Hasta el pacto del Citi con los fondos buitre, liderados por el titular de Elliott Management, Paul Singer, el juez Thomas Griesa había intentado acorralar a la Argentina a través del Bank of New York Mellon (BoNY). Pero luego del Griesafault, la República contraatacó con la Ley de Pago Soberano, que destituyó al BoNY como canal de pago y lo remplazó por Nación Fideicomisos, evitando así que el dinero pase por Nueva York.
En una seguidilla de acuerdos secretos ratificados como órdenes por Griesa, el magistrado neoyorquino buscó dinamitar todo este sistema junto con la Ley de Pago Soberano. Por lo tanto, bloqueó los pagos de los títulos del canje que Nación Fideicomisos pudiera enviar a Euroclear y Clearstream para su distribución en Europa y restringió la comercialización de estos títulos. Mientras tanto, frenó el procesamiento de los pagos que provinieran del Citibank. Por lo tanto, este último banco había firmado un acuerdo en el cual él podía cumplir con sus deberes a condición de que una instancia después se le impediría el cobro a los bonistas. Al mismo tiempo renunciaba a sus derechos a apelar y a todos los argumentos morales y jurídicos que defendió ante Griesa en los últimos nueve meses. Hay dos formas fundamentales para la transferencia a los bonistas. En los casos de títulos bajo legislación extranjera hasta la Ley de Pago Soberano, la Argentina paga al BoNY y a Cede&Company, quien luego lo envían a las respectivas cajas de compensación (Depository Trust Company, dueña de Cede, en Estados Unidos y Euroclear y Clearstream en Europa). En este momento finaliza la "cadena de pagos", y las cámaras distribuyen el dinero a los bonistas o a las instituciones financieras que funcionan como custodios. Pero en el caso de los títulos bajo Ley Argentina, al ser pagaderos en el país, el proceso es diferente. El país le paga al Centro de Registración y Liquidación de instrumento de endeudamiento público (CRYL, que cumple el rol del BoNY), para que se transmita a la Caja de Valores. Allí finaliza la cadena, y se procede a la distribución a los custodios. Citibank es uno de ellos, que luego envía el dinero a los clientes o al Euroclear y al Clearstream para aquellos bonistas extranjeros. Uno de los argumentos que había presentado el Citi ante Griesa era que no se podía bloquear el pago porque cuando el dinero llegaba al banco ya era de los bonistas. El otro punto era que los bonos bajo ley argentina no constituyen deuda externa y no caen bajo el fallo de Griesa.
Ante esto, el gobierno ha tomado el toro por las astas, ha suspendido al Citi y ha decidido que la Caja de Valores enviaría directamente el dinero, inhabilitando al CEO, Gabriel Ribisich. Pero quienes lo perciben a través de Euroclear y Clearstream no podrán hacerse del monto. "No hay mucho que hacer desde el punto de vista legal ya que dichas entidades han aceptado cumplir con los fallos de la justicia en Nueva York", señaló Eugenio Bruno, abogado del Estudio Garrido. El gobierno puede intentar cambiar la ruta de pagos, pero según el especialista "los tenedores de bonos deberían 'moverlos' a la Caja de Valores en Argentina". Por su parte, Stella Maris Biocca, especialista en Derecho Internacional, afirmó que "ellos sólo tienen que decir en qué cuenta quieren recibir el dinero".
Otra opción es realizar un canje compulsivo de los bonos para que todos sean bajo ley local y pagaderos en el país. Para Biocca "es una opción que jurídicamente es posible, pero implica aceptar el default del que nos achacan. No creo que haya voluntad política de hacerlo."
Un tercer camino fue el pago a través del Banco de Pagos de Basilea, cuyos fondos son inembargables. Esta es una opción que evaluó Perú en el litigio de Elliott Management, antes de que pagara unos U$S 58 millones a último momento. "Es posible, hay que ver si en Basilea quieren, en el fondo el problema es que el sistema financiero no ha querido alejarse demasiado de Nueva York hasta ahora", opinó Biocca.
Otro de los puntos relevantes del acuerdo de los buitres y el Citi es que el acuerdo incluye dentro de la definición de deuda externa a los bonos de legislación doméstica. De esta manera, buena parte del pago y del acceso a los mercados financieros se encuentra obstruido. "Es casi imposible emitir deuda en moneda extranjera por el alcance extraterritorial exagerado de los fallos de Griesa", sentenció Bruno. Biocca, que fue más flexible al respecto, consideró que "se puede en tanto la ley sea argentina y el pago se haga a través de Caja de Valores, lo cual limita mucho el alcance, pero para los argentinos no hay ningún problema". Dado que las estimaciones oficiales indican que existen unos U$S 200 mil millones en manos de privados locales (las cifras alternativas llegan incluso al doble), la falta de acceso a los mercados internacionales no constituye necesariamente un problema en el corto plazo y la coyuntura puede ser sorteada sin grandes dificultades.
Desempleo en la Nueva York buitre
Según un estudio de la asociación Hedge Clippers, que se pregunta a quién beneficia el capital financiero en EE UU, los fondos buitre tan sólo en el Estado de Nueva York destruyeron 8650 empleos luego de la crisis mundial. De ellos, 317 fueron obra exclusiva de Elliott Management, en sus litigios contra Worldcom y Deplhi. El ataque especulativo que se cobró más trabajos fue el de SAC Capital, King Street y Bay Harbour contra Penn Traffic (4196 desempleados), seguido de Blackstone, quien en su embestida contra Kodak implicó una pérdida de 1834 puestos y la eliminación de 25 mil pensiones. En ese período, el gobernador Andrew Cuomo recibió donaciones para su campaña política de U$S 442.727 de estos fondos especulativos.
(Tiempo Argentino, domingo 12 de abril de 2015)