentes de conflictividad, incluyendo el caso de gatillo fácil de tres jóvenes en 2010 durante protestas en el Barrio Boris Furman, en la zona “alta” de esa ciudad, donde hay nichos de pobreza extrema. Luego de esos episodios, el entonces gobernador, el radical Miguel Saiz, prácticamente “desarmó” la policía local, aseguran fuentes locales, lo que explica en parte la necesidad de que la gendarmería acuda a ayudar a prevenir nuevos episodios violentos.


“Atento a que se están produciendo saqueos violentos a supermercados y que las fuerzas provinciales se encuentran superadas por la situación, en el marco de la ley 24.059, solicito la intervención de las fuerzas federales y la inmediata constitución del comité de crisis previsto en esa normativa”, dice la misiva del mandatario provincial que se dio a conocer ayer en el marco de los saqueos a supermercados.

Por su parte, el titular del bloque oficialista de senadores y hombre fuerte de la política en Río Negro, Miguel Angel Pichetto, atribuyó los saqueos a “grupos duros con posiciones anarquistas” y de “extrema izquierda” con “características delictivas”. Para el legislador, se trata de “un caso extremo que tiene componentes ideológicos, porque son grupos que se han organizado para tomar supermercados” relacionados con “algunos sectores que se encapuchan y que han provocado disturbios hace pocos meses frente al Centro Cívico”.


En tanto, el gobernador Alberto Weretilneck (Frepaso), quien asumiera como consecuencia del asesinato de su compañero de fórmula Carlos Soria y luego rompiera relaciones con el PJ provincial, atribuyó los saqueos a “acción organizada, planificada con la finalidad de generar una situación de convulsión” en esa ciudad. “No estamos en presencia de hechos que tengan que ver con conflictividad social o cuestiones que tengan que ver con la supervivencia de la gente, entrar a romper vidrieras, entrar a robar un televisor o quemar un auto es otro mensaje”, dijo el mandatario en declaraciones a medios locales.


Según pudo averiguar Página/12, en el Gobierno consideraban que el problema de los saqueos en Bariloche era un asunto “local” y que no tenía vinculación con la situación nacional. También aseguraban que los otros casos de saqueos, registrados en Chaco, Santa Fe y la provincia de Buenos Aires, tenían que ver con un “efecto de contagio psicológico”. De todas formas, fuentes del Ministerio de Seguridad indicaban que se están tomando precauciones y seguían atentamente la situación “para evitar sorpresas”. El intendente de Bariloche, Omar Goye (Frente para la Victoria), se encontraba en la Capital cuando recibió las noticias: fue él mismo quien, al mediodía, en una reunión con Jefatura de Gabinete, tanteó por primera vez la posibilidad de que intervinieran las fuerzas federales para reforzar la labor de una policía provincial sin capacidad de afrontar la situación. “No hay ni un camión hidrante en toda la provincia”, graficaban.

(Diario Página 12, viernes 21 de diciembre de 2012)

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