La vida en nuestro planeta depende del sol o sea, de la energía que recibimos de nuestra estrella, energía que es proporcional a la distancia que nos separa de él. No es lo mismo estar en Mercurio que en Plutón. Pero, además de la distancia, lo que determina el tipo de vida que conocemos, es la particular capa de gases que existe alrededor de nuestro planeta o sea nuestra atmósfera, que regula la temperatura promedio a 15ºC .
A la misma distancia del sol, pero sin atmósfera, la temperatura promedio sería de unos 20ºC menos y no existiría la vida, tal como la conocemos.
Los gases de nuestra atmósfera regulan el calor del sol, o sea el que debe quedarse y el que debe salir al espacio exterior, para que el planeta ni se congele ni se caliente.
Hora a hora, hoy nos llegan del Sol en forma de calor, 343 vatios por m2 como promedio; de ellos, 168 vatios por m2 se consumen en el planeta y la diferencia, 175 vatios por m2, son reflejados al espacio exterior pero, en el camino, los gases de efecto invernadero frenan en la actualidad unos 72 vatios por m2, que son devueltos a la superficie del planeta y esos 72 vatios reflejados, son los que están aumentando la temperatura media de la superficie terrestre.
El grave problema hoy, es el aumento de los gases de efecto invernadero, cuyo crecimiento desmedido ocurrió en los últimos siglos a partir de la Revolución Industrial , en que el ser humano comenzó a explotar los combustibles fósiles.
Según los estudios del Panel Internacional sobre Cambio Climático, más del 90% de los científicos del mundo hoy están convencidos que el calentamiento global que el planeta está experimentando, es de carácter antropogénico, o sea debido a la actividad humana. Hay una ínfima parte de científicos del mundo que niegan la responsabilidad humana en éste problema, pero ellos lo hacen porque están al servicio de aquellos gobiernos y de aquellas grandes compañías extractivas, que necesitan seguir extrayendo y quemando combustibles fósiles para mantener sus elevadas ganancias. El dinero importa para ellos mucho más que la vida en Irak, en Libia y ahora en Venezuela y, en sus disertaciones, prefieren defender las posiciones de sus patrones atribuyendo el Cambio Climático solo a factores cíclicos naturales.
Hoy, en el Quinto Informe del Panel Internacional sobre Cambio Climático, se denuncia con todas sus letras que las emisiones de gases de efecto invernadero crecieron dos veces más rápido en la primera década de este siglo que en las tres décadas anteriores; que no se está cumpliendo reducir las emisiones mundiales para que la temperatura media del planeta aumente menos de 2° C, tal como se acordó en Naciones Unidas y que los gobiernos de todo el mundo siguen apostando a los combustibles fósiles, en lugar de optar por energías menos agresivas con la existencia de la vida misma.-
Y mientras tanto nosotros, acá, en el extremo Sur del Planeta, en lugar de cuidar la pureza de los ambientes naturales no contaminados que aún tenemos, salimos a rematar por algunas monedas nuestras límpidas montañas y el oro que está diseminado en ellas, oro que existe en tan pequeñas cantidades, que se deben reducir a polvo cerros enteros y lavar luego ese polvo con soluciones de cianuro, utilizando millones de litros del agua pura que nos regalan los glaciares, para poder sacarlo y llevarlo a los Bancos Centrales al norte del Planeta.
Por supuesto, camiones, bombas, campamentos, viajes, todo lo que utiliza la Megaminería, funciona con petróleo, que al quemarlo, aporta a los gases de efecto invernadero que tanto daño nos hacen.
Nos preguntamos y le preguntamos a la audiencia:
¿Convienen a los Mendocinos estas explotaciones que, al igual que en la época de la Colonia, solo llevan millonarias ganancias en un sentido, dejando nada más que algunas monedas y contaminación eterna en el otro sentido?
¿500 años de sufrimientos no nos han dejado enseñanzas suficientes?