Adriana Bonoldi, Zulma Pura Zingaretti y el profesor Mauricio López están desaparecidos. Manuel Oviedo fue asesinado. Por ellos cuatro esta semana dieron testimonio sus hermanos en el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad que se hace en Mendoza.
Juan Ignacio Bonoldi, uno de los referentes de Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Mendoza, hizo un importantísimo aporte sobre lo sucedido a su hermana Adriana y al esposo de ella, Marcelo Carrera, también desaparecido. Ella estaba embarazada cuando fue secuestrada en la vía pública, el 1 de diciembre de 1976 al mediodía en momentos en que regresaba del acto de fin de año de la escuela Burgoa, de Godoy Cruz, donde era docente. Antes, el 21 de octubre, había sufrido la misma suerte su cuñado, el actor Rubén Bravo (entonces esposo de la actriz y directora Mariú Carrera), seguida de la de Marcelo Carrera, empleado de YPF, el 24 de noviembre.
Adriana, Marcelo y Rubén eran militantes del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) y desarrollaban actividades sociales y comunitarias en barrios de Godoy Cruz.
Nino Bonoldi, sin titubeos, describió claramente lo que fue un derrotero común para todos los que encararon la búsqueda de sus seres queridos y fue preciso al momento de explicar cómo la Justicia Federal respondió del mismo modo que lo hicieron en comisarías, dependencias del Ejército, oficinas públicas y hasta en el Arzobispado: “No está”. “En la Justicia Federal –recordó Bonoldi– no nos atendían jueces ni fiscales y las contestaciones a los hábeas corpus colgaban de un gancho de carnicería”.
Humberto Emilio Zingaretti es hermano de Zulma Pura Zingaretti, secuestrada el 22 de agosto de 1976. Ella tenía 27 años y estudiaba en una escuela nocturna. Sin militancia política desarrollaba actividades sociales con el padre Macuca Llorens. Humberto hizo mil y una gestiones y las repuestas fueron casi las mismas que recibieron los Bonoldi: nada. Ninguna denuncia policial fue investigada y ningún hábeas corpus contestado en forma positiva.
Carlos López es hermano del reconocido profesor Mauricio López, ex rector de la Universidad Nacional de San Luis, secuestrado el 1 de enero de 1977. “Telegrama para la familia”, gritaron los integrantes de la patota que derribó la puerta y se llevó a Mauricio, un prestigioso doctor en Teología y Filosofía por el que reclamaron en vano por su paradero desde todas partes del mundo. Carlos recordó que hay muchos indicios de que su hermano pasó por el centro clandestino de detención de Las Lajas.
Azucena del Carmen Oviedo es hermana de Manuel Oviedo, quien el 12 de agosto de 1975 salió de su casa y no supieron más nada de él hasta 9 meses después, cuando encontraron sus restos en Ñacuñán. Le habían dado un balazo en la nuca. No tenía vinculación política pero Azucena entiende que la policía lo odiaba, sobre todo un comisario que pretendía conquistar a la novia de Manuel, que trabajaba en una wiskería. Probablemente lo mató el Comando Pío XII, creado por el sanguinario ex jefe de la policía Julio César Santuccione.
Conclusión: una vez más queda claro el valor de estos juicios, en los que de algún modo los desaparecidos o los asesinados son traídos, no a la vida pero sí a la escena, como para que no sean doblemente desaparecidos, en este caso gracias a sus hermanos. Eso es memoria, eso es verdad y eso es búsqueda de justicia.
(Uno, viernes 31 de julio de 2015)