Cuando me refiero a Rodolfo Walsh vuelven una y otra vez a mi mente dos imágenes de su vida.
Una cuando tenía 20 años y lleno de expectativas y de futuro, cursaba el profesorado de Letras en la Facultad de Humanidades de La Plata, en tanto anhelaba ser un profesional reconocido.
Lleno de sueños pero sin un peso en el bolsillo, solía acompañar a su novia a la casa de ella y fingir que se despedían ante la atenta mirada de los padres.
Lo que en realidad sucedía era que Elina pasaba por la cocina, armaba un sándwich «chacarero» uno de esos donde se ponía de todo un poco; luego subía a la planta alta de la casa y desde su cuarto, envuelta y atada a una piola, la cena de Rodolfo, ese sándwich, llegaba a las manos de éste, que ansioso esperaba en la vereda.
La otra imagen data de 30 años más tarde, cuando ya Walsh tiene 50 años de vida y en plena calle, en el barrio de Constitución, no se entrega con vida, al ser rodeado por una patota de la ESMA que lo buscaba afanosamente.
Dos imágenes: la que va del pibe soñador al militante político de acero. ¿Qué cambió de una a otra? ¿Qué ocurrió entre todo el trayecto que une a ambas? Tratemos de buscar algún hilo conductor en la vida de ese hombre que hará de la ética, de la justicia, de la verdad y del compromiso la razón de su existencia.
Tenemos dos posibilidades. Hacerlo desde su vida ó también desde su obra.
Si lo hacemos desde su vida, forzosamente debemos remitirnos al Instituto "Fahy" de la localidad de Moreno en la provincia de Buenos Aires, cuando a la edad de 10 años pierde duramente el amor de su madre soñadora (que lo había bautizado Rodolfo en honor a Rodolfo Valentino) y va a parar al internado que le parece una cárcel y en donde, el desaliñado Walsh (siempre condenado a usar la ropa de sus hermanos mayores) ingresa sin saberlo, ferozmente, a la política.
Allí se hace cristiano, pero también opositor a la Iglesia, a la Jerarquía, al Poder, al Abuso. Allí aprende a ser solidario con los abusados, con el mismo, y enemigo para siempre de los poderosos.
Sus escritos posteriores, los cuentos de la serie de los irlandeses, son concebidos para ir de la mano con su experiencia vivida y sufrida en ese ámbito. De esa época, queda en Walsh, marcado a fuego, un principio:No hay un salvador individual...
Un héroe puede ser cualquiera que se anime, pero nunca lo será si actúa solo o si se queda solo, si todo solamente se espera de él.
Allí aprendió Walsh lo más duro de la lucha de los justos: que los que merecen justicia no siempre la obtienen... y que deben organizarse para alcanzarla.
La otra posibilidad era desde su obra. Analizar su obra. Si bien todos sus libros de investigación repercuten fuertemente, hay uno que lo hará famoso: "Operación Masacre", donde como se sabe, investiga y relata los asesinatos de civiles a través de fusilamientos clandestinos en los basurales de José León Suárez en 1956.
Un hecho organizado y luego ocultado desde el propio Estado, por entonces en manos de sectores furiosamente antiperonistas.
Lo primero que quiero recalcar es la valentía de Rodolfo Walsh. Cuando realiza su investigación está en plena vigencia el Decreto Ley del 5 de Marzo de 1956, que pasará a la historia como el "Decreto 4161" pero cuyo pomposo título es "Prohibir la difusión de una posición y doctrina política que ofende el sentimiento democrático del pueblo argentino"; y que no era otra cosa que el revanchismo descarnado y primitivo de aquellos que violaban la Constitución Nacional, encarcelaban opositores y fusilaban peronistas: Pedro Eugenio Aramburu, Isaac Francisco Rojas y ÁlvaroAlsogaray, entre otros nombres propios.
En ese contexto suceden los hechos.
En ese contexto Walsh, toma parte por la causa de los agredidos, de losfusilados, de los sin derechos, de los perseguidos. Inclusive debe ocultarse, cambiar su nombre (consigue un documento «trucho» a nombre de Francisco Freire) y recluirse en una isla del Tigre en tanto sigue con lainvestigación.
Rodolfo siempre decía que al principio cuando comenzó con el caso, soñaba con ganarse un premio Pulitzer a nivel internacional por escribir la mejor y más sensacional nota periodística. Nada de eso pasó. Quedótotalmente sólo.
El reconocimiento a su accionar vino por el lado menos pensado, desde el sector que él menos esperaba.
Un combativo diarito de la Resistencia Peronista dejará escrito que:"Es siempre reconfortante para nuestro temple de argentinos, señalar la existencia de hombres como Rodolfo J. Walsh, escritor, ensayista y periodista. Pero por sobre todas las cosas, hombre de un gran valor moral y físico. Su nombre no se borrará nunca de la memoria de quienes hemos sido sus contemporáneos. Y las generaciones venideras sabrán que, cuando en el país existió un puñado de locos criminales dispuestos a ensangrentarlo y hundirlo en la noche de una alucinante paranoia; cuando parecía que la chatura y la cobardía lograría ocultar los espantosos «fusilamientos» de los basurales de José León Suárez, hubo un hombre íntegro, un periodista que sirvió a la causa de la Patria, de la Justicia y de la Libertad, llamado Rodolfo Walsh" (Retorno N° 33. 25-2-65).
Será el propio Rodolfo con el tiempo, y en uno de sus prólogos actualizados de "Operación Masacre", obra escrita originariamente en 1957, quien directamente explique los porqué de un libro de ese tipo, tanprecursor e innovador a punto tal, que llevó inclusive a crear, a posteriori y sin que él se lo propusiera, un nuevo género literario; la "Novela de No Ficción" o también llamada "Novela Periodística", con 8 años deanticipación al resto, en este caso concreto a "A sangre fría" de Truman Capote, que se conocería recién en 1965.
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