MENDOZA / Monsanto: más información / Escribe: Alberto Lucero






La revista estadounidense "Food and Chemical Toxicology", dedicada a difundir las investigaciones sobre los efectos tóxicos de nuevas sustancias en los animales o en el hombre, poniendo especial énfasis en la seguridad alimentaria, publicó los resultados del experimento realizado por el equipo francés del Dr Gilles-Eric Séralini, profesor de biología molecular en la Universidad de Caen.

Este científico con otros investigadores franceses, durante dos años y en secreto, alimentaron a 200 ratas con maíz genéticamente modificado y le dieron para beber agua con herbicida RoundUp, concluyendo que los Organismos Genéticamente Modificados son venenosos, incluso a dosis bajas y demostrando que el maíz estudiado es altamente tóxico y a menudo fatal para ratas y si se tratara de un medicamento, debería ser suspendido inmediatamente.


Esto es un severo golpe para algunos funcionarios, para la ciencia médica y para la industria, porque la inocuidad del maíz genéticamente modificado no existe y lo lamentable es que lo encontramos en nuestros platos a través de la carne, los huevos o la leche.

El Dr Séralini comenzó con esta investigación en el año 2006 y duró hasta el 2011; los investigadores trabajaron en condiciones de absoluto secreto, tenían sus correos electrónicos cifrados y prohibida toda conversación telefónica e incluso pusieron en marcha un estudio "señuelo", ya que temían un ataque de las grandes semilleras multinacionales si se difundía lo que estaban estudiando.

Como en una película de suspenso, tuvieron que conseguir secretamente las semillas de maíz transgénico NK 603, propiedad patentada de Monsanto, a través de una escuela de agricultura en Canadá; cosecharlas y llevarlas al puerto de El Havre a finales de 2007, luego hacer las croquetas en total secreto y empezar a alimentar a 200 ratas de laboratorio. "Después de menos de un año de alimentarlas con maíz modificado genéticamente, fue una masacre entre nuestras ratas que yo no había imaginado de tal magnitud", dice el profesor Séralini.

Las ratas alimentadas con maíz transgénico de la multinacional Monsanto y agua mezclada con su herbicida más vendido a base de glifosato, el RoundUp, desarrollaron tumores y daños múltiples en sus órganos y murieron antes que las que siguieron una dieta sin estos elementos. Les aparecieron tumores mamarios que alcanzaban hasta 25% de su peso y daños severos en hígados y riñones, con una frecuencia de dos a cinco veces mayor, que para los roedores alimentados con maíz no transgénico.

"Es la primera vez que se analiza el impacto sobre la salud de un alimento genéticamente modificado y de un pesticida, más allá de los estudios que ha declarado la industria que los elabora y los resultados son alarmantes", dijo Séralini.

Corinne Lepage, abogada, diputada liberal y presidente del Partido Verde, publicó el libro "La verdad sobre los OGM", basado en los resultados de este estudio de Séralini y además, el director Jean-Paul Jaud hizo la película "Todos somos conejillos de indias", mostrando imágenes que darán la vuelta al mundo con Internet, donde se ven las terribles imágenes de las ratas con sus tumores. Y el mismo Séralini nos dice: "Hemos logrado el estudio más largo y más detallado en el mundo sobre la toxicidad del maíz transgénico y el herbicida Roundup en los animales y el resultado nos sugiere que puede ser muy dañino sobre los seres humanos”.


Monsanto, la mayor productora de semillas transgénicas del mundo, todavía no ha hecho comentarios respecto a la publicación. No obstante, en el pasado ha reiterado que sus productos son seguros y que no suponen ningún riesgo para la salud de los seres humanos ni de los animales.

Ahora empieza un debate en serio; un debate que nos debemos, porque en muchos países del mundo se autorizó el uso de semillas transgénicas y sus herbicidas selectivos, solo con la garantía de los estudios realizados por quién quiere vendernos esos productos.

Nosotros, como siempre hacemos, sugerimos no conformarnos con esta opinión y recurrir al Google, escribiendo LA VERDAD SOBRE LOS OGM (Organismos Geneticamente Modificados); el título del libro de la abogada francesa.

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