(viene de la edición de ayer)
Carpani introduce un concepto que no contará con la adhesión de muchos artistas despreocupados por la situación social y de aquella crítica a medida de la sociedad dependiente, nos referimos al concepto de arte nacional y la necesidad que la obra del artista muestre la realidad que lo rodea:
-No todos los pueblos poseen el mismo grado de desarrollo histórico, ni desenvuelven su actividad en un medio geográfico similar, ni son producto de una misma amalgama de razas, ni hablan y piensan en el mismo idioma, ni rinden culto a una tradición y cultura idénticas.
Cada uno de ellos tiene, en relación con estos factores, características propias, determinantes de la nacionalidad. Y estas características nacionales no pueden menos que estar presentes en las manifestaciones artísticas, siendo como es el arte un producto social.
Podemos afirmar entonces que el arte, por el hecho de ser una expresión social, necesariamente ha de ser también una expresión nacional.
Pero la idea que tenía Carpani de lo Nacional incluía toda América Latina, no sólo por el origen, la lengua y una tradición común; esas características nos convertían en un pueblo al que los intereses imperiales llevaron a la separación, en tanto que la lucha de los trabajadores y de los artistas comprometidos con su pueblo debía retomar las banderas de Bolivar, San Martín y Artigas, entre otros.
-Es indispensable que fijemos con precisión los verdaderos alcances que tiene para nosotros el término «nacional».
América Latina constituye una unidad nacional con características bien definidas.
En efecto, a factores permanentes y determinantes por sí mismos de una nacionalidad —como son el hecho de poseer un territorio ininterrumpido en el que prácticamente se habla el mismo idioma (ya que el portugués y el español no ofrecen diferencias esenciales), poblado por razas afines y con un pasado histórico y cultural común— se unen otros factores de carácter actual, que imponen la necesidad de la unificación política de América Latina.
Las distintas regiones o países latinoamericanos poseen problemas económicos, sociales y políticos análogos.
Esta analogía está determinada por su sometimiento a un explotador común: el imperialismo.
Y la liberación del yugo imperialista sólo será factible mediante una acción conjunta y unificada que permita contrarrestar en forma efectiva el poderío del opresor.
Es por eso que nosotros, cada vez que hablemos de lo nacional, se entiende que lo hacemos en escala latinoamericana.
Será el accionar del imperialismo el que Carpani denunciará con claridad, y la función que cumple el arte en los países centrales que lejos de ser inocuos para nuestra cultura también forman parte de plan delineado por los poderes centrales:
-Ahora bien, si es cierto que la difusión dada a su producción cultural por las países imperialistas fue altamente beneficiosa para el desarrollo de las artes en el resto del mundo, no es menos cierto que esta acción benéfica se vio contrarrestada cuando convirtieron la cultura en un arma más de vasallaje y opresión colonial.
En efecto, junto con sus manufacturas exportaran su literatura y su arte, pero no para enriquecer las culturas nacionales ya existentes en las regiones colonizadas, sino para destruirlas o neutralizarlaneutralizarlas, contando en esto con la obsecuencia de las oligarquías nativas.
Pero también Carpani era un militante de la libertad sin la cual el artista quedaba limitado en su más genuina expresión, enemigo del realismo socialismo e implacable crítico del stalinismo, manifestaba su compromiso con la libertad, contrario a toda forma de control de los comisarios políticos sobre la expresión del artista :
-Para el logro de un arte representativo de nuestra realidad, un arte auténtico, en este caso un arte nacional latinoamericano y revolucionario, es imprescindible dar al artista la más absoluta libertad en la elección de sus medios formales de expresión.
Hay que dejar de lado todo dogmatismo en materia estética.
Que cada cual utilice los elementos plásticos de la manera que considere más acorde con su temperamento, enriqueciéndose con las últimas experiencias formales que se realizan en el mundo.
Pero, eso sí, utilizándolas con un sentido creativo personal.
Pero ante el accionar de la oligarquía asociada al imperialismo en el campo de la cultura era difícil que aquellos artistas no contaminados por la ideología imperial pudieran a conocer su obra.
Carpani daba su consejo que él mismo aplicó al trabajar en conjunto con el sindicalismo combativo.
“Por eso mismo, es indispensable dar la mayor difusión posible, especialmente entre la clase trabajadora y los sectores sociales más progresistas, a las creaciones de quienes, con dignidad y sacrificio, trabajan por un verdadero arte. Sólo a través de una intensificación del contacto entre la obra artística y la sociedad, que ejercite de manera constante la sensibilidad de los hombres familiarizándolos con las nuevas formas creadas por el artista, logrará superarse la incomprensión de que éste es objeto. Esa será la manera más efectiva de hacer que el arte intervenga activamente en el proceso revolucionario.
El arte actúa por la vía sensible, y la sensibilidad artística, como todo en el hombre, se desarrolla con el ejercicio.
Mal puede exigirse una comprensión inmediata de la obra moderna a quienes escasas oportunidades han tenido de conectarse con ella.
Se dirá que para eso están los museos, pero no olvidemos que a la gente que trabaja poco tiempo le queda para asistir a ellos, y nada se hace por interesarla en el arte.
El orden establecido tiende más bien a alejar al pueblo de las manifestaciones del espíritu, dándole en su reemplazo y en cantidades crecientes, productos embrutecedores, neutralizantes de su sensibilidad.
Se hace así del arte lujoso vicio solitario, reservado a determinadas élites de iniciados, alejándolo de su verdadera misión.
Para completar su idea con : -No queda por lo tanto, al artista revolucionario, más solución que la que las organizaciones obreras pueden y deben brindarle.
En las manos de estas organizaciones está la posibilidad del surgimiento de un vasto movimiento muralístico con características nacionales y revolucionarias.
Abrigamos la certidumbre de su próxima aparición.
El compromiso con los trabajadores
La compañera de Carpani, Doris Halpin, expresó sobre la labor del pintor que su tarea era expresar la dignidad de los trabajadores y desposeídos: -No trató de pintar los lados oscuros de la realidad: nunca pintó la tortura, ni al aldeano pobre y subsumido. Siempre pintó al hombre que está dispuesto a combatir, al hombre en lucha.
Halpin también explicó porque Carpani daba importancia al muralismo, en tanto que la pintura de caballete termina en posesión de alguien, el mural pertenece a todos o por lo menos a muchos.
Esa era el símbolo que entusiasmaba a un artista alejado de la figuración y el negocio.
Muchos de los dibujos de Carpani, fueron dados en forma gratuita para ilustrar los volantes y documentos de sindicatos, organizaciones obreras en general y organismos de Derechos Humanos.
Seguramente, muchos de nosotros hemos visto dibujos de Carpani, sin saber que pertenecían a él, esta fue la obra de un artista plástico que dedicó su vida a servir a una causa, la de los más necesitados.
Según el crítico de arte Salvador Linares, las obras de Carpani puede dividirse en dos épocas, una de piedra y la otra de metal.
-En la primera los personajes adquieren una apariencia rocosa, que abarca el período en el que todavía frecuentaba la temática campesina.
Luego la piedra deviene en metal y los hombres son vistos como articuladas máquinas o revestidos por corazas sobre las que músculos y nervios se traslucen sobre la bruñida superficie, en una suerte de mágica filigrana vital.
Producido el golpe de estado de Onganía en 1966, derrocando al presidente radical Arturo Illia, gran parte de la burocracia sindical apoyará al golpe, iniciando una de las etapas más vergonzosas del sindicalismo, ante ellos se levantó un grupo de dirigentes que llamaron a combatir a la Dictadura tras un plan nacional y popular, dicho sector se encolumnó en la CGT de los Argentinos que lideraba Raimundo Ongaro.
Ricardo Carpani fue la expresión artística de ese sindicalismo honesto y combativo, los volantes y documentos de la CGT de los Argentinos llevaban las ilustraciones de Carpani donde trabajadores de expresiones duras manifestaban toda su bronca y deseos de restituir la justicia perdida.
En 1966 y 1969 viajó a Europa donde participó de muestras colectivas. En 1972 viajó al Chile Socialista de Salvador Allende y a Cuba, para encuentros de artistas plásticos.
En julio de 1974 fue a Suecia a una exposición, tenía previsto un viaje de cuatro meses, pero ya no pudo volver, la Argentina se había convertido en un lugar muy peligroso por el accionar de la banda paramilitar de ultraderecha la triple A que asesinaba a intelectuales y militantes populares.
El exilio fue muy duro para Carpani como lo fue para la mayoría de los exilados, y particularmente para aquellos que habían hecho de la militancia una forma de vida.
Retornó al país en 1984, las últimas composiciones de Carpani muestran una región selvática donde se mezclan animales salvajes con paisajes y personajes porteños.
Poco tiempo antes de su muerte realizó un retrato del Che Guevara que se encuentra en la Plaza de la Cooperación de Rosario o pocas cuadras del lugar en que nació el Che.
Realizó la escenografía para un espectáculo musical llamado Tango Pasión que se ha presentado con éxito en Europa.
En 1996 fue declarado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
Se publicaron los libros : Carpani, con textos del Dr Rafael Squirru y de Manuel Vicent ; y Carpani: Gráfica política , con textos de Ernesto Laclau y Luis Felipe Noé.
Murió el 9 de septiembre de 1997, la Argentina perdía a un gran artista y los trabajadores que siguen luchando, a un aliado incondicional, pero su obra nos sigue mostrando a esos hombres y mujeres que nunca se rendirán.