Días pasados, un grupo muy numeroso de personas se movilizó manifestando diferentes críticas al gobierno nacional. El éxito de la marcha alentó a los organizadores a preparar una nueva manifestación para los próximos días.
Frente a esto, nuestro compromiso a favor de los pobres nos invita a dar nuestra opinión:
1. Nos parece muy positivo que la población se manifieste activamente para expresar acuerdos o desacuerdos. La desmovilización y despolitización fue heredera del miedo impuesto por la dictadura de fines de los años 70 y se vio reforzada por las políticas de la década de los 90;
2. Lamentamos de la marcha pasada, y alentamos a los organizadores a evitarlo en las eventuales marchas subsiguientes, toda manifestación violenta, desde banderas nazis hasta cánticos deseando la muerte a la presidenta, la falta de respeto a las Madres y Abuelas, el desprecio profundo a los pobres o cosas semejantes, de las cuales no hemos escuchado rechazo por parte de organizadores o dirigentes opositores. Nos parece que esas manifestaciones desvirtúan toda propuesta o crítica si pretende ser constructiva, lo que en principio desearíamos. A la vez, cuestionamos las generalizaciones indiscriminadas o el “ninguneo” a toda crítica por parte de sectores del oficialismo;
3. Repudiamos sin el más mínimo atisbo de duda cualquier declaración que aluda al actual gobierno como “dictadura”. Se podrá manifestar desacuerdo con diferentes medidas, y es justo expresarse públicamente y acorde a derecho hacerlo, pero una dictadura –como la dictadura cívico-militar que hemos padecido y muchas de cuyas consecuencias todavía padecemos– es algo muy diferente al modo actual de ejercicio del gobierno, gobierno constitucional que además fue elegido recientemente con el 54% de los votos;
4. Lamentamos que las más variadas –y hasta opuestas– críticas al gobierno confluyan en una misma marcha, ya que de ese modo no es claro qué es lo que se propone o contra qué medida específica de gobierno se manifiesta y si los reclamos son veraces o deformados. En esas condiciones no es fácil el diálogo o el debate, ya que no se entiende qué aspecto se quiere resaltar o con cuál se quiere debatir;
5. Invitamos a los organizadores a expresar públicamente una “profesión de fe” democrática para desalentar cualquier amago de actitud destituyente, que siempre estará sobrevolando en estos actos, y que algunos medios alientan;
6. Invitamos, finalmente, tanto a los organizadores como a los participantes, a mirar con grandeza, dejando de lado eventuales actitudes y reclamos preocupados únicamente con su propio bienestar, comodidad o deseos, y a mirar con equidad particularmente las medidas de gobierno o propuestas políticas que más beneficien a los pobres, teniendo en cuenta a los más desfavorecidos de la sociedad en la actual situación internacional y según las actuales posibilidades concretas.
(Firman: Pbros. Eduardo de la Serna, Marcelo Ciaramella, Roberto Murall, Juan Carlos Baigorrí, y siguen las firmas…)