MENDOZA / 25 de mayo de 1810: Revolución y no simple asonada / Escribe: Ramón Abalo






Aunque no se rompía, literalmente, con la monarquía española, el bloque de criollos que planteaban el rompimiento con la esencia colonial de la España de Francisco VII, plantearon en el Cabildo Abierto desde el 22 de mayo de 1810, posiciones que apuntaban a la total liberación de los lazos institucionales y de fuerza de estas tierras del Virreinato del Río de la Plata mantenía. Es decir, un movimiento realmente revolucionario. O sea, el rompimiento total con las estructuras dependientes.

Los milicianos French y Berutti eran verdaderos revolucionarios que estaban prestos, ese 25 de mayo, a provocar un alzamiento armado si no se decidía la deposición del Virrey Cisneros, es decir todo lo que componía su poder Porque no otro era el objetivo de quienes eran los cabecillas en ese Cabildo Abierto, marcando, política e ideológicamente un cambio sustancial en las relaciones de poder con España. Eran los ya llamados "jacobinos", emparentados, lógicamente, por aquellos revolucionarios de la Francia de la Comuna y la Revolución. Y aunque desde ciertos sectores del análisis históricos de si lo del 1810 fue o no una revolución, llegando a conclusiones negativas, olvidan hitos previos fuertemente identificatorios de la participación -que es lo que se niega- de gran parte de la población de aquel Buenos Aires. Población que habría sido indiferente, nada que ver con las litografías de los años posteriores que muestra un 25 de Mayo lluvioso pero con un espacio -la plaza-, lleno de gente, es decir, de los habitantes porteños de entonces, reclamando libertad política y económica de la colonia levantada a la vera del Río de la Plata. Se niega la participación popular, desconociéndose algunos hitos que demuestran lo contrario.



Nada menos que la resistencia y el rechazo de las dos invasiones inglesas, en el 1806 y 1807, fruto de la participación activa, miliciana, de la totalidad de la población de entonces. Se enfrentó a los invasores con armas y todo lo que se tenía a mano, como el aceite y el agua hirviendo que se derramaba desde los techos sobre las tropas enemigas.

Y los que llevaron la voz cantante en esas jornadas, eran militantes activistas de las ideas de libertad, y al mismo tiempo agitadores que transmitían sus acciones y pensamientos libertarios, como lo fueron esos llamados "jacobinos", o sea Mariano Moreno, Juan José Castelli, Manuel Belgrano, y los complotadores de la jabonería de Vieytes. Pero, además, desde otros territorios americanos colonizados, como todo el Alto Perú -Bolivia, norte de Chile y Argentina, Ecuador y Perú- ya se tenían movimientos libertarios, como en 1809, en Bolivia, un alzamiento similar al del 25 de mayo argentino, las guerras de las republiquetas, y conocidas como tales en esta historia libertaria.

LA CUESTION DEL MONOPOLIO ECONOMICO

Para gran parte de la población pero especialmente para los comerciantes, la colonia era un peso que sofocaba el crecimiento de las colonias. La condena a la intermediación perpetua por España encarecía el intercambio comercial con otros países -Inglaterra, por ejemplo- y sofocaba así el esfuerzo de las colonias, de sus productores. A esto se sumaba la prisión de Fernando VII, el rey español, por Napoleón, y movió a la población porteña a intentar su desprendimiento del reino español, incluso la lucha armada con tonos revolucionarios, como finalmente ocurrió.

Al conocerse la prisión de Fernando VII, también su representante, el virrey Baltazar Hidalgo de Cisneros,fue puesto en la picota y se planteó que esa representación también había caducado. Ello dio pie a la convocatoria, el 22 de Mayo de 1810, a un Cabildo Abierto para discutir la situación.

Esta posición se impuso y se formó la Primera Junta, con carácter de provisoria, integrada por Cornelio Saavedra, presidente: Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu, Juan Larrea, vocales. Y Juan José Paso y Mariano Moreno, secretarios. Así se formó el primer gobierno patrio, que no tardó en desconocer al Consejo de Regencia español, último baluarte, en la península, del poder de la corona Y se dieron los primeros pasos revolucionarios para que en 1813 se pusiera en ejecución un decálogo de derechos que incluía incluso a los individuos de los pueblos originarios y los negros, al mismo tiempo que se anulaban los honores y títulos de nobleza. Igualdad para la totalidad de los habitantes de este nuevo estado, desprendido del poder español.

Y claro, en julio de 1816, la plena y total independencia institucional, política, económica y social.

(www.la5tapata.net)

Image Hosted by ImageShack.us