Las principales figuras opositoras con respaldo de los medios concentrados tienen fecha de vencimiento, diciembre, en el Congreso. Debilitados en el resto del país, la mayoría de ellas se agrupan en la ciudad y la provincia de Buenos Aires. Dos amontonados grupos de dirigentes opositores al Gobierno Nacional se perfilan próximos a establecer alianzas a fin de ser presentadas dentro de tres días, el miércoles 12. Sus procedencias partidarias e ideológicas provienen de orígenes declamados como socialistas, progresistas urbanos, radicales, liberales, conservadores y peronistas disidentes u ortodoxos. De muchos de ellos surgen sorprendentes y repentinas reivindicaciones a Juan Domingo Perón, Raúl Alfonsín y Arturo Frondizi, este último recuperado por el aparato de asesores de imagen del PRO, invocándose como el nuevo desarrollismo.
Las diferencias insalvables que muchos de ellos mostraban entre sí, en vísperas de las elecciones del año 2011, son como un recuerdo del lejano siglo XIX. El desesperado camino aliancista, en el breve y tumultuoso año y medio transcurrido desde que fueron derrotados en las últimas elecciones presidenciales, hoy los encuentra reconciliados y caminando juntos: Fernando Pino Solanas con Elisa Carrió, Hugo Moyano con Mauricio Macri y Francisco de Narváez, Ricardo Alfonsín con Julio Cobos, y Victoria Donda y Humberto Tumini con Alfonso Prat Gay, son sólo algunos ejemplos.
Por un lado, al finalizar la semana, la Alianza progresista-conservadora que conformarían la Unión Cívica Radical, el Frente Amplio Progresista y los saldos de la Coalición Cívica, Proyecto Sur y Libres del Sur dio señales de avances en su conformación. La definición de candidatos por distrito no será tan sencilla. La mayoría de los principales referentes de estos sectores pertenecen a la Ciudad de Buenos Aires, y en la mayoría de los casos deben renovar sus mandatos, que vencen el 10 de diciembre.
El peso de todos ellos, lejos de la ciudad, enfrenta mayores dificultades que las que les ofrece un territorio amigable, como Buenos Aires, a los progresismos urbanos. ´
Confluirían en ese frente Ricardo Gil Lavedra, Alfonso Prat Gay, Elisa Carrió, Pino Solanas, Victoria Donda, Ricardo Alfonsín, Julio Cobos y Mario Barletta. Si no logran acuerdos en las listas de candidatos, tendrán que definirlos en las elecciones del 11 de agosto, al celebrarse las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
El otro Frente lo conformarían el PRO y el llamado PJ disidente, con la pretendida conducción de José Manuel de La Sota, sumando a Hugo Moyano y Francisco de Narváez que, a su vez, se encuentra cada vez más lejos de acordar con el macrismo su candidatura en la provincia de Buenos Aires, y más cercano a cortarse solo. También forma parte de este frente Roberto Lavagna, siempre mañoso y remiso al pretendido entrevero con el PRO, que lo pretende de candidato a senador para acompañar a Gabriela Michetti en la lista de candidatos a senadores por la Capital. Al respecto, Gabriela Michetti volvió a repetir el viernes último que se siente más cómoda con el otro ex ministro de Economía del kirchnerismo, Martín Lousteau. Para Michetti, Lavagna le trae en combo a Moyano, Luis Barrionuevo y Gerónimo Venegas. En cambio Lousteau le garantizaría el voto de los sectores más modernos de la sociedad porteña, al menos en los arrabales de Palermo Hollywood. El problema es que en las encuestas que miden a Lousteau, su imagen sigue muy pegada a la revuelta agraria del 2008, que no fue justamente muy PRO. Medios y candidatos. La decisiva incidencia de la cobertura mediática concentrada en el Grupo Clarín y La Nación, en el proceso de alianzas y candidaturas, se ve reflejado, a diario, en sus columnas de opinión, y editoriales, radios y canales de televisión. Entre los que concentran mayor atracción entre la amplia lista de candidatos meritorios pica en punta, por ahora Mauricio Macri. El "por ahora" está sujeto a variables que el propio peronismo no ha resuelto aún, específicamente centradas en las figuras de Sergio Massa y Daniel Scioli, que no jugarán sus cartas contra el oficialismo como los sectores concentrados vienen esperando (y deseando) que así ocurra. Los principales referentes del PRO que piensan con vistas al 2015 saben que la suerte de Macri queda reducida más a los movimientos del propio peronismo que a los de su propia suerte.
Volviendo al meritorio Mauricio Macri, es, a esta altura y por esfuerzos suficientes, el candidato ideal para las preferencias mediáticas. Sus actividades y declaraciones son seguidas minuto a minuto, iluminándolo a cada paso que da. El miércoles pasado hizo su presentación en el programa A dos voces, junto a sus candidatos extrapartidarios, "los que no vienen de la política". Allí estaban el árbitro de fútbol cordobés Héctor Baldassi, el cómico santafesino Miguel Del Sel, el economista menemista Carlos Melconian y el dirigente rural entrerriano, el revoltoso Alfredo De Angeli. Con ellos, luego salió de gira para Córdoba donde José Manuel de la Sota los esperaba, ansioso. Allí, Macri, muy entusiasmado declaró: "Voy a formar el mejor equipo que haya tenido la Argentina desde los tiempos del ex presidente Arturo Frondizi, con gente que se arremangue y tenga sentido común”.
Alejados de las luces de los estudios de televisión, la preocupación dentro del macrismo, con vistas a octubre, no es menor. A su escasa representatividad territorial en el país, en las elecciones de octubre renueva la totalidad de sus escasas ocho bancas en la cámara de diputados. A esto se suma la dificultad antes mencionada de no contar con un candidato de peso que secunde a Gabriela Michetti. Primera candidata a senadora, Michetti, con quien Macri evita compartir espacios mediáticos, dispone de una intención de voto que supera al núcleo duro del PRO, convocando a otros sectores del electorado que ven en Michetti a una figura conservadora pero más amplia que el propio Macri. No disponer de un segundo candidato a senador le abre la posibilidad de quedar a un corte de boleta que podría favorecer a Elisa Carrió o Fernando Solanas. Aunque hoy, en el Frente PRO-PJ disidente todas las miradas apuntan a Mauricio Macri, sus declaradas ambiciones presidenciales en 2015 pueden quedar truncas sin un resultado favorable parte de sus candidatos en los pocos distritos en los que competirá con fuerza propia.
Fin de ciclo, pero opositor. El tan mentado y anunciado fin de ciclo kirchnerista, por ahora les cabe a la mayoría de los principales opositores mediáticos, triunfadores en las elecciones del año 2009, que si tienen fecha de vencimiento, el próximo de 10 de diciembre.
En las elecciones de octubre se renuevan 24 de las 72 bancas de senadores en ocho provincias, de las cuales 13 pertenecen al FpV (seis son aliados), cuatro la UCR, y uno la Coalición Cívica. Por la Ciudad de Buenos Aires, finalizan sus mandatos Daniel Filmus, María Eugenia Estenssoro y Samuel Cabanchik.
En la Cámara de Diputados se renuevan 127 bancas del total de 257, de todo el país.
El bloque progresista-conservador renueva 43 bancas, entre ellos sus principales figuras mediáticas: Ricardo Alfonsín, Ricardo Gil Lavedra, Oscar Aguad, Elisa Carrió, Alfonso Prat Gay, Margarita Stolbizer y Fernando Solanas.
El frente PRO-PJ disidente, y los saldos de Unión PRO (triunfadores en el año 2009) suman 28 bancas con mandato a vencer en diciembre, entre ellos Francisco de Narváez, Felipe Solá, Ramón Puerta, Claudia Rucci, Laura Alonso, Silvia Majdalani, Alberto J. Triaca, Alfredo Atanasoff, y Gabriela Michetti.
El tanto, el Frente para la Victoria, y aliados, renuevan solamente 42 de sus 116 diputados nacionales. Entre los que tienen mandato vencido el 10 de diciembre se encuentran la actual presidenta de la bancada, Juliana Di Tullio, y los diputados Carlos Kunkel, Diana Conti, Héctor Recalde, Omar Plaini y Remo Carlotto.
Renace la ilusión: 2009 y 2013. Las elecciones de octubre, como sucedió en el año 2009, albergan nuevamente las esperanzas de todo el arco opositor a que el resultado que obtengan los deje en la primera línea de largada para las elecciones presidenciales de 2015. Un claro candidato y un rumbo para aquellos que mandarán y los que, perdidosos, apoyarán al elegido. Las elecciones de medio término entusiasman a la oposición. Retornan los pronósticos de fin de ciclo y del kirchnerismo. Así sucedió en el año 2009. A diferencia de las presidenciales que tienden a polarizar posiciones, las de medio término son elecciones en las que la oposición logra escamotearle muchos votos al oficialismo. En el voto independiente anida uno de los argumentos recurrentes en el imaginario de las tradiciones democráticas de los bienpensantes republicanos que otorgan su voto para que se equilibren los poderes, poniéndole límites al oficialismo. En este caso el voto argumentado con los anti-re-re, anti-reforma de la justicia, anti-ley de medios, estarán a la orden del día.
Desmesuras de una semana agitada. La justificación de enfrentar y derrotar al kirchnerismo, al estilo "como sea", quedó expresada esta semana en boca de Margarita Stolbitzer que, eufórica con lograr un acuerdo para encabezar la lista a diputados dejando en segundo lugar al resignado Ricardo Alfonsín, afirmó: "Hoy estamos ante un estado de extrema necesidad. Estamos ante una banda de ladrones que se están robando el país". Previa a esta mesurada declaración, el radical Mario Barletta le había endilgado a Dante Caputo el castizo "conchudo" por no avenirse el ex canciller a integrarse al Frente. La respuesta de Caputo fue que no se priorizaba ideas sino cargos. Luego, modestamente, dijo que se encontraba desde hacía muchos años desempeñándose en organismos internacionales, ganando mucho dinero y prestigio como para terminar en discusiones de cargos dentro de estructuras menores. Mientras tanto, Elisa Carrió y Fernando Pino Solanas comenzaron a instalar el clásico de todas las elecciones "Tenemos temor por el control electoral del gobierno, y por la posibilidad de un fraude, como ya sucedió en las elecciones anteriores". Mauricio Macri, aportó lo suyo, y apostando a contar con el apoyo del sector de los fundamentalistas católicos dijo "Yo no hubiera apoyado la ley de fertilización asistida". Otro despropósito de la semana es la creación del Indec PRO.
En campaña. El 22 de septiembre es el inicio formal de la campaña electoral, campaña que comenzó, en realidad, el 11 de diciembre de 2011, al día siguiente de que asumiera su segundo mandato la Presidenta. La intensidad opositora y mediática apuesta todas sus cartas para los comicios del 27 de octubre. Faltan poco más de cuatro meses en los que será de esperar que sus golpes vayan en aumento. Para esa fecha se sabrá si lo que hoy son incipientes señales de recuperación económica, con pronósticos de inflación menor al de los mediáticos, sostenimiento del consumo y un esperado buen desempeño de los instrumentos de exteriorización de capitales, contendiendo las demandas especulativas del dólar negro, postergando el tan anhelado fin de ciclo, las expectativas de la oposición serán menores a lo hoy proyectado en sus expectativas de aumentar su representatividad parlamentaria
Estas líneas no han profundizado respecto de las notables inconsistencias de los candidatos opositores, a sus posiciones ideológicas y a la perdurabilidad de sus alianzas, tanto políticas como las que sostienen con los grupos del poder económico.
Las inconsistencias de la oposición, su errático y desesperado camino, son un flanco siempre abierto a favor del oficialismo.
(Semanario Miradas al sur, domingo 9 de junio de 2013)