ARGENTINA / ¿Qué esperaban los del diario de Yrigoyen? / Escribe: Daniel Mojica






Cuentan algunos memoriosos que a don Hipólito Irigoyen le escribían un diario “especial”.

Para que no tuviera contacto con la realidad.

Para contarle, tal vez, lo que quería que sucediera.

Para disfrazarle la realidad.

Era el tan mentado “diario de Irigoyen”.

Frase esta, utilizada para graficar a quienes le construyen “un relato de la realidad alejado de lo que realmente sucede”.


¿Mito o dato histórico? Vaya uno a saber.

Hoy estamos en condiciones de afirmar con un mínimo margen de error, que desde hace un tiempo a esta parte (¿desde el conflicto por la resolución 125?) el grupo mediático que se quedó con Papel Prensa (poniendo en la mesa de torturas a los legítimos dueños) a través de sus múltiples canales de difusión, construyó “el diario de la dirigencia opositora”.

Allí vuelca sus más escabrosos, siniestros e íntimos deseos, de lo que quisiera que suceda en el escenario nacional.

El problema, es que a fuerza de tanto desear, todos (escribas, comunicadores, periodistas y dirigentes) se lo terminaron creyendo.

En ese delirio patológico, arrastraron a muchas personas (lectores, oyentes, televidentes) a un mar de odio irredento. Inoculado a conciencia y buscando concretar esos oscuros deseos.

Pero, esta semana, la realidad se les vino encima.


¿Por qué?

Porque Cristina Fernández de Kirchner volvió, luego de su operación y reposo, con más fuerza, con las mismas convicciones y con la profundización del Proyecto Nacional, explicitada en cada línea de su discurso.

Porque la Presidenta retornó fijando agenda nuevamente, al centro de la escena política, enviando mensajes hacia diversos destinatarios.

Y más hermosa que nunca.

¡Qué bien le sentó el descanso!

Como siempre, leyó acertadamente los datos de la realidad y planificó la estrategia que esperábamos quienes la elegimos (y la volveríamos a elegir).

Los que queremos ir por todo lo que falta.

Por más empleo sin distinción de edad, por más inclusión, más industrias, más soberanía, más independencia.

Más Patria para todos y todas.

Una vez más, hizo un claro llamado a la unidad nacional.

Poniendo de relieve por enésima vez su talla de estadista.


¿Qué esperaban los que escriben y consumen “el diario de Irigoyen”?

¿Que suscribiera los enunciados vacíos de contenido, que traicione el mandato de quienes la elegimos?

¿Que vaya en contra de sus convicciones y del rumbo acertado por el que conduce los destinos de la Nación?

¿Que ponga en práctica las políticas que están destruyendo a varios países de Europa?

Hago un humilde llamado a la reflexión a quienes, aún en medio de la confusión que siembran los profetas del odio, a los que tienen sanas dudas y no concuerdan con alguna de las medidas del actual gobierno.

Piensen, por un momento cómo estaban hace diez años y que futuro veían para ustedes, sus hijos y sus nietos.

Miren cómo están ahora y cómo ven el futuro hoy.

Dejen por unos días “el diario de Irigoyen” y miren su contexto familiar y social.

Luego decidan lo que crean mejor para ustedes y los suyos.

Pero sin odio, por favor.

Los abrazo a todos y todas.

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