Ratzinger dijo que el magisterio de la Iglesia tiene cimientos de roca. No aludió directamente a las cartas filtradas en las que se denunciaba corrupción en la Santa Sede. El mayordomo Gabriele no admitió ninguna responsabilidad.
El caso bautizado como Vatileaks está en ebullición. El Vaticano confirmó ayer la denuncia formal contra el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, acusado de filtrar documentos secretos de la Santa Sede. Según fuentes citadas por la agencia de noticias Ansa, Gabriele no admitió ninguna responsabilidad, eligió a los abogados que lo representarán y dedica su tiempo de encierro a la oración. El director de la sala de prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, confirmó por primera vez que el detenido por la gendarmería vaticana por posesión ilícita de documentos reservados es Gabriele, precisando, además, que fue abierta en su contra una instrucción formal conducida por el juez Piero Antonio Bonnet y que el acusado permanece en estado de detención.
“El imputado nombró dos abogados de su confianza, habilitados para actuar ante el Tribunal Vaticano, y tuvo la posibilidad de encontrarlos. Dispone de todas las garantías jurídicas previstas por el código penal y el de procedimiento penal vigentes en el Estado de la Ciudad del Vaticano”, detalló. Al cabo de la instrucción formal, explicó Lombardi, el juez podrá decidir si libera al detenido o si éste será procesado. El portavoz del Vaticano afirmó que, contrariamente a lo indicado por varias versiones de la prensa italiana, hasta ahora la magistratura vaticana considera al mayordomo sospechoso únicamente del delito de hurto agravado.
“Estamos en una fase muy inicial del procedimiento penal, por lo que las hipótesis sobre la aplicación de penas gravísimas que han propuesto algunos medios no tienen la menor justificación”, sentenció sobre las especulaciones basadas en la posibilidad de que el mayordomo del pontífice pudiera ser incriminado por violación de la correspondencia de un jefe de Estado o por atentado contra la seguridad del Estado, delitos para los que están previstos penas de hasta 30 años de cárcel.
Fuentes citadas por Ansa dijeron que el mayordomo quedó en estado de shock desde el miércoles por la noche, cuando fue detenido y su casa allanada por la gendarmería vaticana, en presencia de su esposa y de sus hijos. Lombardi detalló que por el momento Gabriele permanecerá en prisión preventiva y aclaró que, como vive en el Vaticano, es la justicia del Estado pontificio la encargada de juzgar el caso. En los últimos meses hubo varias filtraciones de documentos secretos del Vaticano: la cadena de televisión italiana La 7 publicó unas cartas enviadas por el actual nuncio en Estados Unidos y ex secretario general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano, Carlo María Vigani, al Papa en las que denunciaba corrupción en la Administración Vaticana. Eso se sumó a la información que salió a la luz sobre la organización ETA en la cual se detallaba cómo la misma pidió al Vaticano a principios de 2011 enviar a su nunciatura en Madrid a varios de sus miembros para concordar con la Iglesia el anuncio del fin de su actividad armada y se publicó el libro Sua Santita donde se develan tramas e intrigas en el pequeño Estado. Los medios italianos atribuyeron el caso a una lucha de poder en el seno de la curia. Luego del arresto de Gabriele, muchos analistas manifestaron que el mayordomo del Papa no puede ser el único responsable de las filtraciones de información de la Santa Sede a la prensa italiana. Su propio confesor confió a ANSA que no puede creer en su culpabilidad. “Quiere tanto al Papa que nunca podría traicionarlo”, aseguró el sacerdote quien pidió no ser identificado. “De veras es incomprensible lo que está pasando porque Paolo era estimado por todo el mundo en el Vaticano, nunca he oído hablar mal de él o que alguien contara un chisme que se refiriera a él, lo que es bastante raro en nuestro ambiente, donde es frecuente escuchar que hablen mal de la gente”, agregó.
Por su parte, el papa Benedicto XVI resaltó ayer, citando las palabras del Evangelio de Mateo, que el magisterio de la Iglesia está “cimentado sobre roca”, en una referencia en la que muchos vieron una alusión a la tormenta desatada por el caso. “El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó una casa sobre roca. Cayó la lluvia, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca”, agregó ante unos 40 mil miembros del movimiento Asociación Renovación del Espíritu.
El anuncio de la detención del mayordomo ocurrió un día después de la destitución del presidente del Banco del Vaticano, el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), Ettore Gotti Tedeschi, exonerado por “no haber cumplido con su labor” al término de una guerra interna por la aplicación de las normas internacionales para la transparencia y contra el lavado de dinero.
(Diario Página 12, domingo 27 de mayo de 2012)