Desde 2009 funciona el programa “Futbol para todos”. Es interesante recordar cómo se llegó a la conformación de ese programa.
Ese año, 2009, los clubes de la AFA estaban exhaustos. Varios al borde de la quiebra y con un campeonato que corría riesgo de no jugarse.
El futbol en Argentina y en la mayor parte del mundo encuentra una fracción fundamental de sus ingresos en la venta de los derechos de televisión. ¿Cuál era la situación en el país? El grupo Clarín era dueño exclusivo de los derechos televisivos del futbol. La AFA los había vendido hasta 2014 y estaba en negociaciones con el grupo para una extensión del plazo. Las relaciones de poder en la negociación eran terriblemente asimétricas; la AFA exhausta; Clarín extorsionando y convirtiéndose virtualmente en un monopsonio[1], era el único que podía hacer un “gran” negocio con el futbol. Clarín con los derechos del futbol fundió los cables del interior. El procedimiento era el siguiente: llegaba a un pueblo o ciudad en que había un cablero (o más) sólidamente instalado, empezaba a cablear y ofrecía lo mismo que el cablero, al mismo precio (o menos), pero además... el fútbol. Fundió todos los cables que quiso, a algunos los compró, de otros compró la licencia y los cerró, a otros los dejó fundirse en una larga agonía. Como todos los monopolistas, una vez fundido el competidor, los abonos subían abruptamente. Así se conformó en el último tiempo (antes lo hizo con el papel) el centro del negocio del grupo más influyente de la oligarquía argentina. El que pone y saca presidentes, el que arma y desarma cacerolazos, el que hace decir a tantos por él, el que tiene un ejército de políticos y jueces dispuestos a defenderlo, el que se postula como no alcanzado por la Ley.
¿Una vez que Clarín tiene más del 60% de las audiencias de cable, quién puede competir con ellos por los derechos del futbol?
Pero como son tan apretadores, presionaron a la AFA por demás. Y la AFA, que como parte de la FIFA es totalmente reactiva a la injerencia de los Estados nacionales, no sólo aceptó gustosa la participación sino que la festejó abiertamente.
Este racconto sirve para contextualizar.
Es defendible y valioso que una expresión tan notable de nuestra cultura como el futbol, un deporte que practican millones de argentinos, con una liga profesional que sigue y “vive” la mayor parte del país sea provista de modo gratuito, con una cobertura masiva. Pero si a esta generalidad la contextualizamos en los términos en que estaba en 2009, es decir en manos del mayor grupo extorsivo, el mismo que, se supo por la denuncia de los directores estatales (posteriores a Alberto Fernández), hacía inteligencia sobre los jueces desde una oficina de Papel Prensa S.A., entonces la decisión de recuperar el fútbol se vuelve estratégica[2].
El modo en que el gobierno administre el futbol, seguramente combinando varios objetivos simultáneos, amplia cobertura, gratuidad en el acceso, rating, niveles de recupero de la inversión, supone una compleja combinación que diferencia la gestión estatal de la privada. Retomar el análisis sobre la gestión desde el Estado sigue siendo una cuestión de sintonía fina que lejos está de estar saldada.
¿Qué hacía Clarín? Maximizaba su ganancia de monopolio, encima con el sueño del monopolista: discriminaba precios. Un mix de partidos accesibles al abono básico del cable, otros, codificado. Con perlitas destacadas como la transmisión de los partidos enfocando las tribunas... ¿no es humillante que transmitan un partido por tele pero no te lo muestren?
Los domingos a las 22 hs. se podían ver los goles junto al resumen de la jornada. Clarín podía, y nadie cuestionaba, secuestrar los goles hasta el domingo a la noche. Maximizaba sus audiencias y sus ganancias.
Incluso, si nos remontamos más atrás en el tiempo, la fecha se jugaba toda a la misma hora, o si algún equipo tenía problemas, dos o tres horarios concentraban toda la fecha. Eso cambió y cada partido se juega a un horario distinto, ¿para quién? Para la televisión. Práctica impuesta por Clarín (que, es verdad, también ocurre en otros países).
Pero lo cierto es que Clarín fijaba los horarios de los partidos.
Es muy bueno que los gestores del programa “Futbol para todos” den la pelea por las audiencias, que disputen el “prime time”; así puede encuadrarse la transmisión de partidos el domingo a la noche. Que ello haya llevado a discusiones más o menos amplias lo único que muestra es el poder de fijación de agenda que tiene el grupo hegemónico que utiliza cualquier argumento. Lo que es “peligrosísimo” ahora era inofensivo cuando transmitían ellos.
Por supuesto que hay que resguardar lo que hay que resguardar, pero ¿cuál es la diferencia de jugar un partido del viernes a la noche con el domingo a la noche?
Está bastante claro qué es el Futbol para todos, está bastante claro que la claque política de Clarín lo quiere destruir, y es una de las cosas que en Argentina, a pesar de Clarín, se decidirán por los votos y por la política.
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[1] monopsonio es un monopolio en la compra, un único comprador en el mercado.
[2] http://www.infonews.com/2012/10/19/politica-43743-moreno-clarin-es-capaz-de-cualquier-cosa-y-tenemos-que-estar-atentos.php