Recrudeció el conflicto de Argentina con el NML Capital y otros “buitres”, llamados con recato “holdouts” por la prensa monopólica y los políticos amigos.
Sobre el fin de semana anterior se conoció que el juez Thomas Griesa había denegado al Citibank la solicitud de pagar por cuarta vez los bonos emitidos en dólares bajo legislación argentina.
El lunes 23 se supo que el magistrado le había dado luz verde para los pagos de fines de marzo y de junio, pero a cambio de un arreglo que al gobierno argentino le cayó muy pesado.
Es que la entidad norteamericana no sólo le había cursado una solicitud, dando intervención al juzgado neoyorquino.
Luego, ante la denegatoria, presentó un escrito con dos concesiones a Griesa: abandonaría el rol de pagador de esos bonos y no apelaría judicialmente sus decisiones.
De ese modo dejaba expedito el camino para Paul Singer y otros directivos que vienen acogotando a la Argentina desde el fallo de junio de 2013, que la condenaba a pagar 1.600 millones de dólares a quienes no quisieron ingresar al canje de títulos.
Ese pacto entre el Citibank, Singer y Griesa provocará un daño a los afectados, pero sobre todo al país.
Es que el Banco Central y la Caja de Valores transferirían un dinero que el Citibank no enviará a los bonistas.
Y Griesa no permitirá que esos dólares lleguen a las casas de clearing Euroclear u Clearstream.
Axel Kicillof salió con los botines de punta y el jueves 26 se conoció que la Comisión Nacional de Valores había sancionado al Citibank de Argentina, suspendiéndolo como operador del mercado de capitales.
¿Amarilla o roja?
La CNV justificó su decisión en los perjuicios ocasionados por la negociación del banco norteamericano con los “buitres” y el juzgado neoyorquino.
El comunicado se encargó de subrayar que en nada afectaba al Citi en su operatoria bancaria.
Y esto último vale la pena discutirlo.
Es que el capital financiero internacional adopta una postura u otra según le convenga.
En la crisis del 2001, las casas matrices de bancos extranjeros se lavaron las manos para no afrontar las consecuencias del “corralito”, como si esos delitos hubieran sido cometidos por sucursales “argentinas”.
Antes de eso, para captar los depósitos e intervenir en rampantes negocios propios del endeudamiento del país, usaban la chapa de que eran jugadores mundiales.
Ahora hay una justa sanción contra el Citibank “de acá”, pero es obvio que la negociación antiargentina que bien critica la CNV no pudo estar principalmente en manos porteñas sino en las de sus popes de Nueva York.
La sanción debió pegar sobre ambos: la sucursal de Buenos Aires y la casas matriz.
Y por otro lado, si aquella conducta que afecta a particulares y al país es tan grave, entonces no se entiende bien por qué simplemente se lo suspende al banco para actuar en el mercado de capitales y no en su operatoria bancaria.
¿Violó las leyes argentinas?
Sí.
¿Estaban en juego unas monedas?
No.
Millones de dólares.
¿Era un tema imprevisto?
No.
Viene de 2013 cuando menos.
La situación llegó a un punto que, en opinión del cronista, ameritaba una sanción ejemplificadora contra el Citibank, como cancelarle la autorización para operar aquí.
Era tarjeta roja, no amarilla...
El domingo pasado se sostuvo aquí: “el conflicto con los 'fondos buitres' deja lecciones útiles sobre las formas del endeudamiento externo y también conecta con medidas de fondo que serían necesarias para reformar el sistema bancario local”.
Subrayado: medidas de fondo necesarias para reformar el sistema bancario local.
Y no se trata sólo de ese banco.
En la semana quedó conformada una Comisión Bicameral de diez miembros, presidida por Roberto Feletti, que investigará la fuga de capitales organizada por el británico HSBC hacia su sede de Ginebra.
Unas 4040 cuentas no declaradas atesoraban allí 3.500 millones de dólares que no pagaron impuestos.
Y no se está hablando de carmelitas descalzas sino de entidades cuyo prontuario delictivo de 2001 exime de mayores comentarios.
El cronista saluda la decisión de la CNV sobre el Citi y la Bicameral con lupa sobre el HSBC, pero cree que sólo con eso el país se quedará muy corto.
En la campaña electoral 2015 es bueno debatir estos temas.
¿Segunda o tercera muerte?
En una muy bien fundada resolución, la mayoría de la Sala I de la Cámara Federal rechazó investigar la descabellada denuncia de Alberto Nisman presentada cuatro días antes de su muerte.
Ni Jorge Ballestero ni Eduardo Freiler, autores de ese voto mayoritario (Eduardo Farah puso el score 2 a 1), conocían al momento de escribir sus fundamentos lo que iba a declarar el viernes Diego Lagomarsino.
El acusado por Arroyo Salgado de ser casi el asesino de Puerto Madero, declaró que ocho meses antes de morir, su jefe le mostró unas carpetas y le dijo: “con esto me llevo puesta a Cristina”.
La intencionalidad destituyente estaba asumida por quien acusó a la presidenta, el canciller y otros políticos del grave delito nunca probado de querer encubrir a los supuestos autores del atentado en la AMIA.
Ballestero escribió 77 páginas donde se puede leer: “el Memorándum de Entendimiento pudo ser un fracaso para la diplomacia argentina, un error para los anales legislativos, una desilusión para quienes creyeron ver en su texto el avance de la investigación por el atentado, pero de allí a ver forjado en él un maquiavélico plan por encubrir a los responsables de las cientos de víctimas de la voladura de la AMIA existe un abismo”.
Y sonó muy irónico con Nisman, cuando opinó: “los estrados penales no son las tablas de un teatro ni sus expedientes el celuloide de una película, o que una persona deba quedar sometida a los influjos de un proceso criminal sin otra razón más que la publicidad de su figura”.
Germán Moldes alertó que este fallo, que apelará ante Casación, pudo ser la “tercera muerte” del ex titular de la UFI AMIA.
No se sabe cómo lleva las estadísticas ese fiscal, porque otro integrante de la cruzada, Joaquín Morales Solá, escribió en “La Nación” el viernes: “ayer sucedió de manera más consistente la segunda muerte de Nisman”.
Con los sólidos fallos del juez Daniel Rafecas y de Ballestero-Freiler, desechando el bodrio de Nisman, se cree que esa batalla judicial parece perdida por los denunciantes de la presidenta.
Aunque, tratándose de Tribunales, siempre puede haber alguna emboscada en un pasillo interno...
Un resultado parecido empieza a percibirse en el expediente propiamente dicho de la muerte del fiscal.
Es que la ex mujer de éste, Sandra Arroyo Salgado, está haciendo lo imposible por demorar el avance de la investigación: recusó ahora a la fiscal, antes lo hizo con un perito, bloqueó dos meses el peritaje de los celulares y computadoras del muerto, impidió que mañana se realice la junta médica, etc.
Si la marcha del 18F hubiera sido esta semana, su concurrencia habría bajado al 10 por ciento, en un lindo día de sol otoñal.
Las modelos VIP y los viajes a Cancún en días de trabajo, también erosionaron la imagen del fiscal vinculado a la SIDE.
Ingleses se rearman
También volvió a la superficie el diferendo con el Reino Unido por Malvinas.
Puede ser porque el 7 de mayo hay elecciones en ese país y el premier David Cameron quiere inflar un poco el pecho de sus electores con nacionalismo de cartón -el efecto Thatcher-, pero lo cierto es que Londres anunció un refuerzo de su dotación militar en las islas.
El ministro de Defensa, Michael Fallon, informó a la Cámara de los Comunes que el gobierno invertiría un plus de 268 millones de dólares en apoyo militar y nueva infraestructura en telecomunicaciones y puertos.
Enviarán dos helicópteros Chinook para reforzar el entrenamiento de la infantería apostada en la base militar de Mount Pleasant.
El “serio” gobierno conservador fue el eco de un diario sensacionalista, The Sun, que mintió: “la inestable Argentina se está rearmando 33 años después de la Guerra de Malvinas con la ayuda de Vladimir Putin.
Se cree que el presidente ruso estaría trabajando en un acuerdo para prestar 12 bombarderos de largo alcance a la Argentina, lo que ha incrementado los temores de una nueva invasión”.
El gobierno argentino se ha mantenido en su reclamo de diálogo con su similar británico para discutir la soberanía, como ha preconizado sin éxito la ONU.
No ha comprado material bélico con esa hipótesis de conflicto, aunque estaría en su derecho a hacerlo, sino que ha tratado con guante de seda a empresas británicas que operan con gran suceso económico y poco estándar de calidad, caso del HSBC.
La cancillería, aliviada desde que las alocadas acusaciones contra Héctor Timerman bajaron varios cambios con los fallos comentados, desmintió los cargos formulados por Fallon.
¡El canciller se salva de las denuncias de Nisman y ahora debe afrontar las del ministro inglés!
Londres está muy enojada con el gobierno ruso, por Ucrania, y aprovecha ese conflicto con Moscú para justificar una nueva vuelta de tuerca militarista en el Atlántico Sur.
Los argentinos deben aprender más que viven en un mundo global y que los imperios son incorregibles.