Cantante y compositora. Nació en 1931. Sus composiciones tratan sobre la melancolía y la esperanza, la vida cotidiana, y la expresión del dolor y la frustración en la Buenos Aires de hoy.
Cuando tenía ocho años empezó a trabajar en Radio Argentina. También tocaba el piano y la guitarra. A los once años escribió un bolero, extraordinario para una niña de su edad, llamado "Amor imposible".
En 1957 publicó su primera canción melódica, "Humo y alcohol", que no sería interpretada por ella, sino por otra cantante. Sus boleros "Novelera" y "Tu mentira" fueron popularizados por Roberto Yanés.
Su versatilidad como compositora se demuestra a través de su obra: compuso canciones folklóricas y boleros y, a partir de 1968, se dedicó al tango en forma exclusiva. En 1971 se presentó en Caño 14 junto a Stamponi, Marconi y Murtaugh.
Su primer álbum incluyó los tangos: “Sin piel”, “Sueño de barrilete”, “María de nadie”, “Qué buena fe”, “Amor sin aventura”, “Domingos de Buenos Aires”, “Contame una historia”, “Mi ciudad y mi gente”, “Desnuda la ciudad”, “Retazos”, “Humano” y “Cerrame la ventana”. Falleció el 31 de agosto de 2005 por una enfermedad oncológica.
Música: Astor Piazzolla
Letra: Eladia Blázquez
Esta ciudad está embrujada, sin saber...
por el hechizo cautivante de volver.
No sé si para bien, no sé si para mal,
volver tiene la magia de un ritual.
Yo soy de aquí, de otro lugar no puedo ser...
¡Me reconozco en la costumbre de volver!
A reencontrarme en mí, a valorar después,
las cosas que perdí... ¡La vida que se fue!
Llegué y casi estoy, a punto de partir...
Sintiendo que me voy, y no me quiero ir.
Doblé la esquina de mi misma, para comprender,
¡que nadie escapa al fatalismo de su propio ser!
Y estoy pisando las baldosas,
¡floreciéndome las rosas por volver...!
Esta ciudad no se si existe, si es así...
¡O algún poeta la ha inventado para mí!
Es como una mujer, profética y fatal
¡pidiendo el sacrificio hasta el final!
Pero también tiene otra voz, tiene otra piel;
y el gesto abierto de la mesa de café...
El sentimiento en flor, la mano fraternal
y el rostro del amor en cada umbral.
Ya sé que no es casual, haber nacido aquí
y ser un poco así... triste y sentimental.
Ya sé que no es casual, que un fueye por los dos,
nos cante el funeral para decir... ¡Adiós!
Decirte adiós a vos... ya ves, no puede ser.
Si siempre y siempre sos ¡una razón para volver!
Siempre se vuelve a Buenos Aires, a buscar
esa manera melancólica de amar...
Lo sabe sólo aquel que tuvo que vivir
enfermo de nostalgia... ¡Casi a punto de morir!...